Que los peluditos son unos seres maravillosos que nos alegran la existencia, lo tenemos claro. Lo que no tenemos tan claro es algún que otro comportamiento que desarrollamos respecto a ellos y que no deberíamos pasar por alto. ¡Estos son los 12 errores que cometemos con el perro y que tenemos que evitar!
Los errores que cometemos con el perro con más frecuencia
Puede pasar en mayor o menor medida. Todos o solo uno de ellos. ¡Pero casi todos los propietarios de mascotas nos hemos despistado y hemos cometido alguno de estos errores con nuestro perro!
1. Humanizar al peludito
Podemos y debemos amar a nuestra mascota como un miembro de nuestra familia, pero nunca debemos olvidar que es un animal, con su esencia y sus necesidades diferentes a las humanas.
Humanizar a las mascotas es un error muy común que cuando se nos va de las manos puede ocasionar graves consecuencias en el animal.
Por ejemplo, teñirles el pelo puede causarle graves heridas en la piel; sentarles a la mesa a comer con nosotros es una conducta inapropiada, etc.
Amar en exceso a una mascota hasta el punto de convertirse en un trastorno (conocido como petofilia) es malo para nosotros, pero también para el animal.
¡Mucho ojo y no cometas este error con el perro!
2. Alimentarlo con comida humana
Aclaremos este punto. Es cierto que hay alimentos que son habituales en nuestra alimentación que los perros, por supuesto, pueden comer: pollo hervido, algunas verduras, frutas como el plátano son muy buenas para los perros (con moderación), etc.
Cuando hablamos de los errores que cometemos con el perro refiriéndonos a comida humana, estamos apuntando a esas comidas que consumimos que son muy tóxicas para los perros, como, por ejemplo, el chocolate, las golosinas, los snacks salados, el café, el alcohol, etc.
¡No debes sucumbir si tu perro te pone ojitos cuando tienes en la manos alguna cosa de estas!
3. Regañarle por una conducta negativa cuando ha pasado tiempo
Imagina que has salido y, al volver, ves que tu perro se ha hecho pipí dentro de casa.
Además de que regañarle es un error en cualquier circunstancia (recuérdalo: debes educarle, no castigarle), más error aún es regañarle si ya ha pasado tiempo desde que hizo pipí.
El perro no va a saber que tu regañina es por eso, ya que no razona como tú. No lo va asociar.
Por ello, lo ideal es educarle desde cachorro para que aprenda a hacer sus necesidades solo fuera de casa. Si este es el caso de tu mascota y aun así las ha hecho dentro del hogar, entonces plantéate que quizás tenga algún problema.
Puede ser un problema de salud o de comportamiento ocasionado por alguna patología (por ejemplo, ansiedad por separación), o también porque quizás está acostumbrado a salir a una hora y has tardado en llegar. ¡Busca el motivo!
4. Hacer un drama de las despedidas y una fiesta de los reencuentros
¡Error! Esto muy pocos lo saben, pero si cada vez que te vas te despides de tu mascota como si no le fueses a ver nunca y cuando vuelves lo haces como si hubiese pasado una eternidad, puedes estar plantando la semilla de que tu can acabe padeciendo ansiedad por separación.
Lo correcto es irte sin más. Asegúrate previamente de que tu perro tenga a su disposición todo lo que necesita durante tu ausencia y, al volver, no le saludes con la misma efusividad con la que nos saludan los perros al vernos llegar. Espera un poco a que se calme y, luego, acaríciale y juega con él lo que haga falta.
5. Empezar su educación y socialización demasiado tarde
Hay ocasiones en las que es inevitable, ya que el perro llega a nuestra vida siendo adulto. En esos casos, no hay que desistir: la educación y la socialización es esencial en cualquier momento.
Pero uno de los errores que cometemos con el perro siendo cachorro, es perder el tiempo centrándonos solo en lo bonito y gracioso que es. Ese perro va a crecer, y esos mordisquitos que te hacía jugando y que te hacían gracia, luego los hará un perro adulto porque no le has enseñado que morder está mal.
Lo mismo pasa con la socialización. Quizás de pequeños no lo notemos tanto, pero siendo el perro adulto verás cómo es muy importante que el animal tenga una buena relación con su entorno, las personas y demás animales.
No pierdas el tiempo: educa a tu perro desde el primer día.
6. Olvidar sus vacunas y desparasitación
Este es otro de los errores que cometemos con el perro con mayor frecuencia.
A muchas personas les pasa que están muy pendientes de su mascota cuando llegan a su vida y cumplen con las vacunas primordiales y la desparasitación, pero con el tiempo, se les va olvidando.
Hay vacunas que requieren de refuerzos pasado el tiempo. Algunas son anuales, por ejemplo.
Por su parte, dependiendo del tipo de desparasitación que lleve tu perro, tendrás que hacerlo cada 15 días, cada mes, cada 3 meses… ¡y no lo puedes descuidar!
7. Dejarle solo en casa mucho tiempo y sin entretenimiento
Los perros son animales muy sociales. Necesitan de nuestra compañía, por lo que no deberían pasar mucho más tiempo de lo que dura la jornada laboral solos en casa.
Si además de pasar más de 8 horas solo, lo hace sin ningún tipo de entretenimiento a su alcance, como son sus juguetes, el error es todavía más grave.
8. No pasearlo todos los días
Este también es uno de los errores que cometemos con el perro más frecuentes por inconsciencia.
Puede pasar que un día llegues cansado del trabajo y no te apetezca sacar al perro. Puedes pensar «por un día no pasa nada». ¡Error! ¡Sí que pasa!
Los perros tienen sus rutinas y también necesitan su paseo diario por varias razones:
- Para ejercitarse.
- Hacer sus necesidades.
- Socializar.
- Les ayuda a combatir el estrés y el aburrimiento.
¡Los perros necesitan de estas salidas varias veces diariamente!
9. Olvidar su estimulación mental
Igual de importante es el ejercicio físico que el mental. ¿Sabías que la falta de estímulos de ambos tipos es una de las causas más comunes del aburrimiento canino? Pero lo peor no es eso. Lo peor es que si el aburrimiento es prolongado, puede desembocar en una depresión en el perro.
Existen muchísimos juegos de inteligencia destinados a los peludos, pero también ayudan muchísimo todos aquellos trucos que puedas enseñarle.
No solo estarás alimentando su cerebro, también le colmarás de felicidad al disfrutar de tiempo de calidad junto a ti.
10. Ignorar su esencia
Si queremos tener un perro como mascota es muy importante que le conozcamos. No conocerle y no verle como lo que es, un perro, es uno de los errores que cometemos con el perro que más consecuencias ocasiona.
Esto supone conocer sus instintos caninos y entenderlos. También implica entender el lenguaje canino, para saber qué nos quieren decir aunque no usen las palabras.
No preguntarnos «¿Por qué hace esto mi perro?» es un error a evitar.
11. Ignorar los síntomas de enfermedad
¿Has notado algo extraño en la actitud de tu perro? ¿O en su físico? ¡No lo ignores! Podría tratarse de una enfermedad que requiera atención inmediata.
Uno de los errores que cometemos con el perro es obviar ciertas señales y pensar, simplemente, que ya se le pasará.
¡Es un error muy grave que puede hacer que pierdas para siempre a tu fiel amigo!
12. Pasar por alto su higiene
Cuando hablamos de la higiene de los perros, no solo nos referimos a bañarlos.
Cuidar de la higiene de un perro implica también peinarle, limpiarle los dientes, limpiarle las orejas, lavar sus objetos, etc.
Y también significa hacerlo con responsabilidad. Limpiar las cosas de tu mascota con productos químicos muy fuertes es muy perjudicial para su salud, pudiendo llegar a intoxicar al perro.
De la misma manera, para la higiene corporal del animal debes emplear productos apropiados para él.
Por ejemplo, ¿sabías que los perros rechazan los olores sintéticos de los champús y fragancias porque anulan su instinto de protección? Conservar el olor natural de los perros es importante para ellos, así que no lo pases por alto.
Error extra: no demostrarle quién es el líder
Los perros son animales sociales. Provienen del lobo y están acostumbrados a vivir en manadas y que siempre haya un líder.
Cuando un perro convive con un humano, es esencial que la persona se posicione como líder. De no hacerlo, lo que pasará es que el peludo tomará el control y te puedes ver envuelto en más de una situación desagradable.
Ser líder no es sinónimo de gritar o castigar. Ser líder es poner límites cuando sea necesario, por ejemplo, no permitiendo que el perro se suba a nuestra cama o sofá siempre, impidiendo que ponga las patas sobre nuestra mesa o que muerda nuestras cosas.
Es también educar desde el respeto y el trabajo en positivo, sin castigos físicos.
Y también es enseñarle a no tirar de la correa cuando salís de paseo y a que debes ser tú quien vaya por delante y no él, hasta que se acostumbre a caminar a tu lado.
Entre otras muchas cosas.
Un propietario de mascotas responsable tiene en cuenta todos estos errores y no los comete. Y tú, ¿lo eres?