A lo largo del tiempo, los felinos se han ganado la fama de ser animales distantes e independientes, pero si has convivido con alguno de ellos, sabrás que esto no es del todo cierto. Aun así, la relación que tú puedes desarrollar con tu gato puede ser muy diferente a la de otra persona con su mascota. Y es que un estudio ha identificado hasta 5 formas distintas de relacionarnos con nuestros gatos. Por eso, veamos qué tipos de vínculos puedes desarrollar con tu gato.
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La investigación sobre las relaciones con tu gato
Los profesionales de la Universidad de Lincoln (Reino Unido), pusieron sobre la mesa la hipótesis de que la relación que desarrollamos con nuestro gato no es solo responsabilidad de su carácter y sus genes felinos, sino que la manera de vincularnos con él hace que la responsabilidad recaiga sobre nosotros.
Dado que somos sus cuidadores de referencia, nosotros mismos marcamos el ritmo del gato: le otorgamos seguridad, cuidados, rutinas y un sentimiento de pertenencia. En función de cómo nos comportemos con él, así marcaremos el tono de nuestra relación. Es decir, su comportamiento con nosotros.
Por esta razón se llevó a cabo un experimento que recogió datos de más de 4.000 hogares en los que se convivía con felinos. Para ello, las personas rellenaban un test sobre la relación con los gatos.
Con ello se pudo determinar que existen 5 grandes grupos o personalidades relacionales, las cuales definen de manera clara y general los tipos de vínculo que puedes desarrollar con tu gato y cómo este puede ser percibido por ti, basándonos en el grado de dependencia, reciprocidad e interacción.
Sin duda, tras este estudio, vieron la luz interesantes resultados. Uno de ellos es que la relación que tenemos con el felino es como un espejo sobre nosotros mismos. Es decir, que si nosotros tenemos un comportamiento más independiente, el gato potenciará su propia independencia al hacerse partícipe de ello.
Por el contrario, si somos afectivos y tendentes a las relaciones cercanas, el gato no se evadirá de esta situación y podría acabar desarrollando rasgos de comportamiento más cercanos.
Los vínculos con tu gato son similares a las de una pareja
Los expertos investigadores encontraron un paralelismo entre las relaciones con los felinos y las de una pareja. Esto es así porque las dinámicas de convivencia acaban por parecerse al generarse, o no, vínculos de dependencia.
El estudio cuenta con unas bases muy profundas sobre el apego entre humanos, que es lo que marca las relaciones sociales que desarrollamos, y la necesidad (o no) de sentirnos acompañados, queridos y comprendidos. Eso es lo que marca, según el estudio, las diferentes motivaciones personales para tener un gato.
Cuando adoptamos a una mascota, estamos aceptando que queremos formar parte de un grupo de mínimo dos seres: el gato y nosotros mismos. Por tanto, en ese grupo está antes desarrollada la necesidad del humano frente a la de la mascota.
Sabemos que las mascotas se les llama también “animales de compañía”. Y es que esa es la base por la que queremos convivir con un animal, para que nos haga compañía. ¿Pero qué tipo de compañía?
Tipos de vínculos que puedes desarrollar con tu gato
Estos son los tipos de vínculos que puedes desarrollar con tu gato según el estudio realizado. Como veréis, los nombres son los mismos que los de las relaciones que podemos desarrollar con otra persona.
Relación de amistad
Sin duda, de los tipos de vínculos que puedes desarrollar con tu gato, es el más saludable, ya que implica un acercamiento positivo, pero no de dependencia.
El gato será cercano con la persona gracias al desarrollo de una relación positiva basada en pasar con él, tiempo de calidad, atendiendo a su forma de comunicarse, jugando con el gato y haciéndole partícipe de lo que acontezca en el hogar: desde la llegada de una visita a los momentos de tranquilidad viendo la televisión.
Teniendo en cuenta el grado de apego del humano que conforma estas relaciones, se puede entender que se trata de individuos cariñosos y afables, pero que conservan cierto grado de independencia. Una dosis perfecta entre el cariño y la cercanía, pero también el espacio personal.
Codependencia
Otro de los tipos de vínculos que puedes desarrollar con tu gato es el de codependencia. Esta se define como un vínculo de compromiso emocional mutuo, en la que el animal se siente afianzado con su dueño, pero no termina de sentirse seguro con los demás humanos.
El felino se muestra cariñosos y juguetón con su dueño, pero no con otras personas. Por ello, se acaba identificando en el animal la necesidad de ser protegido y buscar seguridad, haciéndose dependiente de su humano de referencia.
Mientras que en la relación de amistad el gato se integra a la perfección con el resto de convivientes y visitas, el gato codependiente no lo hace.
Relación remota
Hay personas que, aunque comprendan que un gato es una gran responsabilidad y que como ser vivo que convive en casa requiere una serie de cuidados, no ven al animal como un miembro más de la familia. Esto hace que el felino se muestre también más desligado y menos dependiente.
La investigación determina que el gato siempre se sitúa unos pasos por detrás de la dependencia o implicación que las personas le pueden tratar de dar. Por ello, definieron las relaciones remotas tras analizar los vínculos de las personas que no estaban dispuestas a considerar al felino como un miembro de la familia.
Relación abierta
Dentro del estudio, este tipo de relación es aquella en la que el humano y el gato no llegan a implicarse al 100%. El humano está involucrado en la vida del animal de manera poco profunda, sin mostrar demasiado interés en sus actividades o en comprender sus actitudes.
Por ello, el gato se desliga mucho y acaban convirtiéndose simplemente en “compañeros de piso”.
Este es, de los tipos de vínculos que puedes desarrollar con tu gato, el más habitual en personas que viven solas con su gato y trabajan fuera de casa. Eso implica que el felino tan solo se relaciona con el humano en las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde.
El gato pasa, por tanto, mucho tiempo solo y no acaba de desarrollar hábitos de dependencia.
Recuerda que si este es tu caso, el enriquecimiento ambiental para gatos en tu hogar cobra mayor relevancia.
Relación casual
Esta se da cuando una relación remota se lleva al extremo. El felino puede acabar siendo proclive a desarrollar relaciones de afecto o de curiosidad con otras personas que no son su persona de referencia.
Los felinos no son animales antisociales, sino que lo que hacen es delimitar sus vínculos de manera selectiva. Por ello, que su dueño no esté disponible afectivamente, no significa que este no busque afecto en otros.
La fidelidad de los gatos no es igual a la de los perros. Por ello, cuando un humano dueño de un felino no le presta la suficiente atención, este puede desarrollar más interés y vínculo con otro.