La salud de nuestros amigos de cuatro patas es una prioridad, por lo que comprender las enfermedades que pueden afectarles es esencial para poder brindarles la atención que se merecen. Uno de los trastornos que pueden afectar a los canes y que sus dueños deben conocer es la pancreatitis en perros. Esta afección puede afectar a cualquier peludo, sin importar su raza o edad. Por ello, te invitamos a conocer los detalles más importantes para que puedas tomar las medidas oportunas y asegurar el bienestar de tu leal compañero.
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¿Qué es la pancreatitis en perros?
La pancreatitis en perros es una enfermedad inflamatoria del páncreas, que puede ser aguda o crónica. Aunque es más común en perros mayores, también puede afectar a perros de edades más jóvenes sin importar su raza.
Causas de la pancreatitis canina
La pancreatitis en los perros puede aparecer por muchas causas, siendo a veces difícil concretar la verdadera razón por la que se da. Sin embargo, los expertos hablan de algunos factores que se asocian a esta enfermedad.
Uno de ellos es la alimentación con un alto contenido en grasas. Además, los perros que sufren sobrepeso tienen un mayor riesgo de desarrollar pancreatitis.
Por otro lado, algunas lesiones abdominales o cirugías pueden aumentar el riesgo de que se dé esta afección, así como ciertas condiciones médicas, como la diabetes en perros.
Síntomas de la pancreatitis en perros
La pancreatitis canina puede manifestarse de diferentes formas, y sus síntomas pueden variar en nivel de gravedad. Estos son algunos de los signos más usuales que presentan los peludos que padecen esta afección.
- Vómitos y diarrea. La pancreatitis puede causar vómitos frecuentes y diarrea en los perros. Estos síntomas pueden llevar a la deshidratación canina, lo que agrava mucho más la condición.
- Dolor en el abdomen. Los perros que sufren pancreatitis con frecuencia muestran signos de dolor abdominal. Consecuentemente, caminarán o se recostarán encorvados y mostrarán incomodidad si intentamos tocarle la zona.
- Letargo. La pancreatitis en perros puede hacer que nuestros amigos peludos se vuelvan más letárgicos y menos activos de lo normal.
- Falta de apetito. Los perros con esta afección suelen perder el interés por la comida y pueden rechazarla completamente.
¿Cómo puedo saber si mi perro tiene pancreatitis?
Para poder saber si tu mascota tiene pancreatitis deberás estar pendiente de los síntomas comentados y, en caso de detectar alguno, acudir a la consulta veterinaria.
La única forma de tener un diagnóstico certero es analizar los signos clínicos y la historia del paciente, para luego proceder a realizar una ecografía abdominal que será la prueba que confirme la pancreatitis.
Además de esto, un análisis de sangre también ayudará en el diagnóstico, pues puede indicar inflamación, deshidratación y alteración en los parámetros de los electrolitos y del hígado. También existe una prueba conocida como cPLI (inmunoreactividad de la lipasa específica canina), que puede ayudar a determinar el diagnóstico en algunos casos.
Tratamiento de la pancreatitis en los perros
El tratamiento de esta afección en los canes incluye, generalmente, seguir las siguientes pautas:
- Fluidoterapia intravenosa. Administrar líquidos por vía intravenosa es crucial para prevenir la deshidratación y proporcionar soporte nutricional.
- Ayuno. Quizás el veterinario recomiende un periodo de ayuno para que el páncreas se recupere, reduciendo la carga sobre el mismo.
- Dieta baja en grasas. Cuando el perro ya pueda comer, lo recomendable es establecer una dieta baja en grasas con el fin de prevenir recaídas. En ocasiones se requiere la colocación de una sonda de alimentación los primeros días de tratamiento. Además, habrá que estimular el apetito del perro poco a poco si lo ha perdido.
- Medicación. El veterinario puede recetar medicamentos para controlar el dolor, reducir la inflamación y tratar otros síntomas asociados.
¿Puedo prevenir la pancreatitis en mi perro?
Realmente no siempre se puede evitar la pancreatitis en perros, pero si se tienen presentes algunos de los factores asociados a su aparición, verás que algo puedes hacer por tu mascota.
Por ejemplo, ofrécele siempre una dieta de alta calidad, evitando alimentos muy grasos. Además, controla las cantidades de comida y permite que tu perro se ejercite lo suficiente para que no caiga en la obesidad. Y, por supuesto, programa visitas al veterinario de forma regular para controlar que su salud esté en buenas condiciones.
Ahora ya conoces un poco más sobre la pancreatitis en perros. Recuerda que un diagnóstico profesional temprano y el tratamiento adecuado son la clave para su recuperación. ¡Cuida de tu fiel amigo!