Muchas personas tienen la suerte de convivir no con una, sino con dos mascotas. Además, en muchas ocasiones esas dos mascotas son animales diferentes, como un perro y un gato. Alimentarlos supone un gasto considerable, por eso, es habitual que a veces nos preguntemos «¿Puede mi perro comer comida de gato?». Es muy importante conocer la respuesta.
La importancia de saber qué come tu mascota
A la hora de alimentar a un animal es fundamental saber si este debe recibir una dieta herbívora, carnívora u omnívora. Esto es esencial para conocer qué requisitos nutricionales debe tener la comida de tu mascota.
Los gatos, por ejemplo, son animales carnívoros. Todo lo que requieren de la alimentación lo van a obtener de la carne.
Sin embargo, en el caso de los perros debemos tener claros que estos son omnívoros.
Si echamos la vista atrás, recordaremos que los perros proceden del lobo, un animal puramente carnívoro. No obstante, los perros llevan acompañando a los humanos desde hace miles de años.
Esos perros antepasados de los nuestros se alimentaban de las sobras que las personas le dejaban o de lo que más tenían a su alcance. Pensemos que la carne fue un artículo de lujo durante mucho tiempo, por lo tanto, es muy fácil imaginar que no siempre se alimentaban de carne y que a lo largo del tiempo se fueron convirtiendo en omnívoros. Esta es su dieta actual.
Entonces, si nos preguntamos si un perro puede comer comida de gato, teniendo en cuenta que el can es omnívoro y el felino carnívoro, ya nos podemos ir imaginando la respuesta.
¿Mi perro puede comer comida de gato?
La respuesta es no. La comida elaborada específicamente para los perros, tanto el pienso como la comida húmeda, está desarrollada teniendo en cuenta las necesidades específicas de estos animales.
Eso significa que solo la comida para perros puede garantizar que los canes reciban en su plato todos los nutrientes que necesitan para estar sanos y que no ingiera otras sustancias que, además, podrían ser perjudiciales para ellos.
Por ejemplo, algunos componentes no apropiados podrían sobrecargar su sistema y provocarles estrés.
Es cierto que si tu perro ingiere un día comida de tu gato no le va a pasar nada. Sin embargo, si lo hace con frecuencia, su salud puede verse resentida.
¿Por qué no puedo darle comida de gato a mi perro?
Aunque en apariencia los dos alimentos sean similares, como se ha dicho, la composición no es la misma.
Además de esto, otra de las razones ya especificadas es que los nutrientes en cada uno de los alimentos no son los mismos.
Por ejemplo, la cantidad de grasa es mucho mayor en la comida para gatos que en la de perros, siendo esto perjudicial para los canes. A mayor cantidad de grasas, más calorías, por lo que a largo plazo esos animales podría sufrir obesidad.
Adicional a esto, los alimentos muy grasos podrían provocarles mucho malestar estomacal, así como vómitos y diarreas.
Por su parte, el alimento felino también contiene una cantidad mayor de proteínas, cantidad que no necesitan en tan alto número los perros.
Además, los perros, al ser omnívoros, también ingieren una pequeña cantidad de vegetales y frutas de donde obtienen vitaminas y minerales, algo que falta en la alimentación felina.
En definitiva, el resultado de alimentar a un perro con comida para gatos frecuentemente sería:
- Un desequilibrio nutricional.
- Problemas estomacales.
- Posibilidad de que aumente mucho de peso.
- Enfermedades, como la pancreatitis, derivada de un exceso de grasa.
¿Por qué mi perro se come la comida del gato?
Hay dos razones principales que explican por qué un perro puede llegar a comerse la comida del gato sin que seas tú quien se la haya ofrecido. Es decir, si la tiene a su alcance porque el felino no la ha consumido y tú no la retiras de su vista.
Se ha quedado con hambre
Bien porque tu perro sea un glotón o porque no lo estés alimentando adecuadamente con las cantidades que necesita de su comida, si tiene hambre se alimentará de lo que encuentre. ¡Es pura supervivencia!
Le atrae la comida del gato
La base principal de la comida felina es la carne, como hemos dicho. Esto puede ser un gran atractivo para los perros, que están más acostumbrados a la «mezcla» omnívora.
¿Qué puedo hacer para que mi perro no se coma la comida del gato?
Como hemos visto, un perro no puede comer comida de gato, por lo menos no con frecuencia. Por ello, veamos qué puedes hacer para evitarlo.
- Alimenta a tu perro con comida apropiada para él y en las cantidades que le corresponda para saciarle.
- Pon la comida de tus mascotas en estancias separadas y no dejes que el perro tenga acceso al plato del felino.
- Plantéate comprar un comedero automático para tu felino que solo quede al alcance de este animal.
- Pon el plato del gato en una superficie elevada a la que no le cueste llegar. Para él será sencillo, pero para el perro no.
Por último, cabe recordar que igual que el perro no debe comer comida para gatos, el gato no puede comer comida para perros. ¡Tenlo muy en cuenta!