Si quieres tener o ya tienes un minino como mascota, es fundamental que conozcas cuáles son los más importantes parásitos externos en gatos, para poder tratarlos si ya los tiene y, lo más importante, prevenirlos. ¡Sigue leyendo y entérate de todo! La salud de tu gato te lo agradecerá.
Parásitos externos en gatos
Los parásitos externos en gatos son pequeños insectos que se asientan en la piel del gato para vivir a su costa, alimentándose de su sangre. Este mecanismo hace que le puedan contagiar a tu gato multitud de enfermedades, además de causarle malestar y problemas físicos.
Aunque los parásitos externos no sean letales por sí mismos y los picotazos no van a matar a tu gato, sí pueden hacerlo, o hacer que enferme gravemente, las enfermedades que pueden transmitir. Además, si los parásitos no se tratan, cada vez proliferan más y pueden invadir por completo el cuerpo del animal, lo que también es realmente peligroso.
Erradicar los parásitos externos en gatos es bastante sencillo por lo general, basta con poner el tratamiento más adecuado y específico para el parásito concreto que le esté afectando. Aunque lo mejor, sin duda, son los tratamientos de prevención.
Parásitos externos más frecuentes en gatos
Hay multitud de parásitos de tipo externo que tu gato podría contraer si no le proteges debidamente. Estos son:
Pulgas
Las pulgas son el ectoparásito más frecuente tanto en gatos como en perros. Aunque las pulgas adultas son fáciles de ver y retirar, sus huevos y larvas no son tan fácilmente detectables, por lo que su proliferación es altísima. De hecho, las pulgas no sólo anidarán en el gato, sino prácticamente en cualquier lugar de su alrededor: sofás y otros muebles, alfombras… Si tu gato coge pulgas, ¡podría esparcirlas por toda tu casa!
Los síntomas más claros de que un gato tiene pulgas suelen ser el rascado compulsivo, costras en la piel y pelaje sucio o con zonas rojizas (manchado de sangre).
Una pulga tiene un ciclo de vida de 60 días, durante los cuales pica al gato y puede provocar:
- Dermatitis alérgica, que puede resultar en graves infecciones secundarias fruto del rascado constante.
- Transmisión del tifus endémico, ya que son portadoras de la bacteria responsable de esta enfermedad.
- Transmisión de parásitos internos, como gusanos planos.
- Si la invasión de las pulgas es grande, la pérdida de sangre puede acabar provocando debilidad, e incluso anemia.
Piojos
Los piojos en gatos no son muy habituales en general, suelen afectar a gatos inmunodeprimidos o que viven en unas condiciones poco higiénicas. Además, el riesgo de contagio es bajo, ya que este piojo no sobrevive más de uno o dos días fuera de un cuerpo del que alimentarse. No son contagiosos a los humanos, es una especie de piojo diferente a la que nos afecta a nosotros.
Los piojos son detectables a través de sus huevos, las liendres, que quedan pegadas al pelo, cerca de la raíz. Los síntomas de estos parásitos externos en gatos son:
- Picor, eccemas, seborrea, alopecia.
- En caso de infestaciones graves, pediculosis.
- Heridas con pústulas que ocasionan infecciones secundarias.
- Pueden transmitir parásitos intestinales, especialmente la tenia.
Garrapatas
Las garrapatas son el parásito externo en gatos de mayor tamaño y uno de los más preocupantes, especialmente en las épocas de calor, cuando el riesgo de contagio es mayor. En la mayor parte de los casos, el contagio no se produce por contacto directo entre gatos, sino por las garrapatas presentes en el entorno, especialmente en zonas vegetadas.
Son fáciles de detectar y se ubican sobre todo en la zona de la cabeza (cuello, detrás de las orejas) y patas, incluido entre los dedos de los pies.
Si tu gato tiene sólo una garrapata y la detectas a tiempo, no existe mucho riesgo. Sin embargo, es necesario protegerlo y revisar en busca de garrapatas a menudo, ya que pueden contagiar multitud de enfermedades graves y el riesgo se multiplica según estos parásitos se reproducen.
Si tiene garrapatas, debes quitárselas inmediatamente. Según pasa el tiempo se van introduciendo más bajo la piel y cada vez son más peligrosas y difíciles de retirar. Cuanto más superficial esté, más fácil será quitar una garrapata.
Ácaros
Los ácaros son unos arácnidos capaces de abrir surcos bajo la piel del gato para desplazarse y reproducirse. El calor que encuentran en esos surcos en la piel del gato es perfecto para incubar sus huevos.
Una infestación por ácaros puede hacer que tu gato contraiga la sarna. De hecho, estos parásitos pueden transmitir dos tipos diferentes de sarna: la otodecta y la sarcóptica.
Gusanos barrenadores
La gusanera o miasis es una enfermedad provocada por la incubación de unos huevos que una mosca deposita en heridas abiertas del gato.
La capacidad de proliferación de estas larvas es apabullante, los gusanos barrenadores pueden infestar todo el cuerpo del gato en tan solo unos días y se van alimentando de su carne y propagando la infección. La vida de un gato infestado de estos gusanos corre grave peligro.
Hongos
Aunque no se trate en concreto de insectos ni arácnidos, los hongos pueden surtir un efecto muy similar al de los parásitos externos en gatos. De hecho, un hongo es el responsable de la infección de tiña. Esta enfermedad tópica puede llegar a ser realmente grave y se transmite con mucha facilidad, incluso a los humanos.
El hongo de la tiña produce zonas de piel enrojecida y sin pelaje. En la mayoría de los casos, afecta a gatos jóvenes o enfermos, que son más vulnerables.
Estos hongos se pueden contagiar por contacto directo con otro gato o con cualquier objeto o lugar infectado.
Tratamiento de los parásitos externos en gatos
Si tu gato ya está infestado de algún parásito, debes acudir cuanto antes al veterinario. Es importante comenzar el tratamiento cuanto antes para evitar la proliferación masiva y que aumente el riesgo de que le contagien enfermedades. Además, tendrás que desinfectar el ambiente para evitar que recaiga. Lava su cama, mantas y objetos y desinfecta lo máximo posible.
Recuerda, sin embargo, que es mucho mejor prevenir que curar y que como dueño de tu mascota es tu responsabilidad ponerle los tratamientos antiparasitarios periódicamente para mantenerle libre de riesgos.
Los parásitos externos en gatos son algo ante lo que nos tenemos que mantener alerta siempre, por la salud de nuestra mascota y la nuestra propia.