Una de las necesidades básicas de los perros es el cuidado y mantenimiento de su pelo. Una opción es llevarlos a la peluquería canina, pero también puedes hacerlo tú mismo: en este post te contamos cómo hacer una sesión de peluquería canina en casa. ¿Te atreves?
Sesión de peluquería canina en casa, ¿es posible?
¡Sí! Si tienes cierta destreza y cuentas con el material necesario, podrás conseguir fácilmente montar tu propia sesión de peluquería canina sin moverte de casa. ¡Cómodo y barato! Así es como se hace…
Toda peluquería canina necesita champú
¡Así que tú también! El primer paso para lograr una sesión de sesión de peluquería exitosa es elegir el champú más adecuado para tu mascota. Hay montones de champús para perros (no, el tuyo no vale), así que elige el que mejor se adapte a su tipo de pelo, a las características de su piel… ¡Recuerda! El champú para personas, no es recomendable para los perros.
¿Dónde montamos el «tinglao»? La importancia de encontrar el espacio apropiado
Se trata de buscar el lugar más cómodo para los dos, lo mejor es que sea un espacio amplio, que no impida movimientos. Además, es mejor hacerlo en el interior de la casa, especialmente si es invierno, y alejado de ventanas u otras corrientes.
Prepara a tu mascota para el baño
Es conveniente cepillar el pelo del perro antes de bañarlo, así quitas pelos muertos y evitas enredos imposibles de deshacer. Además, ¿para qué queremos lavar pelos que ya están caídos?
Además, mete unos algodoncitos en los oídos para que no le entre agua, ¡podría causarle una infección! No los metas muy para dentro, basta con tapar un poquito el canal auditivo. Esto lo hacen siempre en las peluquerías caninas, no es peligroso si se hace con cuidado
¡Al agua, patos! Digo… ¡perros!
La temperatura ideal para bañar a un perro es tibia, ni fría ni caliente. La temperatura que nosotros solemos usar, entre 36 y 40 grados, para ellos es demasiado caliente. ¡Ten cuidado de que no queme! Si tienes curiosidad….¡Descubre los mitos sobre bañar a los perros!
Moja a tu perro todo el cuerpo menos la cabeza. Les suele agobiar bastante el agua por la cabeza, así que es mejor dejarlo para el final, así lo pasan mal menos rato.
Después, comienza a enjabonarlo, prestando especial atención a las patas, que al estar en contacto con el suelo están siempre más sucias. Entonces, ahora sí, moja y lava su cabeza, con cuidado de que no entre jabón en sus ojos. Cuando termines, acláralo bien empezando por la cabeza. ¡No dejes restos de champú!
Llegó el momento del temible secadooor…
Sí, probablemente esta sea la fase más odiada y temida por todos los peludos: la hora del secado. Lo primero que debes hacer es secarlo con una toalla lo máximo posible, así en caso de necesitar secador después, será menos rato.
Después, si hace buen tiempo o no va a salir de casa, puedes dejarlo secar al aire libre. Si no, utiliza el secador; si a tu perro le da miedo, puedes usar uno específico para perros: hacen menos ruido y el aire no es tan caliente. Otra opción es colocar un calefactor portátil cerca de su cama, ¡pero cuidado! ponlo a una distancia prudente para que no se queme y no dejes de vigilarlo.
Y por último… ¡a peinar!
La última fase de esta sesión de peluquería canina en casa es el cepillado. Empieza por la cabeza y baja por el lomo, para terminar por las patas y la cola.
¿Qué tal ha ido? ¿Has llegado hasta aquí? Seguro que no ha sido tan difícil… Pero ten en cuenta que peinar a tu perro frecuentemente facilita mucho estas sesiones intensivas. Si tenía demasiados nudos, intenta tomar una rutina de peinado diario ¡y la próxima vez será mucho más fácil!
Ya hemos terminado. Ahora vienen lo que yo llamo «los días suaves», unos cuantos días de perro suave y esponjoso como una nube. ¡Disfrutadlo ambos! Seguro que no podrás dejar de acariciarlo y él se sentirá muy a gusto.
