La hepatitis en perros es similar a la de los humanos. Se trata de una inflamación del hígado, pero en función de lo que la cause, hablamos de diferentes tipos de hepatitis. En este artículo descubrirás todo sobre la hepatitis canina, tanto los tipos y causas como los síntomas, los tratamientos y la prevención.
Tipos de hepatitis en perros
Como comentábamos, la hepatitis es la inflamación del hígado. Las causas pueden ser diferentes, por lo que también hay distintas variedades de hepatitis en perros:
- Hepatitis común: causada por una intoxicación, bien por productos tóxicos como tal o por efecto secundario de un medicamento agresivo para el hígado. Normalmente sólo presenta síntomas cuando el estado es grave.
- Hepatitis autoinmune: el propio sistema inmunitario del perro reacciona contra las células del hígado (hepatocitos) porque los confunde con agentes patógenos.
- Hepatitis infecciosa: provocada por el adenovirus canino tipo 1, una enfermedad vírica muy contagiosa. La mayoría de casos se dan en perros menores de un año.
Todas ellas son tratables, aunque pueden llegar a ser mortales si el cuadro es demasiado grave, además de correr el riesgo de que las lesiones se cronifiquen.
Síntomas de la hepatitis en perros
Sea cual sea la causa de la hepatitis en un perro, al ser la misma enfermedad los síntomas son comunes a las tres variantes:
- Sed persistente
- Dolor abdominal, puede llegar incluso a paralizar al perro
- Ictericia: ojos y mucosas se vuelven amarillentas
- Fiebre
- Edema subcutáneo
- Falta de apetito
- Lagrimeo y mucosidad excesiva
- Sangre en las mucosas
- Convulsiones
- Vómitos
Los daños hepáticos graves pueden dejar secuelas aun habiéndose curado la enfermedad. Si observas síntomas de hepatitis en tu perro, ¡acude al veterinario de urgencia! No esperes a que aparezcan más o empeoren.
Tratamiento de la hepatitis en perros
El tratamiento para un perro con hepatitis depende del tipo que sea la enfermedad.
- En la hepatitis común se buscará paliar los síntomas y eliminar el factor de riesgo que causó la enfermedad.
- En la hepatitis autoinmnune, además del tratamiento sintomático se puede añadir si es necesario un tratamiento inmunomodulador para restablecer las defensas.
- La hepatitis infecciosa no tiene cura. Se palian los síntomas y se administran medicamentos para evitar infecciones secundarias, además de adaptar el estilo de vida a esta condición del perro.
Recuerda que el veterinario es el único capacitado para diagnosticar y tratar la hepatitis en perros, así como cualquier otra enfermedad. ¡No trates a tu perro por tu cuenta ni confíes en terapias alternativas! Su salud está en juego.
Sin embargo, está claro que lo mejor es la prevención. En los casos de la hepatitis común y autoinmune, la evitarás si tu perro lleva un estilo de vida saludable y activo. Para la hepatitis infecciosa existen vacunas.
Una cosa más: ¡ten en cuenta que tu perro siempre necesitará cuidados y cariño! Sentirse querido le hará feliz y le ayudarás a pasar por la enfermedad.