Los animales a veces nos traen historias conmovedoras. Esta vez la protagonista es una gata llamada Stitch, pero no se trata de una gata cualquiera… ¿Te animas a conocer su historia?
Stitch, una gata especial
A Stitch la vida le había jugado una mala pasada. Cuando aún vivía con su criador anterior, sufrió una herida en el ojo y a partir de ahí su vida cambió para siempre. Phoebe Gill, la rescatadora de Stitch, explicó que la herida podría haberse curado:
Sufrió una herida en un ojo que se habría curado con medicación, pero su criador no la llevó al veterinario
Lo peor vino después… La pobre gatita empeoró y su criador terminó abandonándola. El veterinario la cogió y la operó, pero ya no había manera de salvarle el ojo: tuvo que quitárselo.
Fue entonces cuando Phoebe, una chica de 24 años, vio a Stitch en una foto y lo tuvo claro: se trataba de una gata calva y tuerta y sintió que tenía que adoptarla.
Me enamoré a primera vista y me la traje a casa
Stitch y Alaska: un dúo adorable
Sin embargo, Phoebe estaba asustada. Tenía un Bull Terrier llamado Alaska y no sabía como se iba a tomar a este nuevo miembro de la familia. Con toda la polémica que ha habido siempre sobre las relaciones entre gatos y perros… ¿Cómo reaccionaría Alaska?
Y entonces pasó lo inesperado… ¡No había nada de lo que preocuparse! Stitch se sintió cómoda desde el primer momento en su nuevo hogar. Además, lo más curioso es que Alaska y ella se hicieron inseparables. Lo que más temía Phoebe se convirtió en su mayor alegría.
“Estaba acostumbrada a que Alaska, mi perro, me siguiera a todos lados, hasta al retrete y a la ducha. Ahora lo hacen los dos. Comen juntos, duermen juntos, juegan juntos y estoy segura de que si dejáramos salir a Stitch a la calle, también harían caca juntos”, dijo a Bored Panda.
No llevo mucho tiempo con Stitch, pero nos ha traído mucho amor