Que a tu gato le llore un ojo, o los dos, no es del todo normal. Quizás el motivo no sea grave, pero es conveniente saber actuar. Si te estás preguntando ‘¿por qué a mi gato le llora un ojo?’, te invitamos a que sigas leyendo nuestro post.
Cuál es la razón por la que a mi gato le llora un ojo
En el caso de que tan solo sea un ojo el que lagrimea, puede ser una sencilla irritación provocada por un elemento externo. Los más comunes son:
- Las motas de polvo, incluida la arena de su arenero.
- El champú, si lo has bañado recientemente.
- Una astilla.
- Plantas o flores que expulsen polen.
- Sus propias uñas al rascarse.
- Un pulverizador.
Remedios para curar el lagrimeo felino
Ante el problema, lo primero que debes hacer es limpiar el ojito de tu gato. Para ello, puedes emplear algunos de los remedios humanos.
Coge una gasa esterilizada y échale suero fisiológico o, si lo prefieres, manzanilla. Nunca uses un algodón: puede dejar pelusas en sus ojos.
Intenta que la gasa esté húmeda, pero no empapada, porque el líquido quizás podría dañar aún más a tu gato. Si no te quieres arriesgar, pregunta a tu veterinario por un humectante especial para animales.
Ve limpiando suavemente desde el lagrimal hacia el exterior. Con estos movimientos puedes conseguir sacar ese molesto elemento que se ha introducido en el ojo de tu mascota.
Es muy importante que te fijes en las lágrimas que limpias. Si son transparentes, no hay problema, pero si notas que son espesas y amarillas la situación es otra. Puede que se haya provocado una herida que hay que curar.
Tanto si es este el caso, como si a pesar de la limpieza tu gato sigue llorando constantemente, debes acudir al veterinario.
Los ojos de mi gato no paran de llorar
‘A mi gato le llora un ojo… ¡y no para!’. Esto puede pasarte aunque se lo hayas limpiado. En ese caso podemos estar ante otro tipo de problema más grave.
Ese lagrimeo constante se llama epífora ocular y puede ser causada por varios motivos. El veterinario será el responsable de aclarar cuál es el que afecta a tu gato.
Por un lado, podría tratarse de una reacción alérgica. Piensa si has introducido en casa algún producto nuevo que le haya causado este malestar desde su entrada.
Por otro, quizás tu mascota tenga alguna malformación en el párpado (entropión) o afectado el lagrimal. En algunas razas de felinos es muy común que el lagrimal se obstruya con frecuencia (como en los persas). Si este es tu caso, deberás prestar más atención y limpiar sus ojos con más asiduidad.
También podría tratarse de un caso más grave de úlcera. Tu veterinario te aconsejará en cada momento lo que se debe hacer y lo más recomendable para tu amigo peludo.
¡No te preocupes! Si la causa se descubre con tiempo tendrá solución. No pierdas el ánimo y no pases por alto cualquier síntoma de lagrimeo en tu gato.