Las mascotas pueden enfrentarse a diversos problemas de salud, por lo que si no eres un profesional de la veterinaria, es normal que desconozcas las patologías posibles. Incluso aquellas que sean más frecuentes. En esta ocasión queremos hablaros de la enfermedad del saco anal en perros, que aunque no es habitual en todos los casos, no está de más conocerla y saber detectarla. Además, cabe destacar que también puede darse en gatos.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
¿Qué son los sacos anales en perros y gatos?
Los sacos anales, más comúnmente conocidos como glándulas anales, son dos pequeños sacos que se encuentran ubicados a cada lado de la pared muscular del ano.
Estos sacos cumplen una misión importante y es que excretan un líquido de textura aceitosa que ayuda a las mascotas a defecar, pues actúa como lubricante. Además de esto, dado que ese líquido tiene un olor muy fuerte, también les sirve para marcar territorio y para comunicarse entre ellos.
De hecho, el líquido que sale de estas glándulas es la razón por la que dos perros, al encontrarse, se «saludan» oliéndose el trasero.
¿Qué es la enfermedad del saco anal en los perros?
Para que entendamos qué es la enfermedad del saco anal en los perros, tenemos que saber cómo funcionan estas glándulas.
Como hemos dicho, las mismas poseen un líquido en su interior y lo habitual es que estos sacos se vacíen cuando tu mascota defeca.
No obstante, esto a veces no ocurre por diversas razones que explicaremos más adelante, dando lugar a una obstrucción y posterior infección.
Esto es lo que la convierte en la enfermedad del saco anal en perros, un problema que hará que tu mascota se sienta muy incómoda. Además, si no se trata a tiempo, la infección evolucionará negativamente hacia un absceso muy doloroso y peligroso.
Para ser más concretos, los problemas que podemos encontrar cuando se da la enfermedad del saco anal en los perros son:
- Saculitis anal, debido a la infección o inflamación del saco anal.
- Impactación del saco anal. Esto se produce porque las glándulas encuentran dificultades para evacuar el líquido que generan debido a que el agujero de salida está obstruido. En estos casos se forma una masa compacta que no puede fluir al exterior y que solo es posible sacar si se exprimen manualmente las glándulas.
- Abscesos en el saco anal. Se da cuando se produce una rotura en el saco anal que es secundaria a la obstrucción del conducto y también se da una infección secundaria.
Causas de la enfermedad del saco anal en perros
No se conocen con exactitud las causas concretas que pueden dar lugar a cambios en la capacidad para vaciar esos sacos con normalidad. Sin embargo, se han observado varios factores de predisposición:
- Unos conductos anormalmente pequeños, sean en la raza que sean, conducen a la obstrucción con mayor frecuencia.
- Hay cierta predisposición en las razas pequeñas, especialmente en los chihuahuas y los caniches.
- Los cambios en las características de las secreciones también pueden dar pie a la enfermedad.
- También puede darse por una hipersecreción de glándulas anales, posiblemente vinculada con seborrea.
- Otra razón sería la disfunción del esfínter anal externo.
- Las heces blandas o pequeñas recurrentes no proporcionan la presión necesaria para vaciar los sacos anales, lo que puede concurrir en una obstrucción.
Etapas de la enfermedad del saco anal en perros
Esta enfermedad se desarrolla en tres etapas.
Saco anal impactado
La mayoría de los casos en los que se da este problema se incluyen en esta categoría. Esta etapa es cuando las secreciones que hay dentro de los sacos no salieron correctamente y se volvieron espesas y secas, dando lugar a una obstrucción.
Esta impactación es bastante incómoda para el animal, además de que le puede causar estreñimiento.
Saco anal infectado
Cuando las bacterias se acumulan demasiado tiempo en las glándulas anales de los perros, acabarán por provocar una infección. En este punto, podría suceder que el pus que rezuma sea visible.
Esta infección es muy dolorosa para tu mascota, hasta el punto de poder volverse un animal agresivo sin que nunca haya tenido comportamientos de este tipo.
Para tratar los sacos anales que están infectados se requiere medicación.
Saco anal con absceso
Se da cuando no se tratan de manera correcta los sacos anales que se han infectado.
Ya no se puede sacar el líquido de manera manual y la presión que ejercen dentro del conducto del saco aumentará. Esto acabará por provocar una ruptura a través de la piel del animal.
El tratamiento de este problema es complejo y va a requerir una intervención quirúrgica, así como un drenaje. Después, un tratamiento con antibióticos y otros medicamentos para el dolor será suficiente para curar tras la intervención, siempre que no existan complicaciones.
Síntomas de la enfermedad del saco anal en mascotas
Algunos de los síntomas más comunes que pueden indicar que tu mascota sufre esta enfermedad, serían:
- Hinchazón: el área anal del animal se puede presentar enrojecida e inflamada.
- Dolor: normalmente esto le genera dolor al perro o gato que padece la patología. Eso se puede reflejar en esfuerzo al defecar, dificultades para sentarse, jadeos, pérdida de apetito, etc.
- Olor muy fuerte: ya de por sí el líquido que sale de los sacos anales es muy fuerte, pero cuando existe una infección en la zona, el olor se tornará casi insoportable.
- Lamer la zona o morderse: que el perro trate de lamerse la zona continuamente o que empiece a perseguirse la cola puede ser síntomas de que siente dolor en la misma, dolor que puede estar siendo causado por la enfermedad.
- El perro arrastra su trasero por el suelo: a veces vemos a nuestra mascota tener este comportamiento e, incluso, nos hace gracia. Sin embargo, no deberíamos pasarlo por alto, pues puede ser síntoma de este problema, aunque es más habitual que lo sea de una infección por parásitos intestinales.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?
Un veterinario será la persona encargada de diagnosticar esta enfermedad.
Para ello, realizará un examen rectal a tu mascota y exprimirá los sacos para recolectar su contenido y hacer un examen microscópico. Cuando los resultados revelen un número alto de glóbulos blancos y bacterias, será indicación de que existe una infección.
Por otro lado, cabe hablar de los tumores del saco anal. Estos generalmente se hallan en sacos anales agrandados, que son firmes al tacto y no se expresan con irrigación.
En caso de sospecha, el veterinario puede recomendar un examen de ultrasonido y así determinar si la enfermedad se ha propagado a otras zonas del cuerpo. También será necesaria una biopsia del tumor para su diagnóstico definitivo.
Adicionalmente, es posible que se solicite un análisis sanguíneo para medir el nivel de calcio sérico que haya en la mascota, el cual a menudo se eleva con los tumores del saco anal.
Normalmente, las mascotas vacían sus sacos anales de manera natural, por lo que esto no es un problema habitual en ellas. Además, los servicios de peluquería canina, en muchos casos, incluyen un vaciado y si no, se puede acudir a ellos para solicitarlo. También a los veterinarios. No obstante, un vaciado excesivo e innecesario puede ser contraproducente.