Aunque en menor medida respecto a los perros, la leishmaniasis en gatos (o leishmaniosis felina) también se da. Hablamos sobre esta enfermedad, sus síntomas y forma de detección.
¿Qué es y qué produce la leishmaniasis en gatos o leishmaniosis felina?
La leishmaniasis, más en concreto conocida técnicamente como leishmania infantum, es una enfermedad crónica que se transmite a los felinos por medio de la picadura de unos insectos llamados flebotomos.
Sin embargo, cabe destacar que dicha enfermedad es aparentemente menos frecuente en los gatos que en los perros.
Eso es lo que dicen los resultados de estudios realizados. Al hablar de ello, los expertos lo relacionan con dos explicaciones, principalmente:
- Que los gatos sean realmente más fuertes ante la leishmaniasis que los perros.
- O bien puede ser que la patología no sea aún lo suficientemente conocida como para detectarla correctamente, siendo sus síntomas asociados a otras enfermedades más comunes en los gatos.
De cualquier modo, los análisis realizados señalan que la enfermedad suele manifestarse de manera general en gatos con un sistema inmune débil, a causa de otras enfermedades como la del SIDA felino.
En otros casos, el animal también puede ser picado por el insecto que contagia, pero no desarrollan la enfermedad gracias a su fuerte sistema inmunitario.
Síntomas de la leishmaniasis en gatos y detección
El periodo de incubación de la enfermedad es bastante largo, por lo que los síntomas no se presentarán de manera inmediata en el gato infectado.
Entre esos síntomas encontramos:
- Nódulos en la boca.
- Dermatitis nodular o dermatitis con úlceras.
- Linfadenomegalia.
- Anemia no regenerativa.
- Lesiones oculares: conjuntivitis, inflamación de la úvea, blefaritis, queratitis, etc.
- En algunos casos pueden provocarse daños en los riñones o el hígado, causando insuficiencia renal o hepática.
Para la detección de la enfermedad se suelen realizar pruebas, ya que los síntomas pueden confundirse con los de otras enfermedades.
Entre dichas pruebas se encuentran la biopsia cutánea, exámenes citológicos de las lesisones de la piel, pruebas serológicas para cuantificar los anticupertos contra la leishmania del gato o frotis de muestras sanguíneas o de la médula ósea.
¿Hay tratamiento para la leishmaniasis en gatos?
Lo cierto es que no hay un tratamiento concreto para paliar la enfermedad. Sí que existen ciertos medicamentos cuya administración reducen los síntomas, por lo que es importante que acudas a tu veterinario para seguir sus indicaciones.
Además, los controles deberán ser regulares.
Al no existir forma de acabar con la enfermedad, lo mejor que puedes hacer por tu felino es evitarla. Para ello, debes seguir los siguientes pasos.
Mantén a tu gato fuerte
Como dijimos antes, los gatos con el sistema inmunitario débil son los más propensos a contagiarse de la leishmaniasis felina. Por ello, es esencial que mantengas a tu gato sano y fuerte para no atraer esta u otras enfermedades.
Alimenta a tu gatito correctamente, mantén sus vacunas al día y no dudes en acudir al veterinario ante cualquier síntoma extraño.
Desparasita a tu gato
Es importante que acudas a un profesional que te aconseje sobre la correcta desparasitación de tu gato.
No solo esta enfermedad se puede contagiar por un parásito, muchas otras también y se pueden evitar.
Protección en casa frente al causante
Los gatos con acceso libre a la calle son más propensos a acabar contagiados que los que viven en el interior de las viviendas.
Además, aunque tu gato viva dentro de tu casa, es aconsejable el uso de mosquiteras en las ventanas, impidiendo así que el insecto flebotomo acceda y pique y contagie al gato.
Ten muy en cuenta todas estas indicaciones: ¡la salud de tu mascota está en juego!