¿Es normal que un cachorro sea agresivo? ¡No! Aunque mucha gente crea lo contrario, por ejemplo, los perros no muerden sólo porque sí. Un cachorro agresivo es consecuencia de una mala gestión de su educación, o bien por una mala experiencia o trauma del pasado. En este artículo te damos las respuestas y soluciones a la agresividad canina.
Por qué mi perro es un cachorro agresivo
Uno de los motivos principales por los que un cachorro es agresivo, aunque te resulte difícil de creer, es el miedo. Y el miedo puede tener su raíz en montones de causas diferentes: a veces puede ser un trauma por una mala experiencia en el pasado, pero otras veces no.
Muchas veces, el miedo de los cachorros agresivos, o perros ya adultos, se debe a una falta de socialización: un perro que no socializa bien y se acostumbra a relacionarse, desarrollará miedo a todo y a todos. ¡Por eso es tan importante dejar que tu perro se relacione cuando sale de paseo! Si no le dejas, le estarás transmitiendo. «no puedes saludar a ese perro porque es peligroso». Y con el tiempo, verá a todos los perros como peligrosos. Y lo mismo con las personas.
Si acostumbras a tu perro a ver a otros animales y personas como algo positivo, como portadores de mimos y diversión, no habrá lugar para la agresividad. Estará encantado de socializar con todo el mundo. Incluso si tu perro ya es agresivo, ¡nunca es tarde para enseñarle a socializar!
La socialización de los cachorros
Es fundamental que le dejes socializar con personas, tanto de dentro como de fuera del hogar, para evitar que se convierta en un cachorro agresivo.
Las personas somos muy diferentes unas de otras, y más para un perro: diferentes tamaños, edades, aspectos, olores, tonos de voz… Por eso, conocer personas diferentes es interesante para tu cachorro, pero también puede ser un poquito estresante.
Para evitar que esto ocurra y que tu perro socialice con gusto y tranquilidad, la clave es empezar a hacerlo desde pequeñito, lo antes posible. Si tienes un cachorro socializado, no tendrás un cachorro agresivo. Cuanto más tardes en empezar, más costará que se acostumbre a la gente.
Por otra parte, también debe acostumbrarse a los niños. Porque sí, ¡los sabe diferenciar de los adultos! De hecho, se suelen llevar bastante bien, por lo general a los perros les gustan los niños. Hay que hacerlo poco a poco y siempre con vigilancia, ya que si no podrían asustarse o hacerse daño mutuamente.
Tu perro aprende… ¡lo que tú le enseñas!
La etapa de infancia de las mascotas determina en gran medida cómo serán en el futuro. Son muy influenciables y todo les sorprende: su entorno, las personas y animales con los que trata. ¡Todos los estímulos cuentan! Y todo lo que aprende, se convertirá en un hábito después.
Por eso, si no quieres un cachorro agresivo, no le permitas hacer cosas que puedan derivar en problemas de conducta. Observa todo lo que hace: si por ejemplo, al jugar te muerde, déjale claro que no quieres que haga eso o lo verá como algo correcto. Igualmente si agobia a los niños, o destroza cosas.
Es bastante habitual que se enseñe a perros a morder manos de forma inofensiva, a modo de juego. Además, para un cachorro que acaba de llegar a casa, morder es algo normal: es lo que hacía con sus hermanos para jugar, por eso creerá que también tiene que hacerlo contigo. Pero si se lo permites, ¡podría ir a peor y volverse incontrolable!
Si tu perro quiere morderte las manos, cierra el puño para hacérselo más difícil y dale un juguete para morder en su lugar. Tener un perro que muerde, aunque sea jugando, puede convertirse en un gran problema.
Lo mejor para no tener un cachorro agresivo es la prevención. Una buena educación y socialización ayudan mucho a un perro a formarse de la forma adecuada para que la convivencia sea sana y agradable. Pero si tu cachorro ya tiene problemas, ¡nunca es tarde para solucionarlos!