4 buenas razones para mantener a tu mascota alejada de la cocina
A todos nos ha pasado estar en la cocina preparando nuestra comida y de repente oír unas patitas que entran por la puerta. O hemos sentido dos ojos brillantes mirándonos desde abajo esperando para recibir un premio. Ambas cosas nos pueden parecer graciosas, pero ¿es bueno? En este artículo te damos 4 buenas razones para que tu mascota no acceda a la cocina de tu hogar.
La cocina no es lugar para tu mascota
Que nuestras mascotas sean los reyes y reinas de nuestra casa está muy bien, pero es necesario establecer ciertos límites con ellos. Uno de esos límites es el acceso a algunas estancias del hogar.
Si eres alérgico a tu mascota, una de las cosas que debes hacer para disminuir los síntomas es no permitirle entrar a tu habitación. Así la mantendrás libre de los posibles causantes de la alergia.
En el caso de la cocina, también existen muchas razones para que tu perro o gato no entre en ella. ¡Toma nota!
1. Por higiene y por nuestra salud
Estamos hablando del lugar donde conservamos, manipulamos y elaboramos lo que luego nos llevamos a la boca. Si tus peludos están paseándose todo el día libremente por ahí, imagínate la de pelos que podrías tragarte.
Pero la cosa va muchísimo más allá. Imagina también la cantidad de bichitos microscópicos que lleva tu perro o gato en su pelo o patas, especialmente si ha estado en la calle recientemente.
Tanto por acariciar a tu peludo y luego no lavarte las manos, como por el simple hecho de que el peludito se sacuda cerca, todo ello se quedará en la zona y podría acabar en tu estómago, provocándote problemas gastrointestinales o alérgicos.
2. Por su comportamiento y educación
Es importante educar a nuestras mascotas desde que son cachorros para evitar problemas de conducta de adultos o corregir su comportamiento.
Hay algo que los peludos llevan en su naturaleza y es el instinto de supervivencia. Esto hace que, manjar que ven a su alcance, manjar que intenten robarnos. ¡No lo hacen con maldad! Pero claro, en la cocina tienen prácticamente vía libre. Y si a eso le sumamos que los hay que son bastante glotones, pues peor.
Es por ello que, si le estamos enseñando a nuestra mascota que quitarnos la comida del plato no está bien, que entren en la cocina y puedan coger lo que quieran o que nosotros mismos se lo demos, es darle señales contradictorias.
3. Por su salud
Ligado al punto anterior encontramos este motivo para que tu mascota no entre en la cocina, y es por su salud.
Hay alimentos que son altamente tóxicos para los perros y para los gatos, y que debes evitar por todos los medios que consuman.
¿Qué pasará si estos están al alcance de todos y tus amigos de cuatro patas entran en la cocina y los comen? Pues en el mejor de los casos puede que vomite o les dé diarrea… pero en casos graves, en los que comen una gran cantidad de ese alimento, podrían llegar a morir.
Además, prohibiéndole que entre en la cocina también evitas caer en sus redes y darle tú mismo algo que le siente mal, especialmente cuando le ofreces comida sin lavar o cruda en mal estado.
4. Por seguridad
Otra de las razones por las que las mascotas no deben entrar en la cocina de nuestra casa es por seguridad: la suya y la nuestra.
Y es que especialmente a los gatos, que son ágiles y grandes escaladores, les encanta subirse a las encimeras. Este es uno de los comportamientos felinos que debemos corregir
¿Te imaginas los riesgos que eso podría suponer para tu seguridad y la de tu mascota? Tu peludo puede quemarse si estás calentando algo en la cocina, puede volcar un caldero ardiendo, puede tirar la vajilla al suelo y llenarlo todo de cristales… Él, tú o cualquier otra persona, incluyendo los peques de la casa, podrían hacerse muchísimo daño.
Es verdad que a lo largo de este artículo hemos hablado únicamente de perros y gatos, pero lo cierto es que ninguna mascota debería tener acceso a la cocina. Eso incluye a las que están en jaulas, como pájaros o roedores, y también a los peces.
Piénsalo bien, los animales que viven en jaulas hacen todo dentro de ella: comen, duermen, juegan… y defecan. Sí, en la misma estancia donde tú cocinas. Solo por lo que eso significa, ya deberías tener claro por qué no deberían estar en esa estancia de la casa. ¡No lo olvides!