Llegas a casa y ves que tu perrete se ha comido tus zapatos favoritos. O se ha hecho pipí en la alfombra. O ha abierto la bolsa de basura y ha esparcido su contenido por la cocina. Amas a tu mascota, pero en ese momento solo te sale gritarle para decirle lo malo que es. ¡Error! Con eso no vas a conseguir nada bueno. Te contamos por qué no debemos gritar al perro bajo ninguna circunstancia.
Gritar a tu perro no soluciona nada
En primer lugar, debes saber que reprender a tu perro por algo que ya ha hecho hace rato no va a servir de nada porque no va a saber asociar esa reprimenda con su mal acto. Es decir, que si quieres corregir una conducta de tu mascota (recuerda, sin gritos), debes pillarlo in fraganti.
Aclarado esto, vamos a enumerar los motivos por los cuales nunca debemos gritar al perro para educarle:
1. El tono no es el correcto
Los perros notan los diferentes tonos de voz de los humanos, pero eso no significa que el grito en ellos sea efectivo. Lo que conseguirás al gritarle es causarle unos niveles de estrés altos, mucho miedo e inseguridad.
Para educar a tu perro debes emplear un tono firme y sonoro, pero no una voz altísima y chillona.
Los perros tienen buen oído, no es necesario alzar la voz en una reprimenda.
2. El discurso se alarga
A veces, cuando comenzamos a gritar, nos desahogamos con discursos largos. Tu perro no va a entender tanta palabra, de ahí que las órdenes deban ser cortitas.
Si pillas a tu perro haciendo algo malo debes emplear un ‘¡No!’ determinante. Eso va a ser mucho más eficaz que un ‘¡NOOOO! ¡ESO NO SE HACE, PERRO MALO, TE LO HE DICHO MIL VECES!’ a gritos.
3. No lo ha hecho intencionadamente
Ante una mala actitud canina tú reaccionas como humano, pero él ha actuado como un perro. No debemos gritarle porque nuestra reacción no es la adecuada frente a su intención.
4. No conseguirás resultados a largo plazo
Si empiezas a gritar a tu mascota por algo, dejará de hacer lo que estaba haciendo pero simplemente porque se asustará.
Es mejor que emplees una orden con la cual vayas educando al can para que la retenga y no repita ese mal comportamiento.
Si no le grito al perro, ¿cómo aprenderá?
Con una buena educación basada en lo que es: un perro. Sí, es un miembro más de nuestra familia y lo queremos y cuidamos como tal, pero igual que no debemos gritar a los niños para educarlos, tampoco debemos hacerlo con nuestras mascotas.
Lo ideal siempre será utilizar el refuerzo positivo. Con esta técnica lo que se hace es premiar los buenos comportamientos, en lugar de castigar los malos. De esta manera se consigue que el perro aumente su receptividad y curiosidad y no se alimenten sus miedos y traumas.
La educación canina debe comenzar desde cachorros para que sea lo más eficaz posible y se eviten problemas de agresividad cuando el perro sea adulto.
Lo mejor siempre es acudir a un profesional del adiestramiento, pero su educación tiene que continuar en casa. Por ejemplo, tú mismo puede enseñar a tu cachorro que no debe morderte las manos.
Todo proceso de educación lleva su tiempo, así que debes armarte de paciencia. Y sobre todo, recuérdalo: ¡no debes gritar a tu perro!