Seguro que más de una vez te has sentido nervioso o nerviosa. Incluso puede ser que en alguna ocasión hayas experimentado ansiedad. Pues bien, debes saber que a los felinos les puede pasar exactamente lo mismo. Quizás alguna vez has observado a tu mascota y has pensado, “Mi gato está muy nervioso. ¿Qué pasa? ¿Cómo puedo ayudarlo?”. Desde Wakyma, trataremos de dar respuesta a estas inquietudes.
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¿Por qué mi gato está muy nervioso?
Antes de entrar a tratar el cómo ayudar a un gato nervioso, es esencial comprender las posibles causas que le han llevado a ese nerviosismo o ansiedad. Para ello, hay que partir de la base de que los felinos son criaturas sensibles y, por tanto, son muchos los factores que pueden contribuir a ese estado:
- Los cambios en el entorno. Los felinos son animales territoriales y pueden sentirse nerviosos ante cambios significativos en su hogar. Por ejemplo, la llegada de nuevos miembros familiares, mudanzas o incluso la reorganización del mobiliario.
- Ruidos fuertes. Los ruidos fuertes, como tormentas, fuegos artificiales o construcciones cercanas, pueden asustar a los gatos y hacer que se sientan nerviosos.
- Visitas al veterinario. Las visitas al veterinario pueden resultar estresantes para los gatos. La experiencia del viaje, la mezcla de olores desconocidos y la presencia de otros animales en la clínica pueden provocar ansiedad.
- Problemas de salud. El nerviosismo también puede ser un indicador de problemas de salud en los gatos. En caso de que la ansiedad persista, es importante consultar a un veterinario para descartar posibles enfermedades.
- Cambios en la rutina. Los gatos son criaturas de hábitos, y cualquier cambio en su rutina diaria, como modificaciones en la hora de la comida o en el tiempo de juego, puede causarles estrés.
Señales de nerviosismo en el gato
Si piensas “mi gato está muy nervioso” es porque has podido identificar las señales de nerviosismo en tu peludo amigo. Ese es el primer paso para abordar el problema. Sin embargo, por si quedan dudas o para quien no las conozca, algunas señales comunes incluyen:
- Tu gato maúlla mucho. Un aumento en los maullidos, especialmente si son agudos o lastimeros, puede indicar ansiedad. Si notas que tu gato maúlla con mayor frecuencia de lo habitual, puede estar expresando su incomodidad o inseguridad en ciertas situaciones.
- Cambios en los hábitos alimenticios. Tanto una pérdida de apetito como comer en exceso, pueden ser indicadores de nerviosismo. Si tu gato muestra cambios notables en sus hábitos alimenticios, como rechazar la comida o comer compulsivamente, podría estar experimentando ansiedad relacionada con el entorno o la salud.
- Marcaje territorial excesivo. Otra de las señales que indican que mi gato está muy nervioso es marcar territorio más de lo normal. Por ejemplo, rascar o rociar orina, puede ser una respuesta al nerviosismo. Si notas que tu gato intensifica ese comportamiento de marcaje, podría estar utilizando esta táctica para afirmar su territorio como una forma de enfrentar la inseguridad que siente en su entorno.
- Aumento de la agresividad. Los gatos nerviosos pueden volverse más agresivos, mostrando signos de irritabilidad o incluso atacando sin motivo aparente. Si observas que tu gato reacciona de manera más brusca ante estímulos cotidianos o exhibe comportamientos agresivos repentinos, es probable que esté lidiando con el estrés.
- Evitación. Si tu mascota evita el contacto o se esconde mucho, podría estar sintiendo ansiedad. Además de la reclusión, observa si tu gato muestra resistencia a situaciones que normalmente disfruta, como acercarse a ti o participar en actividades de juego.
Mi gato está muy nervioso, ¿cómo lo ayudo?
Una vez hayamos identificado las señales que sugieren que nuestro gato está muy nervioso, es hora de actuar. Para ello puedes echar mano de múltiples técnicas.
- Puedes usar feromonas para gatos sintéticas para promover una sensación de calma.
- Proporciónale un refugio tranquilo en el que pueda estar sintiéndose seguro.
- Lleva siempre una rutina, tanto en las horas de su alimentación, como juegos o hábitos de higiene en los que intervengas. Por ejemplo, cepillar el pelo a tu gato.
- En caso de que se tengan que producir cambios en el entorno o en su alimentación, hazlo siempre de manera gradual. La neofobia felina es demasiado habitual y hay que ayudarlos.
- También acostumbra a tu mascota al transportín poco a poco, al igual que a sacarlo de casa. Por tanto, intenta que salga de tu hogar en el transportín de vez en cuando y no solo cuando lo tengas que sacar obligatoriamente.
- El enriquecimiento ambiental también es esencial si mi gato está muy nervioso. Proporciona juguetes interactivos y estructuras para trepar que estimulen la mente de tu gato y reduzcan el aburrimiento.
- Juega con el gato. El juego es una excelente manera de liberar el exceso de energía y reducir el estrés en los gatos.
- La música suave o relajante también son opciones perfectas para crear un ambiente tranquilo para tu mascota.
- Proporciona una dieta equilibrada y de alta calidad para mantener la salud física y mental de tu gato.
¡Y recuerda siempre que ante cualquier duda sobre el bienestar de tu familia peluda, el veterinario es quien puede darte las respuestas! Sobre todo, porque cada gato es único, por lo que es importante conocer cada caso particular para adaptar la ayuda a él.