llevar al gato al veterinario

Consejos para llevar al gato al veterinario

La mayoría de aquellas personas que comparten vida con un felino saben que llevar al gato al veterinario no siempre es una actividad sencilla. Esto puede pasar por muchas razones, pero nosotros nos referimos al mal rato que pasa el animal tanto durante el transporte, como en el centro y la consulta.

Es por ello que hoy os queremos dar algunos consejos para que pongáis en práctica, pues pueden hacer que todo ello se haga más llevadero.

¿Por qué hay que llevar al gato al veterinario?

Tener una mascota implica una responsabilidad. Velar por su buen estado de salud es primordial, además de darle todo el amor que se merece.

Los gatos, como cualquier otro ser vivo, pueden enfermar. Por el carácter más bien independiente que tienen estos animales, en muchas ocasiones los tutores no detectan ningún síntoma de enfermedad hasta que esta está avanzada.

Por ese motivo, acudir con el animal al centro veterinario para hacerle revisiones rutinarias 1 o 2 veces al año nunca está de más. 

Pero adicional a esto, hay que saber que existen enfermedades que son altamente mortales para los gatos y que se pueden prevenir cumpliendo con su calendario de vacunación.

Por otro lado, no hay que olvidar la importancia de castrar o esterilizar a tu gato para prevenir ciertas enfermedades y reducir algunos comportamientos negativos, como la agresividad entre machos o el marcaje.

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Consejos antes de llevar al gato al veterinario

Antes de acudir con el felino al veterinario, este debe haberse familiarizado con el transportín en el que se va a introducir para llegar hasta el centro.

Es aconsejable que dicho transportín sea rígido y lo suficientemente grande como para que el gato quepa dentro y con holgura para poder darse la vuelta. Este debe estar a la vista del gato como si formase parte del mobiliario del hogar, con la puerta abierta para que el animal entre y curiosee cuando le apetezca.

Si le colocas un pequeño colchón o algo mullido dentro, es probable que hasta acabe por tomarlo como refugio para su descanso. De esa forma, el día que sea necesario que entre para salir de casa (sea para ir al veterinario o a cualquier otro sitio) no se sentirá encerrado en un lugar extraño.

Puedes incentivarle también a que entre colocando de vez en cuando premios dentro. Eso sí, aunque es importante que el felino entre por sí solo y al principio la puerta del transportín siempre debe estar abierta, también hay que acostumbrarle a que dicha puerta se cierre y el habitáculo no esté siempre en el suelo.

Por ello, de vez en cuando, cierra dicha puerta, coge el transportín y date un paseo por casa con él, evitando siempre los movimientos bruscos.

Todo este proceso debería empezar cuando el gato aún es cachorro para ir acostumbrándole poco a poco.

Consejos para llevar al gato al veterinario: el día de la visita

El día que toque visita al centro veterinario se deben seguir ciertos pasos. Para empezar, no esperes hasta el último segundo para intentar introducir al animal dentro del transportín.

Lo ideal, como decíamos antes, es que entre él por sí mismo y eso puede llevar algo de tiempo. Atráelo hacia él con un juguete y premios.

Si el gato no está acostumbrado a salir de casa, la cantidad de estímulos a los que será sometido de golpe le van a estresar muchísimo. Por ello, se recomienda cubrir el transportín con una toalla o sábana fina para, al menos, ocultarle los estímulos visuales.

Eso sí, siempre garantizando una buena ventilación al animal. Mucho ojo con cubrir de más en épocas de calor.

Por otro lado, en todo momento hay que hablar al gato con voz calmada. Si no te ve, al menos que oiga y sienta que estás ahí.

Al sujetar el transportín hay que hacerlo con firmeza, evitando balanceos y golpes. Si vas a andar con él, es mejor que lo sujetes con las dos manos contra tu pecho. En el coche, hay que verificar que este está asegurado con el cinturón.

Durante el trayecto en automóvil, evita poner música demasiado alta y continúa hablándole al animal.

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Llevar al gato al veterinario: en el centro

Al llegar a la clínica veterinaria comunica tu presencia para ser llamado en cuanto te toque. Pregunta si existe sala de espera separada para perros y gatos y,  de no haberla, pregunta dónde puedes esperar a ser llamado sin que el animal se estrese mucho.

Si tienes que esperar en una sala común, evita poner el transportín en el suelo para que no se le acerquen otras mascotas y mantenlo cubierto.

Al ser llamado a consulta, entra siempre con el animal salvo que el veterinario te indique lo contrario, como en casos en los que se les deba realizar pruebas específicas. Le tranquilizará verte.

Al volver a casa

El proceso no termina cuando sales de la consulta, pues tras llevar al gato al veterinario, aún debes tener en consideración algunos aspectos.

Para empezar, el felino estará todavía algo nervioso e, incluso, puede que un poco desorientado por el cambio y todos los estímulos recibidos. Debes darle su tiempo para ubicarse de nuevo en el hogar.

Eso significa que si al abrir el transportín el gato huye a refugiarse, le dejes tranquilo para que lo haga. Siempre que no esté contraindicado, le puedes ofrecer un snack o premio. Pregunta a tu veterinario sobre esta posibilidad antes de salir del centro.

En caso de que en el hogar haya otras mascotas, también se deben tener ciertas precauciones. El felino y tú volveréis impregnados por olores del centro, quizás imperceptibles para ti, pero sí apreciables por otros gatos o perros.

Para evitar que las otras mascotas molesten al gato que ha estado en la clínica, es mejor no juntarlos de golpe, pues incluso otros felinos pueden mostrarse agresivos con él. Lo ideal es que lo lleves a una zona apartada donde los demás animales no puedan acceder y dejes que se reencuentren pasadas unas horas.

De no ser posible esto o notar mucha ansiedad en el gato por querer salir de donde está (como dijimos antes, quizás quiera correr a refugiarse), entonces déjalo libre en casa, pero controla las actitudes de las otras mascotas.

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Auxiliar de Veterinaria, Graduada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid y redactora SEO especializada en contenidos sobre mascotas. Siempre en continua formación para ampliar sus conocimientos sobre el mundo animal.

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