Según donde vivas, tu gato tendrá más o menos acceso al exterior. Esas salidas pueden suponer un riesgo para su salud, por accidentes y por posibilidad de contagiarse de enfermedades. Sin embargo, que tu gato no salga de casa no significa que esté exento de padecer problemas de salud. Por ello, te invitamos a descubrir con qué frecuencia hay que llevar al gato al veterinario, pues sin duda es la mejor solución para saber si tu mascota está sana.
Envejecimiento natural de los gatos
El cuerpo de tu felino, salga de casa o no, o lo que es lo mismo, esté expuesto a más riesgos o no, cuenta con un envejecimiento natural de su cuerpo.
Todos los gatos tienen una evolución de sus órganos a medida que envejecen, igual que pasa con las personas. No obstante, en su caso sucede de manera más rápida que en el nuestro.
Dicho envejecimiento no tiene por qué suponer enfermedad, pero podría haberla y tú ni siquiera enterarte. El motivo es que los felinos son excesivamente buenos escondiendo todos sus síntomas.
¿Por qué es importante llevar al gato al veterinario regularmente?
Precisamente, ese don que tienen los felinos para disimular sus enfermedades es uno de los motivos principales para acudir a citas veterinarias periódicas.
Por ejemplo, no tienes que pensar que es simplemente causa de la vejez el hecho de que tu gato no quiera moverse.
Uno de los instintos de los gatos más arraigados es el instinto cazador. Cazará aunque no salga de casa (sus juguetes, por ejemplo) y siempre le gustará saltar y acechar desde sitios altos. Si tu mascota deja de hacer esas cosas no es porque se esté haciendo viejo, es porque posiblemente haya un gran dolor articular detrás y querrá evitar moverse.
La esperanza de vida del gato es elevada y se calcula que más del 90% de los felinos mayores de 12 años muestran signos de osteoartritis en las radiografías. Descubrir el problema tempranamente ayudará a ponerle solución al dolor.
Además, los problemas dentales son otro de los graves inconvenientes de salud en los felinos.
Pocos propietarios se atreven a abrirle la boca a su mascota para comprobar si su salud bucodental es la adecuada. Y aunque lo hiciesen todos, hay problemas que se presentan en el interior del diente y que no son fácilmente detectables.
Los problemas en la boca de tu gato, además de mucho dolor, podrían llevarle a dejar de comer, con todo lo que ello acarrearía consecuentemente.
Por estas cuestiones y otras muchas, es importante saber la frecuencia con la que se debe llevar al gato al veterinario.
¿Con qué frecuencia se debe llevar al gato al veterinario?
Es evidente que si detectas algún síntoma de enfermedad en tu mascota debes acudir de inmediato al veterinario. Sin embargo, como hemos dicho, los síntomas no siempre son evidentes. Y entonces, ¿con qué frecuencia se debe llevar al gato al veterinario?
Los profesionales veterinarios suelen hacer la recomendación basándose en la edad del felino, si no tiene una patología ya detectada.
En general, recomiendan que se les lleve una vez al año si son menores de 7 años y a partir de esa edad, cada 6 meses.
Esto es así porque aunque las enfermedades no «tienen edad», muchas de las que suelen aquejar más a los felinos aparecen a medida que el gato se hace más mayor.
Signos de enfermedad en gatos
Conocer bien a tu mascota y observar cómo se comporta en tu hogar te ayudará a detectar un posible caso de enfermedad y actuar con rapidez.
Algunos de los signos generales que podrían indicar que tu felino está teniendo problemas de salud son:
- Ha cambiado su comportamiento contigo. Si se trataba de un gato cariñoso y ya no lo es tanto o si, por el contrario, no lo era y ahora reclama constantemente tu atención y tus mimos.
- Está mucho más tranquilo de lo normal.
- Su peso ha disminuido.
- Come y bebe menos agua de lo habitual, o al contario.
- Se esconde más.
- Se mueve de una manera mucho más extraña.
- Hace movimientos raros con la cabeza y la boca cuando come.
- Se muestra molesto o enfadado si lo acaricias o le cepillas el pelo.
- Maúlla mucho más de lo normal.
- Hace sus necesidades fuera de la bandeja de arena o maúlla cuando lo hace.
En definitiva, cualquier cambio en su conducta usual podría ser señal de que algo no va bien y es tu responsabilidad averiguar, llevándolo al veterinario, qué le sucede.
Consejos para llevar al gato al veterinario
Ahora que ya conoces la frecuencia con la que hay que llevar al gato al veterinario, es aconsejable que tengas algunas consideraciones en cuenta al llevar a tu gato a la clínica. Esto se debe a que la realidad es que la experiencia de acudir al centro veterinario no es para nada agradable para los gatos.
Para hacérselo más fácil:
- Acostumbra a tu felino a entrar a un transportín desde que es cachorro, porque así se irá familiarizando con él y no será traumático meterlo para acudir a consulta (o a cualquier otro lado).
- El día de la visita no esperes hasta el último segundo para intentar meterlo en él. Tómatelo con calma e incentívale con premios y juguetes.
- Es recomendable que durante el trayecto y al entrar en la clínica cubras el transportín con una tela fina para evitarle estímulos visuales de más, pero mucho ojo con tapar su ventilación.
- A la vez, háblale a tu mascota con voz calmada para que sepa que estás a su lado.
- En el centro veterinario evita poner el transportín en el suelo si hay muchos animales cerca.
- Cuando llegues a casa tras la consulta, respeta el espacio del gato. Es posible que se encuentre algo desorientado por el viaje y quiera correr a refugiarse, así que permíteselo.