Si tienes un perro en casa debes saber que es muy probable que en algún momento de su vida tenga que llevar bozal. Sí, aunque se trate de un pequeño chihuahua. En el transporte público, los aeropuertos y aviones, etc. En muchos casos te pedirán que se lo coloques. Por ello, hoy te explicamos paso a paso cómo poner un bozal a un perro de la manera más eficaz.
La importancia de darle tiempo
Antes de comenzar a ponerle el bozal a tu perro, lo primero que debes saber es qué tipo de bozal necesita y su tamaño.
No vale cualquiera. Dependiendo de la raza y su talla necesitará un bozal específico. Es muy importante que, además de cumplir su función, se adapte correctamente a su hocico.
Llevar un bozal no es muy agradable para los peludos, así que será peor si encima le queda muy estrecho o le hace daño, por ejemplo.
Una vez hayas seleccionado el bozal indicado, ten en cuenta las dos claves principales a la hora de saber cómo poner un bozal a un perro: el tiempo y la paciencia.
Porque sí, si quieres acostumbrar a tu perro al uso del bozal y que no sea una experiencia traumática para él, tienes que ir poco a poco y darle su tiempo.
Y lo mismo sucede con acostumbrarlo al transportín o al uso del arnés y la correa.
Dicho esto, analicemos los pasos a seguir.
Cómo poner un bozal a un perro paso a paso
Toma nota de los pasos a seguir.
1. El primer acercamiento
Teniendo en cuenta que las claves que hemos mencionado son el tiempo y la calma, habrás deducido que ponerle el bozal de un momento para otro sería un error muy grave.
Por ello, a la hora de aprender cómo poner un bozal a un perro, debes saber que el primer ha de ser una presentación.
Deja el bozal a la vista de tu perro (aunque vigílalo por si le da por morderlo). Permite que lo huela, que lo mueva con el hocico. En definitiva, que se relacione con el bozal.
Acto seguido, dale un pequeño premio. Puede ser un snack para perros, pero como en el proceso va a ser necesario el uso de muchos premios, si puede ser algún premio natural (del tipo, un pedacito de fruta apropiada para perros), mejor.
2. Meter la trufa
El siguiente paso a seguir sería conseguir que el perro meta por si mismo la nariz dentro del bozal.
Para ello, coloca un premio en el fondo del bozal y deja que su olfato haga el resto. Lo ideal es que sea algo blandito que puedas incrustar de alguna manera. Ya habrá tiempo de limpiarlo luego.
Sería bueno que, de alguna manera, sujetes el bozal con tu mano para que no se caiga el premio o que el perro no lo vaya arrastrando por el suelo. Debe haber un tope que haga que el perro introduzca todo el hocico dentro.
Pero si le ayudas tú, ¡solo es sujetarlo! Es muy importante que no le acerques el bozal al hocico, sino que sea él quien se acerque.
3. Repetir frecuentemente la acción de meter el hocico
El segundo paso debe ser repetido durante un tiempo para que el perro asocie que si mete el hocico dentro, encontrará una suculenta recompensa.
Por ello, repite ese paso hasta que no tarde nada en meter la trufa en busca de su premio.
4. Poner las correas sin llegar a cerrarlas
En ese proceso en el que perro se está acostumbrando a coger el premio del fondo del bozal, coge las correas que posee y ubícalas detrás de su cabeza como si las fueras a cerrar, pero sin llegar a hacerlo.
De esta forma se irá acostumbrando al contacto de las cintas en su cabeza.
5. Cerrar las cintas un poco
Cuando el perro deje de inquietarse por el contacto con las correas, comienza a cerrárselas.
No hace falta que estén al cien por cien ajustadas. Es más, es mejor que en este punto no lo estén. Sin quitarle el bozal debes premiarle y, acto seguido, quitarle el bozal.
6. Cerrar las cintas totalmente y aumentar el tiempo
Poco a poco las cintas deben ir cerrándose hasta llegar al punto correcto. Y recuerda que en todo el proceso debes premiar a tu perro antes de retirarle el bozal.
Además, el tiempo que lo lleva puesto debe ir aumentando progresivamente.
7. Pasea a tu perro con el bozal
Un punto importante dentro del proceso de cómo poner un bozal a un perro es que una vez el peludo esté algo acostumbrado, hay que sumarle el hecho de que no va a llevar el bozal para dormir en casa, sino que será para un paseo o un viaje.
Así que para empezar, comienza a ponérselo en casa y oblígale a moverse con él. Por ejemplo, haz que te persiga.
Una vez el perro haya repetido este proceso varias veces, ya puedes pasar a la calle.
Datos importantes a la hora de acostumbrar a tu perro al bozal
Te recordamos los datos esenciales:
- Elige el bozal correcto.
- Sigue todo el proceso durante el tiempo necesario.
Y ahora unos datos importantes que también debes tener muy en cuenta:
- Cuando el perro rechace el bozal, no le obligues. Te llevará algo más de tiempo, pero lo acabará aceptando.
- Si lo tiene puesto y ves que intenta quitárselo con las patas, debes distraerle para que no lo haga. El fin es que se acostumbre a él. Si ya vas por el paso en el que lo tiene puesto, debe aguantar un poco con él, aunque sea unos minutos que luego irán aumentando.
- Nunca, bajo ningún concepto, uses el bozal como castigo. Si tu perro está ladrando demasiado, ha mordido algo, etc. ponerle un bozal NO es la solución. Con eso solo conseguirás que cuando realmente sea necesario que lo lleve, te resulte imposible ponérselo por la asociación negativa que le producirá.
¡Ahora ya sabes cómo poner un bozal a un perro y lo que no debes hacer con él!