¿Debes bañar a tu perro en invierno?
Cuando bajan las temperaturas, no solo somos los humanos los que sentimos el frío. Nuestros perretes también lo sienten, especialmente aquellas razas que son más pequeñitas o tienen poco pelo. Por eso, es muy normal que te surja la duda sobre si debes bañar a tu perro en invierno o no. ¡Vamos a verlo!
¿Es aconsejable bañar a tu perro en invierno?
Como hemos dicho, hay algunos perros que son más vulnerables al frío que otros y que necesitan una ayudita extra en invierno en forma de abrigos.
Sin embargo, hay razas que están preparadas para habitar en lugares muy fríos sin padecer ningún problema.
El cuerpo es sabio y sabe cómo responder para protegernos. En el caso de los perros pasa lo mismo y, por eso, son capaces de soportar temperaturas más bajas que nosotros sin abrigarse.
El pelaje y la piel de los canes sigue un ciclo natural que los prepara para enfrentarse a las bajas temperaturas, segregando aceites naturales que les ayudan en esa protección.
Por eso, para algunos expertos, bañar a tu perro en invierno es un grave error, ya que se interfiere en esa protección natural eliminándola y dejando al perro más vulnerable frente al frío.
¿Eso significa que está prohibido bañar al perro durante todo el invierno? No, para nada. Puedes hacerlo, pero siempre por razones de higiene y siguiendo unos consejos que te damos a continuación. ¡No pongas en riesgo la salud de tu mascota!
Cómo bañar a tu perro en invierno
Si sientes la necesidad de bañar a tu perro en invierno porque su olor corporal es insoportable o porque se ha ensuciado demasiado durante un paseo, toma nota de estos consejos.
1. Prepáralo todo antes del baño
Para no tener a tu perro esperando en el baño, prepara todas las cosas que vayas a necesitar antes de comenzar: el champú, el peine, la toalla, el secador, etc.
2. Enciende la calefacción
Un rato antes de empezar a bañar a tu perro en invierno, es aconsejable que enciendas la calefacción del hogar o un calefactor de baño para que la temperatura sea más agradable en el lavabo. Eso sí, sitúalo lejos del agua y donde tu perro no pueda alcanzarlo.
3. Cepilla al perro antes
Si cepillas al perro antes de meterlo en el baño, ya llevarás por delante una tarea hecha: habrás eliminado nudos, suciedad superficial y enjabonarlo será mucho más rápido y fácil.
4. Un baño rápido
Aunque en verano los peludos agradecen que los refresquen del calor con baños que se alargan, en invierno esto no es recomendable.
Obviamente debes usar agua tibia para mojar a tu perro. Enjabónalo rápido para quitar la suciedad y aclara. ¡No te entretengas!
5. Sécalo nada más terminar
Nada más terminar el baño deberás secar a tu perro. Para ello, envuélvelo en una toalla para eliminar el exceso de agua, aunque a tu mascota le saldrá de manera natural el sacudir todo su cuerpo para secarse. ¡Permítele que lo haga!
Luego, puedes emplear el secador de pelo para que no salga mojado del baño. El aire no debe estar muy caliente y siempre debes mantener el secador a una distancia prudencial del cuerpo de tu perro para no quemarle la piel.
6. Baño dentro de casa
Siempre que te sea posible, para bañar a tu perro en invierno, hazlo dentro de casa. Bien puede ser en la bañera o fregadero (limpiándolos bien después de su uso) o en un barreño que esté a cubierto.
7. Elige el día y la hora correctamente
Intenta que, aunque sea invierno, el sol esté presente. Baña a tu perro preferiblemente a medio día, nunca a primera hora de la mañana o última de la tarde. Además, si hay sol, quizás a tu perro le apetezca tumbarse bajo los rayos tras el baño.
8. Cuidado con los cambios de temperatura
Debes tener mucho cuidado con los cambios bruscos de temperatura después del baño, especialmente si le has secado el pelo con secador.
Esos cambios y las corrientes de aire pueden enfermar a tu mascota.
9. No lo bañes a menudo
Una vez al mes, esa es la frecuencia que debes emplear si quieres bañar a tu perro en invierno. Hacerlo de manera más habitual puede ser perjudicial para él.
Ya lo sabes, aunque no es del todo aconsejable bañar a tu perro en invierno por los riesgos que conlleva (resfriados, neumonía, eliminación de su protección natural, etc.), puedes hacerlo con escasa frecuencia y siguiendo estos consejos.
