Te lo contamos todo sobre el apareamiento canino

Te lo contamos todo sobre el apareamiento canino

Los humanos no somos los únicos que hacen rituales de seducción, los perros también tienen que ganarse a su pareja para procrear. ¡Una hembra puede rechazar a un macho, no ceden a la monta con cualquiera! E igualmente, los machos eligen. ¡Todos tenemos preferencias! ¿Quieres saber cómo funciona el apareamiento canino? ¡Continúa leyendo este post!

El apareamiento canino

Te lo contamos todo sobre el apareamiento canino

Las hembras en celo liberan unas feromonas junto con su orina, que al ser percibidas por el olfato de los machos, los atraen. ¡Pueden detectarlos a kilómetros de distancia! Así, la hembra se anuncia como disponible y dispuesta para el apareamiento, con el fin de atraer al mayor número posible de machos y poder elegir al más apropiado como posible padre de sus crías.

Una vez la perra elige al macho que le gusta, empieza el ritual de los preliminares a la cópula: mordiscos, juegos, carreas, lametones, intentos fallidos de monta…

En el caso de los perros con pedigrí que son cruzados por sus criadores con otros perros elegidos, las preferencias del perro quedan ignoradas.

 

Preliminares y apareamiento canino

Aunque la perra se muestre amable y juguetona, no va a permitir la monta del macho hasta que sus óvulos estén listos para ser fecundados. De hecho, podría incluso mostrarse agresiva ante él y plantarle cara si el macho insiste demasiado antes de que ella este lista. Por eso, los preliminares del apareamiento podrían comenzar incluso horas antes de que se produzca la monta.

Si la penetración no se produce en el momento adecuado, el óvulo de la perra y el esperma del macho no se encontrarán, es decir, no se producirá fecundación.

Cuando la hembra está lista, se pone frente al macho y se acerca a él insinuante, no es en absoluto pasiva ni sumisa. Lo habitual es que aparte su cola, dejando descubierta su vulva como invitación a la cópula, que el macho no suele rechazar. Los olfateos y lamentones en los genitales preceden a la penetración. La vulva sangra menos que anteriormente, pero sigue haciéndolo, y está más inflamada.

Es posible que después de todo este ritual, la penetración no se acabe produciendo. Esto es algo que puede ocurrir y no se debe forzar; hay que dejar que ocurra de forma natural, si no sucede es porque alguno de los animales no está preparado.

Te lo contamos todo sobre el apareamiento canino

Problemas que pueden ocurrir durante el apareamiento canino

Si es la primera vez que un perro va a cruzarse con una hembra, es habitual que tenga varios intentos fallidos de montarla antes de acertar. Además, también es posible que malinterprete las señales de la hembra y se lleve algún susto, ya que ella puede volverse agresiva si se ve forzada.

También puede ser que los perros «no se gusten». Como decíamos, el hecho de juntar a un macho con una hembra no siempre garantiza la cópula, ya que pueden no llevarse bien. Si buscamos una camada, es importante crear un ambiente adecuado para la ocasión; lo mejor es buscar un lugar neutral, fuera de las casas de ambos perros para que no haya disputas territoriales que puedan crear tensión.

Si nada funciona en los intentos de apareamiento canino, es posible recurrir a la inseminación artificial.

 

¿Quieres que tu perro tenga una camada? Te recomendamos que pidas consejo a tu veterinario para planificarlo y que todo salga bien.

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