¿Tengo un gato enfermo? Como amantes de nuestras mascotas es muy normal que a veces nos preocupemos cuando notamos algo extraño en ellas y nos hagamos este tipo de preguntas. En este artículo te vamos a enumerar algunas de las señales que podrían indicar que tu gato está enfermo para que puedas actuar ante ellas.
Síntomas más comunes de un gato enfermo
A continuación, te mostraremos algunas de las señales más frecuentes que indican que algo no va del todo bien en la salud de tu gato. Sin embargo, cabe resaltar dos asuntos:
- No todos estos síntomas tienen que indicar un problema grave, pero no por ello se deben pasar por alto.
- Un síntoma (por ejemplo, los vómitos) puede ser señal de múltiples problemas, no solo de una enfermedad concreta.
Por ambos motivos, la visita al centro veterinario es esencial para ayudar a tu gato enfermo.
Ahora sí, veamos cuáles son esos síntomas más comunes que indican problemas en la salud de los felinos.
1. Problemas y cambios en sus heces
Aunque no suene del todo bien, es muy importante revisar las heces de nuestra mascota, puesto que observar su cantidad, forma y color nos puede ayudar a detectar problemas de salud.
Tanto el estreñimiento como la diarrea son indicativo de que algo no va bien en tu mascota. Pero no solo debes tener en cuenta esto.
Al observar las heces de tu mascota también debes comprobar su color (si son negras, verdes o de cualquier color extraño), si tienen sangre, si van envueltas en mucosidad, etc.
2. Variaciones en el apetito del gato y en su rutina alimenticia
Los gatetes son animales a los que les gustan las rutinas. Una vez se acostumbran a comer a determinada hora y en determinado lugar, no les hace mucha gracia que eso varíe.
Por ello, si detectas que, de repente, tu gato deja su plato lleno y come mucho más tarde, por ejemplo, cuando todo el mundo está durmiendo, quizás esté pasando por un periodo de estrés o ansiedad.
También puedes estar ante un gato enfermo si ha perdido el apetito. Esto normalmente suele ir acompañado de otras señales, como la letargia.
Pero también puede suceder lo contrario, que aumente su apetito. La diabetes felina, problemas de tiroides o intestinales pueden provocar esto.
3. Bebe bastante más agua de lo habitual
A pesar de que la hidratación es muy importante para la salud de tu mascota, en el caso de los gatos, la mayoría de las veces encontramos que es nuestro deber como dueños «empujarles» a beber más, puesto que no son muy dados a ello.
Por eso, algunos piensan que el hecho de que un gato beba mucha agua es algo positivo… pero no siempre es así.
Si detectas que de repente tu felino empieza a beber mucha más agua de la habitual y esto no se debe a motivos simples como que tiene calor o que ha estado haciendo ejercicio, quizás debas preocuparte.
Cuando un gato bebe mucha agua puede ser signo de enfermedades como la insuficiencia renal, la diabetes o el hipertiroidismo.
El aumento en el consumo de agua se verá reflejado en un aumento en la frecuencia de orina. Por ahí también puedes tener una pista de que algo no va bien.
4. Respiración extraña
¿Tu gato jadea sin haber hecho actividad física? ¿Respira más rápido? ¿O es que, en ocasiones, le cuesta respirar? ¡Ponte en alerta! Está claro que a tu gato le pasa algo.
Lo mismo que cuando comienza a toser o se escuchan sonidos extraños (pitidos, sonidos roncos, etc.) al respirar.
5. Vómitos frecuentes
Que tu gato vomite un día aislado, no tiene que significar que sea un gato enfermo.
Cualquier cosa que ingirió le pudo sentar mal y, en ese caso, el vómito es de agradecer. También puede ser que esté expulsando bolas de pelo.
El problema es cuando los vómitos son recurrentes, durante más de 24 horas o, en días alternos, pero con cierta frecuencia. Ahí si hay un problema por resolver cuanto antes.
Además, esos vómitos suelen ir acompañados de otros síntomas claros, como inapetencia o mareos.
6. Problemas en el pelo y en la piel
Algunos de los signos de enfermedad en gatos que se reflejan a través del pelo o en la piel del animal son los siguientes:
- Calvas en el pelaje.
- Caída general excesiva fuera de las épocas de muda.
- Costras.
- Descamaciones.
- Ronchas.
- Heridas.
- Urticaria
La alopecia en gatos, las alergias, las intoxicaciones… son muchas las razones por las que pueden aparecer problemas relacionados con la piel y el pelo de tu mascota.
7. Incremento o bajada considerable de peso
Si al observar los gráciles movimientos de tu gato has detectado que su figura ya no es lo que era o has notado más peso del habitual cuando este ha saltado sobre ti, ¡mucho ojo! Quizás haya ganado muchos kilos de más y eso no le conviene.
El sobrepeso es un problema grave en las mascotas, ya que conlleva, a su vez, graves consecuencias para su salud.
En el caso que suceda lo contrario, también hay que actuar. Una pérdida evidente y rápida de peso en la mascota también es síntoma de un gato enfermo.
8. Encías y boca del gato
Algunos síntomas de un gato enfermo se van a ver reflejados en el estado de su boca.
Unas encías muy blancas pueden ser síntoma de anemia, mientras que muy rojas pueden indicar infecciones. El color normal de las encías de un gato sano es el rosado.
Del mismo modo, el mal aliento en gatos puede ser señal de múltiples problemas de salud en el animal, como afecciones del estómago, de hígado, insuficiencia renal…
9. Movimientos corporales poco fluidos
Como bien sabrás, los gatos son animales muy ágiles para todo: caminar, saltar, correr, lanzarse a cazar…
Así que cualquier anomalía que detectes en los movimientos de tu felino, podrían indicar problemas en sus huesos o articulaciones. Cojeras, movimientos más lentos o dejar de saltar son algunas de esas anomalías.
En otras ocasiones, lo problemas pueden ser más internos y es el dolor el que no les permite moverse con agilidad. En cualquier caso, no lo pases por alto.
10. Secreciones oculares y otros problemas en los ojos
Lagrimeo constante, enrojecimiento, legañas abundantes… las infecciones oculares se pueden presentar por muchas razones, como la conjuntivitis o la alergia.
Pero hay otras cuestiones sobre los ojos de los gatos que también debes observar. Por ejemplo, si sus ojos y mucosas se vuelven amarillentas estamos ante un caso de ictericia, que es señal de problemas hepáticos.
11. Cambios en su aseo
Los hábitos de acicalamiento de los gatos forman parte de su rutina diaria. Por eso, si de repente deja de acicalarse o, por el contrario, se lame de manera compulsiva, debemos ponernos en alerta.
Del mismo modo, al ser tan aseados no es del todo normal que un gato deje de hacer sus necesidades en la bandeja de arena. ¿Es lo que ha empezado a hacer tu felino? ¡Mucho ojo! Posiblemente te esté mandando una señal de que algo no va bien en su salud, bien sea física o emocional.
En ocasiones, se hace complicado darse cuenta de que algo va mal en nuestras mascotas porque los primeros síntomas no son del todo evidentes.
Por ello, cobra mucha importancia observar bien de cerca cada día a nuestro gato para poder notar cualquier indicio de que algo va mal y actuar con rapidez acudiendo a un veterinario