La anorexia puede parecer una enfermedad que afecta sólo a los seres humanos, pero también se da en animales, como perros y gatos. La anorexia en perros es una enfermedad muy grave que hace que el animal rechace por completo la comida. Te hablamos de ello.
Los síntomas de la anorexia en perros
(Foto via: nutroexpertos)
Cuando un perro está enfermo de anorexia rechaza completamente su alimentación, bajando de peso drástica y considerablemente. Pero este no es el único efecto que la anorexia puede tener en el perro, sino que su salud se puede ver gravemente afectada mucho más allá de un simple adelgazamiento. La anorexia en perros puede ser detectable por medio de los siguientes síntomas:
- Palidez
- Fiebre
- Dolor generalizado
- Icteria
- Cambios en el tamaño de los órganos
- Cambios en la apariencia de los ojos
- Distensión abdominal
- Dificultades respiratorias
- Disminución del ritmo cardíaco
- Afección de los pulmones
Causas de la anorexia en perros
Hay varias razones por las cuales un perro podría dejar de comer; las más habituales son algunas enfermedades que provocan una pérdida de apetito: enfermedades infecciosas, respiratorias, intestinales… en general cualquier malestar generalizado podría provocar en el perro un rechazo a la comida, ya sea porque le duele comer, tiene obstrucción intestinal, o cualquier otra causa. Algo tan sencillo y cotidiano como comer se puede volver una tortura cuando están enfermos.
Sin embargo, este no es el único desencadenante de una anorexia en perros. La anorexia canina también puede ser fruto de un problema psicológico, como puede ser el estrés, la ansiedad por cambios de rutina (cambio de alimentación entorno, familia, etc). Otras de las causas que pueden provocar anorexia en perros son el la pérdida de apetito por envejecimiento, insuficiencia cardíaca, intoxicaciones, efectos secundarios de medicamentos o un crecimiento en la masa corporal.
Cómo diagnosticar la anorexia en perros
Si sospechas que tu perro puede tener anorexia, al acudir al veterinario lo primero que hará será estudiar su historial clínico, además de preguntar si han ocurrido cambios relevantes en la vida del perro, como por ejemplo un cambio de vivienda o alteraciones en el núcleo familiar. También será relevante saber si ha podido comer por accidente y que pueda estar haciéndole daño.
Después de este examen, el veterinario realizará varias pruebas para llegar al diagnóstico correcto de la anorexia en perros, como:
- Exámenes en la cabeza y la cara: oftálmicos, dentales, nasales, del cuello, orejas…
- Prueba del gusano del corazón.
- Prueba de retrovirus.
- Análisis de sangre, orina y heces.
- Radiografías del torso, prestando especial atención al pecho y el abdomen para analizar los órganos vitales.
- Endoscopia y biopsias de tejidos y células.
En definitiva, se trata de hacer un examen exhaustivo pero generalizado de la salud del perro, ya que la anorexia canina (igual que la humana) ataca a todo el organismo. Además, esto ayudará a determinar la causa.
(Foto via: animalmascota)
Tratamiento de la anorexia en perros
Si el diagnóstico confirma que tu mascota sufre anorexia, se trabajará para corregir o tratar el desencadenante de la anorexia en el perro. Una vez esto quede estabilizado, es muy importante realizar ciertos cambios en su dieta: se aumentará el contenido de grasas y proteínas de su alimentación básica para recuperar todos los nutrientes y masa corporal que haya podido perder. Para favorecer que el perro vuelva a comer, necesitamos hacer su comida lo más atractiva posible, potenciando el sabor con caldos, ingredientes sabrosos o calentando la comida, por ejemplo.
Si el estado del perro con anorexia es muy grave o si aun así no se consigue que quiera comer, tras 3 o 5 días puede ser necesario alimentarlo por vía intravenosa. Si se determina que la falta de apetito se debe a algún dolor físico que le produce comer, el veterinario podrá recetar algún tipo de analgésico. ¡Es esencial conseguir que siga nutriéndose o podría morir!
No subestimes la gravedad de la anorexia en perros, es tan grave como en humanos, con el agravante de que ellos no pueden contarnos qué les pasa. Por eso es tan importante hacer un estudio y un seguimiento exhaustivo del proceso y observar todos los síntomas y reacciones que el perro muestre. Avisa al veterinario de cualquier progreso o cambio en la actitud del perro. Si el tratamiento no funciona y el perro no recupera las ganas de comer, es muy importante volver de nuevo al veterinario para probar otros métodos. Debe volver a la normalidad lo antes posible, ya que la anorexia prolongada da lugar a problemas graves de salud.