La urolitiasis en gatos es una enfermedad bastante común en los felinos domésticos, sobre todo en los de mediana edad. Veamos concretamente en qué consiste la enfermedad y cómo puedes ayudar a tu mascota.
¿Qué es la urolitiasis?
Urolitiasis es el término usado para referirnos a la presencia de cálculos en cualquier parte del tracto urinario, además de las causas que han propiciado su aparición y las consecuencias de todo ello.
Los cálculos son cúmulos policristalinos que se forma por la aglomeración y la cristalización de minerales y una matriz orgánica. Estos se componen de sustancias normales de la orina que se solidifican por diferentes razones, creando así esas «piedras» de diferentes tamaños.
La urolitiasis en gatos es el motivo de que un 20% de los gatos menores de 10 años, aproximadamente, sufran los síntomas clínicos que llevan a sus propietarios a pedir a acudir a una consulta veterinaria con ellos. También suele ser frecuente la urolitiasis en perros.
¿Qué causa la urolitiasis en gatos?
La presencia de esta patología está relacionada con la pérdida de solubilidad de iones u otros minerales que están presentes en la orina. Esto sucede por combinación de varios factores, que pueden congénitos, hereditarios o adquiridos.
Además, según los expertos, para la aparición de un cálculo es necesario que se den ciertas circunstancias, como son:
- Un ambiente favorable en la orina para la formación de los cálculos. Eso supone un pH apropiado para ello.
- Presencia de iones o minerales en exceso, tanto que la orina no es capaz de mantenerlos en estado soluble.
- Orina concentrada durante un tiempo suficientemente prolongado en la vejiga como para permitir la precipitación de los cristales. Por ejemplo, en el caso de la urolitiasis en gatos podría sucederle a felinos que por problemas de obesidad, de estrés, ortopédicos, etc. no acuden a su bandeja de arena con normalidad y regularidad, reteniendo la orina.
Síntomas de la urolitiasis en gatos
Suele ser común en felinos machos cuando la urolitiasis se da en el tracto urinario inferior. Esto provoca obstrucciones a nivel de la uretra peneana. Esas obstrucciones se manifestarán en estranguria, hematuria, polaquiuria.
Los síntomas agudos más frecuentes son:
Diagnóstico de la urolitiasis felina
La urolitiasis se puede diagnosticar a través de una radiografía o con una ecografía. También es necesario un urianalisis para poder determinar qué tipo de urolito se trata y cuál es su tamaño.
Con eso se sabrá si este podrá ser expulsado o si se habrá que intervenir quirúrgicamente al animal.
Además de esto, en casa, el gato con cálculos urinarios que no puede expulsaros puede presentar comportamientos anómalos. Por ejemplo, miccionar fuera de la bandeja de arena o haber un poco de sangre en la orina.
Tratamiento de la urolitiasis en felinos
Si el problema se encuentra en el tracto urinario alto, la primera solución será intentar eliminar los cálculos a través de la administración de fluidos, diuréticos y analgesia. De esa forma se pretende que las piedras sean arrastradas y salgan por la vejiga con la orina.
Sin embargo, cuando el animal tenga una obstrucción completa, posiblemente será necesaria la intervención quirúrgica del veterinario para eliminar los cálculos.
Por su parte, cuando la urolitiasis se da en el tracto urinario inferior, se procederá a intentar solucionarlo con sedación, pues esto relaja los músculos y permite realizar un sondaje que facilite su expulsión.
No obstante, si esto no es posible, se recurrirá a una uretrostomía o cistotomía.
Importancia de la alimentación frente a la urolitiasis en gatos
La alimentación del gato tiene un papel fundamental como apoyo a cualquier tratamiento y también para disolver o ralentizar el crecimiento de los cálculos o evitar que estos vuelvan a aparecer.
Es importante ofrecer comida húmeda, ya que los niveles de agua son superiores frente al pienso. Tanto en ese caso como si se alimenta de croquetas, es esencial que estas sean bajas en proteínas y con una adecuada proporción de sales minerales.
Con todo ello se pretenderá incrementar el volumen de orina en el que se encuentran suspendidos los cristales, la solubilidad de los mismos en la orina y reducir la cantidad de cálculos.
Por último, de nuevo cabe destacar que los gatos no suelen beber mucha agua, por norma general. Por ello, hay que estimularlos para que beban, dejando a su alcance varios cuencos donde siempre haya agua limpia y fresca.
