Que un perro aminore su ritmo de vida cuando envejece, duerma más y juegue menos entre otras cosas, es normal. Pero en ocasiones, la cosa va más allá: es el caso de la disfunción cognitiva en perros, una enfermedad que produce cambios drásticos y anormales en el comportamiento de los perros más mayores. Hablamos de ello.
Qué es la disfunción cognitiva en perros
La disfunción cognitiva en perros es una enfermedad canina recientemente descubierta.
Podríamos decir que es el equivalente al alzheimer en los humanos. Se trata de una serie de cambios que se producen en su actividad mental: normalmente se reduce su memoria, su capacidad de reconocimiento, pensamiento y su capacidad de aprendizaje.
Por lo general, se empiezan a observar síntomas de disfunción cognitiva en perros de a partir de 10 años, se estima que un 50 % de los perros llegan, en mayor o menor medida, a desarrollar esta enfermedad degenerativa.
Sin embargo, no es fácil de diagnosticar, ya que cada perro muestra unos síntomas diferentes. Sí que se pueden mencionar algunos de los rasgos más comunes.
Síntomas generales
- Desorientación: los perros jóvenes tienen un excelente sentido de la orientación, entre otras cosas gracias a su potente olfato. Sin embargo, un perro con disfunción cognitiva puede comenzar a desorientarse o despistarse incluso al desplazarse por sitios tan conocidos como su propia casa. También puede ser que le cueste reconocer caras de familiares o tarde en reaccionar cuando se le llama por su nombre.
- Trastornos del sueño: la disfunción cognitiva en perros provoca que estos animales duerman más de lo normal, pero generalmente durante el día; durante la noche, por el contrario, pasan más horas en vela. Por otra parte, es normal que durante los períodos de sueño muestren rigidez muscular, debilidad, temblores o comportamientos compulsivos.
- Se hace pis y caca en casa, incluso ante la vista de sus dueños.
- El perro con disfunción cognitiva a menudo prefiere pasar más tiempo aislado de su familia, descansando e incluso llega a rechazar las caricias, mientras que un perro sano buscará más contacto social.
Como ves, algunos de estos síntomas pueden deberse también a otros problemas físicos, no son exclusivos de la disfunción cognitiva en perros. Por eso esta enfermedad degenerativa es tan complicada de detectar.
A qué se debe la disfunción cognitiva en perros
Según estudios recientes, este problema cognitivo en los canes se debe a la presencia de una proteína, la B-amiloide, que aumenta su presencia y se deposita en la materia gris del cerebro, provocando la muerte progresiva de células necesarias para el desarrollo cognitivo y un encogimiento del cerebro.
Este hecho acarrea una alteración de los distintos neurotransmisores, como la serotonina, la dopamina y la noradrenalina, que supone una disminución del oxígeno presente en el cerebro.
Tratamiento de la disfunción cognitiva en perros
Como decimos, este trastorno presenta síntomas muy vagos y además comunes a muchas otras enfermedades, por lo que el diagnóstico es realmente complicado.
La contracción cerebral sí se puede observar por medio de una resonancia magnética, pero este tipo de pruebas se suelen llevar a cabo únicamente cuando se sospecha de la presencia de tumores cerebrales.
Como suele ocurrir con las enfermedades degenerativas, la disfunción cognitiva en perros no tiene cura.
Sin embargo, sí existen tratamientos que pueden ralentizar el proceso de deterioro cognitivo para darle al perro una mejor calidad de vida. A menudo se utiliza la selegilina, un medicamento a menudo utilizado para tratar enfermedades como el párkinson en humanos.
Si tu perro tiene disfunción cognitiva, ¡no desesperes! Lo importante es que le des mucho cariño y tengas paciencia. Con amor y un tratamiento adecuado, ¡tu perro será feliz durante mucho tiempo! Recuerda: tener un perro enfermo no es excusa para abandonarlo. ¡Nunca lo hagas!