Los animales siempre nos traen historias que nos conmueven. Son capaces de mejorar la vida de los humanos e incluso de apaciguar los problemas.
Esta historia demuestra la capacidad de una gata para generar confianza y simpatía en las personas a pesar de
Llegó en 2007 y decidió quedarse para siempre
En 2007 Olly apareció por primera vez sentada en la entrada de la Olympic House, la sede del aeropuerto de Manchester. Desde entonces decidió quedarse allí para siempre. ¿Cómo crees que se lo tomaron los trabajadores y los usuarios? ¡Se hizo popular y todos lo adoraban!
Cuando Olly llegó a la Olympic House estaba demasiado delgada y llena de pulgas… La pobre incluso cojeaba y no confiaba en nadie. Sin embargo, con el tiempo fue acostumbrándose a la gente y los veterinarios pudieron tratarle las enfermedades. Además, hasta el personal del aeropuerto realizó una colecta para mejorar su salud y comprarle una casita.
(Foto vía: DailyMail)
¡La gatita se hizo famosa en todo el país! Salió en el periódico semanal del aeropuerto numerosas veces, e incluso la BBC le hizo un reportaje.
La figura de Olly salvó a los trabajadores
Sin embargo, no todo eran buenas noticias. Olly apareció en un momento bastante tenso: el aeropuerto había pasado a una distinta entidad corporativa, por lo que el modelo de gestión cambiaba totalmente. Los trabajadores veteranos sabían que este nuevo modelo estaba mucho más enfocado a lo comercial y que se estaban descuidando las dimensiones humanas. Por lo tanto, había tensión entre los nuevos gestores y los trabajadores.
Fue entonces cuando la figura de Olly hizo magia: mientras el nuevo equipo se encargaba de la economía, Olly seguía generando entre los trabajadores la implicación y la compasión que la empresa trataba de diseñar. A pesar de la nueva gestión que se estaba imponiendo, Olly les recordaba el tipo de vida más cercano.
La cultura familiar y amigable que se estaba perdiendo con la nueva gestión la estaba recuperando la figura y el cariño de la gata.
Sin embargo, tener a un gato en la Olympic House, la sede que brindaba la imagen corporativa del aeropuerto molestaba a los ejecutivos de mayor nivel. Por ello quisieron trasladar a Olly fuera del aeropuerto, pero ante la indignación de los trabajadores finalmente tuvo que intervenir el director general. Pero, ¿sabéis qué? ¡Aseguró que la gata se quedaría allí!
Adiós Olly
El gerente de operaciones de la terminal confesó que «Olly dividió a la organización en dos, aquellos que amaban a la gata y los que pensaban que no era apropiado tenerla en el lugar de trabajo”. La gata se convirtió en un símbolo de la falta de humanidad de los gestores y de la pérdida del ambiente familiar que había tenido el aeropuerto.
Como señaló uno de los empleados, “Olly ponía de manifiesto la importancia de la generosidad y de las emociones”.
(Foto vía: CNN)
Sin embargo, todos sabían que la gatita tenía los días contados. Cuando llegó el nuevo director general, la trasladaron de allí por la noche, cuando no había nadie para presenciarlo. La reubicaron al sur de Manchester en una nueva casa.
Olly falleció en su nuevo hogar en mayo de 2015. La noticia conmocionó a Inglaterra y recibió muchos homenajes. No será fácil olvidarse de Olly.