¡Mi perro tiene miedo a los petardos y se esconde cada vez que los oye! Esto es muy habitual, hay muchos perros que temen el ruido de los petardos y los fuegos artificiales y corren a esconderse cada vez que los oyen… Incluso a veces se quedan asustados, temblando, un buen rato después de que los petardos terminen. ¿No sabes cómo solucionarlo? ¡Te ayudamos!
Por qué mi perro tiene miedo a los petardos
Los perros, por naturaleza, se sienten amenazados en general por cualquier ruido intenso, no sólo los petardos: la aspiradora, el secador de pelo, a la música demasiado alta, a las tormentas… Es lo que llamamos «acustofobia». Esto no es más que un instinto natural de protección; aunque han sido domesticados, siguen teniendo los reflejos y el instinto de supervivencia de los animales salvajes. En el mundo salvaje, un ruido intenso indica peligro.
Cuando mi perro tiene miedo a los petardos se esconde, ¿por qué? Es lo más natural. Salen corriendo despavoridos buscando un lugar seguro. Puede ser debajo de una cama, en un rincón de la habitación, o encima de tu regazo. Necesitan sentirse protegidos.
Los dos factores fundamentales que provocan la acustofobia en perros son:
- Genética: hay razas más temerosas que otras.
- La actitud de los propietarios ante esta situación.
La acustofobia supone un problema especialmente grave cuando los perros no tienden a esconderse de los ruidos, sino que adoptan conductas destructivas o incluso se escapan de casa, con riesgo de perderse.
Qué puedo hacer si mi perro tiene miedo a los petardos
(Foto via: gaherprogamascotas)
Como decíamos, uno de los principales desencadenantes del miedo a los ruidos es la actitud de los propietarios. Es decir, si tratas a tu perro con lástima cuando está asustado, te muestras sobreprotector, o si le regañas, estarás reforzando su idea de que la situación es peligrosa. Lo mejor es actuar con normalidad, dirigirte al perro como siempre, con un tono optimista y seguro. Tampoco muestres ningún tipo de actitud nerviosa, necesitas normalizar la situación.
Por otro lado, puedes crear una «zona segura». Prepara un lugar donde pueda refugiarse, en una habitación oscura y alejado de puertas y ventanas (que es por donde entra el ruido). Puede ser una caja de cartón, su cama, su transportín… Déjale también su manta y algún juguete. Lo que sea, lo importante es que lo identifique como suyo y fomentes que lo use en esa situación. Esta práctica es especialmente interesante para perros que tienden a escaparse de casa.
Otra alternativa es intentar distraer su atención; en momentos de ruido intenso, sé optimista, juega con él. Es importante que no perciba ningún estímulo negativo durante ese rato.