«Mi conejo me muerde: ¿qué le pasa?». Esta es una duda que puede darse entre aquellas personas que han decidido adoptar a un conejito como mascota. Y es que sí, los conejos pueden usar sus dientitos para más cosas que roer y, a veces, acaban clavados en nuestras manos, aunque sea un poco. Te contamos los motivos principales por los que un conejo puede morder.
Razones por las que mi conejo me muerde
No hay un único motivo por el que se pueda dar esta situación, por ello vamos a explicároslos.
Mi conejo me muerde, pero muy suave
En ese caso no te debes preocupar. Que tu conejo te dé pequeños mordisquitos es señal de cariño.
El conejo solo está jugando contigo o mostrándote todo su afecto. En ese caso, debes corresponderle con muchos mimos.
Si aunque sean leves, estos mordiscos de amor te molestan, retira la mano o pon a tu conejito en el suelo o en algún lugar seguro. Pero bajo ningún concepto le grites o castigues por ello. Afectaría mucho a vuestra relación.
Mordedura por dolor
Quizás tu conejo reaccione a tu contacto físico con un mordisco porque está sufriendo algún dolor.
Puede ser que se encuentre enfermo o haya tenido algún accidente. Como no querrá que le toques, al más mínimo acercamiento reaccionará agresivamente.
Pero si mi conejo me muerde, también debo plantearme si el dolor se lo ocasioné yo.
Tal vez en algún momento, al querer agarrarlo para sacarlo de su jaula o mientras jugaba con él, le hice daño sin querer. Ahora ese dolor lo asociará con mi mano, de ahí que me muerda si intento tocarlo.
Muerde por protección
Una de las formas que tienen los conejos de proteger aquello que consideran valioso para ellos es a través de la mordida.
Bien sea su cría, su compañero de jaula, su territorio o su comida, si el conejo siente la amenaza de que algo que le es de valor le puede ser arrebatado, lo defenderá mordiendo.
Tiene miedo
Si el animal ha pasado por una experiencia traumática, reciente o no, lo último que querrá es salir de su zona de confort. Por ello, si lo intentas, el propio miedo que ya siente hará que reaccione agresivamente.
Lo mismo sucede si se siente acorralado.
Por eso siempre decimos que con un conejo como mascota lo esencial es crear lazos de confianza desde el primer momento.
Las hormonas también pueden hacer que un conejo muerda
Especialmente en primavera, época de reproducción. Los animales en esas épocas se suelen volver más agresivos para proteger su territorio.
Es por ello que puede suceder que las hormonas jueguen una mala pasada a tu mascota y acabe mordiendo lo que no debía.
Una solución a esto es la esterilización o castración.
¿Y si está enfadado?
Efectivamente, otro de los motivos que puede dar respuesta a «¿por qué mi conejo me muerde?» es que esté enfadado.
Como cualquier animal, tu conejo puede reaccionar mordiendo si algo le ha molestado, bien sea un hecho aislado o algo recurrente.
Entre las causas más comunes por las que un conejo se puede enfadar están el hecho de no salir de la jaula, sentirse solos, estar incómodos en su jaula o no cubrir sus necesidades de diversión y ejercicio diario.
Mi conejo me muerde: ¿puedo evitarlo?
Como puedes ver, cuando un conejo muerde, la mayoría de las veces se trata de una respuesta instintiva.
No debes olvidar que, en la naturaleza, estos animales son el objetivo de muchos depredadores, por lo que viven en un constante estado de alerta y desconfianza.
Fortalecer vínculos con tu conejo te ayudará, no solo a que confíe en ti, sino a conocerlo mejor, incluso, su lenguaje corporal. De esa forma te resultará algo más sencillo determinar cuál ha sido la causa del mordisco.
Lo primero que debes saber es que quizás puedas evitar los mordiscos teniendo en cuenta ciertos aspectos.
Cuando vayas a interactuar con tu conejo, hazlo siempre con delicadeza y lentamente. No hagas movimientos bruscos con él en los brazos ni delante de él. Y, por supuesto, no grites ni le castigues si te ha mordido. Solo empeorará las cosas.
Si se intenta escapar cuando lo quieres agarrar, déjalo por el momento. Debes intentar que se acerque a ti por su propia voluntad. Para ello, puedes atraerlo con algún premio saludable.
Asegúrate, además, de que siempre tenga a punto todo lo necesario: su comida, su jaula, etc.
Déjalo suelto por una estancia libre de peligros durante varias horas al día para que pueda estirarse bien y correr.
Y, por supuesto, al más mínimo síntoma de dolor, acude con él a un profesional veterinario.
Ganándote la confianza de tu mascota y asegurando sus cuidados, no debería haber motivos para que te mordiese. Si aun así lo hace, analiza el entorno. ¿Se ha asustado? ¿Ha salido hoy? ¿Tiene un comportamiento que podría indicar enfermedad?
Fijándote bien en todos los aspectos no te resultará difícil encontrar el motivo. Una vez lo hagas, piensa si lo que necesita tu conejo es más espacio o tranquilidad o quizás la ayuda de un profesional.
