Megaesófago en perros: causas, síntomas y tratamiento

Megaesófago en perros: causas, síntomas y tratamiento

Bien porque los consideremos nuestra familia o bien porque son nuestros mejores amigos, como dueños responsables de perros siempre debemos garantizar su óptima salud. Sin embargo, hay ocasiones en las que nuestros peludos pueden enfrentarse a grandes desafíos, como el megaesófago. ¿No has oído hablar nunca de esta condición? Te contamos los detalles en nuestro artículo.

ÍNDICE DE CONTENIDOS

¿Qué es el megaesófago en perros?

El megaesófago es una afección en la cual el esófago, el tubo muscular que transporta los alimentos desde la boca hasta el estómago, se dilata y pierde su capacidad para mover los alimentos de manera eficiente.

Cuando esto sucede, la deglución se ve dificultada. Consecuentemente, esto produce problemas de nutrición y aspiración de alimentos hacia los pulmones.

Como resultado, los perros afectados por megaesófago pueden experimentar dificultades para alimentarse adecuadamente. En algunos casos, también pueden desarrollar complicaciones respiratorias graves.

Causas del megaesófago canino

Las causas del megaesófago en perros pueden ser congénitas o adquiridas: 

  • El perro puede nacer con esta condición debido a un esófago que se desarrolló anormalmente desde el nacimiento.
  • Cuando la afección es adquirida, suele deberse a enfermedades o trastornos subyacentes. Un ejemplo es la miastenia gravis, una enfermedad neuromuscular que afecta la función muscular, así como trastornos neurológicos como la polineuropatía y la enfermedad de Addison.

Síntomas del megaesófago en perros

Es esencial poder identificar los síntomas del megaesófago en perros para buscar atención veterinaria de manera temprana.

Algunos de los signos más comunes incluyen:

  • Dificultad para tragar.
  • Regurgitación de alimentos no digeridos.
  • Pérdida de peso.
  • Babeo excesivo.
  • Tos.
  • Neumonía recurrente.
  • Mal aliento.

Muchos de estos síntomas pueden ser señal de otros problemas. No obstante, observar cualquiera de ellos debe ser motivo de preocupación y, por tanto, tu mascota debe ser evaluada por un veterinario lo antes posible.

Causas y síntomas del megaesófago en perros

Diagnóstico y tratamiento del megaesófago en perros

El diagnóstico del megaesófago canino generalmente implica una combinación de historial médico, examen físico y pruebas adicionales.

Por esa razón, el veterinario puede solicitar radiografías contrastadas del esófago. Estas ayudarán a identificar la dilatación característica del esófago.

También pueden solicitar pruebas adicionales. Por ejemplo, análisis de sangre y pruebas neuromusculares. Estas ayudarán a determinar la causa subyacente del megaesófago y descartar otras enfermedades relacionadas.

Tras obtener las respuestas adecuadas, el profesional procederá a establecer un tratamiento adecuado.

El tratamiento del megaesófago en perros, normalmente, se centra en proporcionar una alimentación adecuada y prevenir la aspiración de alimentos hacia los pulmones.

Para tal fin, una opción común es alimentar al perro en una posición vertical, utilizando una técnica conocida como «alimentación en silla Bailey». Enseñando al peludo a colocarse en esta silla, quedará como si estuviese de pie. Otra opción es utilizar un tazón elevado.

Además, se pueden prescribir medicamentos para mejorar la función del esófago y prevenir infecciones respiratorias.

En cualquier caso, debes tener en cuenta que cada perro es único. Por eso, el tratamiento puede variar según la gravedad del caso y las necesidades individuales de cada peludo.

Cuidados en el hogar para perros con megaesófago

Además del tratamiento médico, hay varias medidas que puedes tomar en casa para cuidar de tu perro con megaesófago:

  • Es importante que alimentes a tu perro en porciones pequeñas y frecuentes a lo largo del día. Evita alimentos secos y escoge opciones húmedas o en forma de puré.
  • Asegúrate de que tu peludo tenga acceso constante a agua fresca y evita alimentarlo antes de acostarse.
  • Usar platos elevados para perros y proporcionarle una posición vertical después de las comidas también puede ser beneficioso para su bienestar.
  • Es esencial comprender que el megaesófago en perros es una condición crónica que requiere cuidados a largo plazo. Tu mascota necesitará atención veterinaria regular para monitorear su salud y ajustar el tratamiento según sea necesario.
  • Por último, es fundamental que estés atento a cualquier cambio en los síntomas. En esos casos debes comunicarte rápidamente con tu veterinario de confianza.

Sí, es cierto que el megaesófago en perros puede presentar desafíos tanto para los perros como para sus dueños. Sin embargo, obteniendo un diagnóstico temprano, un tratamiento adecuado y dándole los cuidados correspondientes en casa, los perros con megaesófago pueden llevar una vida feliz y saludable.

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Auxiliar de Veterinaria, Graduada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid y redactora SEO especializada en contenidos sobre mascotas. Siempre en continua formación para ampliar sus conocimientos sobre el mundo animal.

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