¿Te suena ese momento en el que vas con tu perrete al parque, comienza a jugar con otro peludo y de repente empiezan a gruñir? Te preguntarás: ¿se están peleando o jugando? Posiblemente sea solo un juego, pero los gruñidos nos ponen en alerta. ¡Te explicamos por qué los perros gruñen mientras juegan!
El gruñido como forma de comunicar
Cuando normalmente oímos gruñir a nuestro perro nos centramos automáticamente en descubrir qué ha causado esa respuesta sonora en él.
Esto es así porque lo común es que los canes gruñan cuando notan la presencia de un peligro y lo hacen como paso previo a un posible ataque de defensa.
También pueden gruñir si alguien los acaricia sobre una zona dolorida, para advertirnos de su malestar.
Sin embargo, hay otras ocasiones, como cuando juegan, que lo hacen sin más, sin que esto suponga algo negativo.
¿Entonces por qué gruñen los perros cuando juegan?
Muy sencillo: el gruñido forma parte de su manera de socializar.
Jugar es una actividad que acompaña al perro durante toda su vida, salvo que el peludo sufra una enfermedad o sea ya muy mayor y su movilidad se vea reducida.
Los cachorros son muy juguetones y curiosos y, por eso, acompañados de su madre y hermanos, juegan para relacionarse y conocer su entorno.
A medida que crecen, el juego sigue siendo también importante. A través de él, dos o más perros que no entren en conflicto, socializarán y se conocerán y es muy probable que ese encuentro físico de diversión lo acompañen de gruñidos o ladridos, sin necesidad de indicar un posible enfrentamiento.
Ellos no se hablan con palabras, pero sí lo hacen con otros sonidos o gestos. Gruñir, ladrar, estirar la parte delantera de su cuerpo elevando el culete, mover el rabo, correr, saltar, tumbarse patas arriba… ¡todo forma parte de la socialización entre canes!
Igual sucede cuando un humano juega con su perro, especialmente si utiliza algún juguete. Ese gruñido lúdico no supone ningún problema, pero siempre es necesario que el perro cuente con una buena educación para que no tome actitudes agresivas, como por ejemplo, morder las manos.
Aun así es importante que vigiles a tu perro cuando gruña. Puede que en el juego no implique peligro, pero al fin y al cabo, también es una advertencia que se puede dar en otras situaciones.