Lo de tener animales extraños como mascotas es una realidad cada vez más frecuente… ¡y sorprendente! Porque entre todos ellos, hay quienes eligen tener una gallina como mascota. Pero, ¿es esto posible? ¡Te sacamos de dudas!
La gallina como mascota
Cuando hablamos de mascotas, lo primordial es tener claro que, sea cual sea el animal que elijamos, debemos proporcionarle un ambiente adecuado a su forma de vida.
Es por ello que lo más común es tener un perro o un gato como animal de compañía. Estos llevan siendo domesticados miles de años y eso hace que sea más fácil que se adapten a un hogar y a la convivencia con humanos.
Sin embargo, hay quienes no se conforman con las mascotas comunes y van más allá.
Desde tener medusas como mascotas, patos como mascotas o, incluso, hormigas como animales «de compañía». Para gustos, colores.
Y ahora, hay quienes apuestan por la gallina como mascota.
Pues bien, si eres una de esas personas que te estás planteando tenerla, la respuesta es que sí, que puedes hacerlo.
Eso sí, debes tener en cuenta todas sus necesidades.
Las necesidades de la gallina como mascota
Una de las principales cuestiones a considerar si quieres tener una gallina en casa, es el espacio.
Este animal no puede vivir en un espacio pequeño, ya que necesita moverse con libertad al aire libre.
Lo ideal es que la tengas si vives en el campo o en una casa grande con jardín.
Tenerla en el interior del hogar, al menos durante mucho rato, es un error. No solo puede estresarse, sino que es posible que el suelo de tu casa acabe con una alfombra de excrementos.
En relación al espacio, hace poco se hizo viral una noticia en la que se contaba que un propietario de dos gallinas había decido ponerles chalecos reflectantes, ya que siempre se escapaban de su casa.
El señor había adquirido a Davinia y Deidre (así se llaman las gallinas) como regalo para su hijo. Su idea inicial era mantenerlas en su patio, pero estas se negaron a renunciar a ser libres y ahora se pasean por su vecindario con sus chalecos reflectores.
De esa forma es fácil verlas si están cerca de las carreteras. ¡Y se han convertido en verdaderas celebridades entre sus vecinos!
Volviendo a las necesidades de las gallinas como mascotas, además de necesitar espacio abierto, también requieren de una zona resguardada donde poder descansar y poner sus huevos.
Es por ello que debes construir o adquirir un corral que se situará sobre la tierra.
Dentro de dicho corral hay que colocar un cajón, donde la gallina pondrá sus huevos. También se pueden colocar tablones de madera a diferentes alturas para que el animal acceda a ellos.
Puede haber, aparte, otro cajón con arena. La gallina lo usará para frotarse, algo que disfruta muchísimo y ayuda a mantenerla limpia.
La alimentación de la gallina
Mención especial entre las necesidades de la gallina como mascota es su alimentación. Lo maravilloso de esto es que las gallinas son buenísimas de boca. O de pico. Vamos, que se lo comen todo.
Es cierto que la base de su alimento debe ser pienso específico para ellas, pero este se puede complementar perfectamente con las sobras de casa.
Restos de frutas, verduras (obviamente también les puedes dar trozos sin que sean restos), arroz, legumbres, carnes, pescados… ¡todo lo que sobre de la cocina lo pueden aprovechar!
Bueno, aunque hay dos excepciones: el pan y la patata. El almidón que contienen aporta mucha glucosa a la gallina, la cual se transforma en grasa y afecta a su puesta.
Hay que recordar que también comen los insectos que encuentran en la tierra. Otra razón importante para que estén en el exterior.
Por último, las cáscaras de huevos les dan un aporte de calcio muy alto y les gustan mucho. Sin embargo, debes tener en cuenta un truco para dárselas: triturarlas bien.
De esa forma, no serán conscientes de lo que están comiendo, ya que si lo descubren acabarían por comerse sus propios huevos.
Y por supuesto, no debe faltarle nunca el agua fresca.
¿Cómo se genera el vínculo entre tú y la gallina?
¿Te ha sorprendido saber que puedes tener una gallina como mascota? Pues bien, lo cierto es que estas aves pueden llegar a mostrar afecto hacia ti si las cuidas como merecen y desde su nacimiento.
¿Por qué desde su nacimiento? En las gallinas se produce lo que es la impronta filial o imprinting. Eso significa que estas aves reconocen como sus progenitores a quien primero ve y le da de comer.
Lo normal es que sea su madre, ya que no se suele adoptar a un animal el día de su nacimiento.
Sin embargo, si decides obtener un huevo que ya va a eclosionar y tienes contacto con el pollito desde su nacimiento, quizás logres crear ese vínculo con relativa facilidad, ya que te reconocerá como madre.
Esto ayudará muchísimo en tu relación con la gallina y en su adiestramiento.
Si en lugar de estar en su nacimiento, llega a tu vida un día después, quizás no te reconozca como madre, pero sí pensará que eres de su misma especie. Eso siempre y cuando a quien haya visto al nacer sea un humano.
Esto forma parte también de la impronta, ya que no solo reconoce a quien ve primero como su progenitora, sino que asume que es de su misma especie.
Este factor es muy importante, ya que si el pollo nace con su madre gallina y vive con los de su especie, ya no te reconocerá como uno de los suyos y vuestra relación será más compleja.
Precauciones al tener una gallina como mascota
Además de tener en cuenta todos sus cuidados, debes considerar tomar algunas precauciones importantes.
Para empezar, mucho cuidado con las temperaturas extremas. Tanto el calor como el frío en exceso pueden acabar con la vida de tu gallina.
Por otra parte, si tienes otras mascotas, como perros o gatos, debes tenerlos controladas en todo momento. Especialmente los canes son muy propensos a ir a por ellas cuando son adultas y los gatos hacia los pollitos.
A veces solo lo hacen por diversión, pero el juego suele acabar muy mal.
Las gallinas suelen vivir una media de entre 5 y 10 años, así que si eliges una como mascota, además de tener una compañía muy peculiar, ya sabes que te acompañará durante mucho tiempo. ¡Cuídala como se merece!