Seguramente hayas oído que los huesos son peligrosos para los perros, porque pueden astillarse y hacerle heridas, ya que no los digieren bien. Si quieres saber si puedes darle a tu mascota huesos para perros, te decimos que esta, igual que otras muchas, es una leyenda urbana y que los huesos no son malos para los perros, sino todo lo contrario: son saludables, nutritivos y ayudan a desarrollar bien los dientes y combatir el sarro.
Entonces… ¿los huesos para perros son buenos?
Un perro es perfectamente capaz de comer huesos, su mandíbula, su sistema digestivo y sus dientes están preparados para ello. ¡Los perros son animales carnívoros!
Por supuesto, si tu perro tiene alguna enfermedad relacionada con la alimentación o la digestión, deberás siempre consultar a tu veterinario si los huesos son apropiados para él, así como con cualquier otro elemento de su dieta. Pero un perro sano puede comer huesos sin ningún problema.
¿Por qué se dice entonces no a los huesos para perros? El problema viene cuando los huesos están cocinados. Nunca debes dar a tu perro huesos cocinados, se vuelven muy peligrosos porque habrán perdido su humedad y serán mucho más difíciles de digerir. No hay ningún problema en dárselos crudos, pero una vez cocinados, los huesos son muy peligrosos para los perros. Así que realmente el peligro en sí no está en los huesos, sino en la costumbre de darle los huesos de las sobras de nuestra comida.
Si te preocupa la presencia de bacterias en los huesos crudos, puedes congelarlos durante 48 – 72 horas antes de dárselos, dejando, por supuesto, que se descongelen primero.
¿Por qué se dice que los huesos son peligrosos para los perros?
Como ocurre con muchas leyendas urbanas de todo tipo, la principal causa de la mentira de que los huesos para perros son malos es la falta de conocimiento sobre nutrición canina. Este rechazo a los huesos también viene provocado por la idea que nos inculca la industria de la alimentación canina de que los huesos (alimento natural) son peores que los piensos procesados. Incluso muchos veterinarios, no nutricionistas, desaconsejan dar huesos a los perros, bien sea por falta de conocimiento o deseo de enriquecerse vendiendo sus productos.
¿Cuáles son los mejores huesos para perros?
(Foto via: myitchydog)
Si has decidido darle a tu perro huesos, ya sea como premio o como complemento o base de su dieta, lo primero que debes tener en cuenta es que los huesos realmente sí pueden ser peligrosos. ¿En qué quedamos? ¿Pero no decíais que no?, dirás. A ver, los huesos crudos no suponen ningún problema nutricional ni digestivo para el organismo de un perro, que está perfectamente preparado para ingerir alimentos de esas características. Pero un hueso puede ser peligroso para un perro igual que lo puede ser para ti; por ejemplo, podría atragantarse. Pero eso puede ocurrir con un hueso o con cualquier otra cosa que coma, incluido el pienso. Por eso, si quieres dar huesos a tu perro, conviene que sepas cuáles son los más adecuados, los que por su composición hacen menos probable que se atragante o tenga problemas.
Los mejores huesos para perros son los de pollo y los de conejo. Ambos son muy fáciles de masticar y digerir, además de constar de gran variedad: carcasas, alitas y muslos, patas, cuellos, cabezas… Si tienen algo de carne pegada, ¡incluso mejor! Será más sabroso para él y también más nutritivo. ¡Pero recuerda! Siempre debes dárselos crudos.
Cómo y cuándo dar los huesos para perros
Para deducir la ración adecuada, es muy importante tener en cuenta el tamaño y el peso de tu perro; sin duda, un perro mini necesita menos alimento que uno grande.
Lo mejor es que a los perros pequeños se les den huesos también pequeños y tiernos, fáciles de masticar, como por ejemplo las puntas de las alitas de pollo. Según el perro se vaya acostumbrando, podremos darle el hueso de alita entero.
En perros más grandes, no hay problemas en dar la alita completa, muslos, carcasas… Pueden digerir sin problema cualquier hueso de pollo o conejo.
Si decides dar huesos a tu perro, lo mejor es no mezclar huesos y pienso en una misma comida. Por ejemplo, puedes alimentar con pienso a tu perro por las mañanas y con huesos por las tardes, o basarte en el pienso y utilizar los huesos a modo de premio ocasional… Tú decides.
Para que su alimentación sea adecuada, recomendamos no dar huesos a nuestros perros más de tres o cuatro veces por semana. Los huesos no pueden ser la base de su alimentación, sólo la complementan. Pero seguramente su nutrición sea mucho mejor si come huesos de vez en cuando que si se basa sólo en pienso comercial. Además, ¡tu bolsillo también lo notará!
¿Qué problemas pueden suponer los huesos para los perros?
Realmente no existen riesgos asociados a la ingesta de huesos por parte de un perro, aparte de los posibles atragantamientos que hemos comentado y que no dependen del hecho de que sean huesos, sino que pueden darse con cualquier alimento.
Sin embargo, si un perro ya está habituado a una dieta concreta, un cambio podría suponer alguna alteración en su organismo, como:
- Estreñimiento canino, si el consumo de huesos es excesivo. Es fácil de solucionar, simplemente con reducir el consumo de huesos y añadiendo vegetales a su dieta.
- Exceso de calcio: Ocurre también si le das a tu perro huesos de más. Se puede detectar al variar el color de sus heces.
Los huesos recreativos para perros
(Foto via: omlet)
Se llaman huesos recreativos para perros a los huesos de gran tamaño, como por ejemplo el fémur de la ternera o el hueso del jamón de cerdo. Se utilizan para entretener al perro, que se empeñará en moderlo para intentarlo romper y comérselo, pero al ser grandes y duros probablemente no lo conseguirá. Es, simplemente, un juguete de rico sabor y larga duración.