Llevamos tanto tiempo escuchando eso de ‘se llevan como el perro y el gato’ que nos lo hemos creído. Muchos piensan que los canes y los felinos no son capaces de vivir en armonía y que se odian por naturaleza.
Sin embargo, los estudios demuestran que esto no es así. ¡Y la experiencia de muchas personas que conviven con ambas especies también confirma que hemos estado equivocados!
¿Por qué se dice que los perros y los gatos se llevan mal?
Es muy común ver a un perro perseguir a un gato y a este huir de él. Pero, ¿eso significa que se odian? ¡Para nada! Este acto es puro instinto.
Los perros, al igual que los gatos, tienen instinto cazador, por lo tanto, cuando ven a un minino se lanzan a por él.
El gato, por instinto de supervivencia, huirá del perro y normalmente lo conseguirá con facilidad, ya que son bastante ágiles y pueden acceder a zonas a las que no llegaría un perro.
Por otro lado, hay que comprender la manera de ser de cada uno de estos animales.
No es que los gatos no sean cariñosos, pero suelen serlo menos que los perros.
Los canes son sociables, buscan el cariño humano frecuentemente y suelen ser obedientes, mientras que los gatos son más solitarios y territoriales. Estas personalidades pueden chocar, al igual que pasaría con dos personas que viven juntas y también son así. ¿No crees? ¡Pero eso no significa que se odien!
Entonces, ¿pueden convivir en armonía los perros y los gatos?
¡Por supuesto! Si no has vivido la experiencia y te lo estás planteando, te la recomendamos al 100%.
La convivencia entre un perro y un gato necesitará un periodo de adaptación.
Tanto si entra en casa primero uno y luego el otro, como si llegan los dos a la vez, lo recomendable es que no los pongas juntos en la misma estancia desde el primer día.
Deja que se vayan encontrando poco a poco, que reconozcan sus olores y que cada uno marque su territorio.
Poco a poco verás cómo se van acercando y dejarán de existir los bufidos y arañazos. Puede que hasta tu gato se encargue de acicalar a tu perro con su lengua cuando le coja cariño. ¡No sería la primera vez que lo vemos!