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Claudia Frutos: «Desde que lo adopté ha costado, pero mi perro ya siente que esta es su casa»

¿Por qué comprar un perro cuando hay miles de ellos esperándote en la perrera? Desgraciadamente, en España la tasa de abandono animal es espeluznante: según los últimos datos de Fundación Affinity, se abandona un perro o un gato cada cuatro minutos. Todas estas mascotas están esperando una segunda oportunidad.

#NoRegalesAbandono: la historia de Claudia y Puck

En Wakyma hemos lanzado nuestra campaña navideña #NoRegalesAbandono para fomentar el bienestar animal y frenar la espeluznante tasa de abandono que hay en nuestro país.

Claudia siempre lo tuvo claro: quería adoptar a un perro y lo encontró en la protectora APAP Alcalá. En esta entrevista conocemos su historia desde que adoptó a Puck cuando tenía dos añitos. A pesar de no encontrar su hogar al principio, ha descubierto en Claudia y sus padres una nueva familia. 

claudia y Puck entrevista

 

¿Hace cuanto adoptaste a Puck?

En 2012, hace cinco años. La verdad es que yo siempre había tenido claro que quería adoptar. Llevaba toda mi vida pensando: quiero un perro, quiero un perro, quiero un perro…  Además, yo siempre veía en la tele los típicos programas estos de perros de la perrera y no sé, siempre tuve claro que quería adoptar, así que investigué, lo encontré… Y me lo quedé.

 

¿Cuántos años tenía cuando lo adoptaste?

Ya era adulto, tenía alrededor de dos años y medio, pero tampoco lo saben exactamente. Nunca nos han sabido decir muy bien su edad o de dónde venía, porque se lo encontraron y nunca lo reclamó nadie.

 

¿Alguna vez te planteaste comprar en lugar de adoptar?

No, nunca. Sí que es verdad que muchas veces voy por la calle, a lo mejor veo un cocker, a labradores que me gustan mucho y pienso «jo, qué bonito, me encantaría». Pero… Sé que no compraría habiendo tantas perreras… No tengo nada en contra de que se compren perros, pero creo que se necesita más que se adopten.

 

¿Cómo fue el proceso de adopción?

Encontré la protectora APAP Alcalá porque la madre de un amigo era voluntaria allí. Me metí en su página de Facebook y vi que tenían fotos de los perros con el nombre, la fecha de nacimiento y demás. Fue ahí cuando vi a Puck, y claro, ahí estaba super distinto a como está ahora. Estaba sucio, con rastas… En cuanto lo vi pensé «¡qué gracioso!» En esta asociación los perritos así pequeños no los tienen en la perrera, sino en casas de acogida. Así que fui a la casa de un chico que lo tenía para cogerlo.

 

¿Cómo fueron los primeros días con él?

Pues a ver… Mi perro ha sido un poco especial. Conozco otra gente que ha adoptado y no ha tenido problemas, pero mi perro hasta hace un o dos años le ha costado mucho. Sí es cierto que en cuanto lo cogí se vino conmigo y no dio ningún problema. Pero era como que le costaba creerse que éramos sus dueños. Por ejemplo, al mes de adoptarlo lo llevamos al veterinario para hacerle una revisión y cuando volvimos a por él estaba… Raro. Como si de repente no nos conociera, no sé cómo explicarlo. Daba la sensación de que estaba enfadado. En casa cuando llegaba se tumbaba en su cama y ni siquiera saludaba cuando llegábamos. Simplemente se quedaba en su sitio y se dedicaba a estar ahí y a «no molestar».

 

Parece que no sentía que fuera su hogar

Sí, exacto, era como: «Yo me quedo aquí y no molesto». Y así estuvimos años, mucho tiempo, ¡yo estaba frustrada! De hecho, creía que todos los perros pues lo típico, llegas a casa, van a saludarte… Pero el mío nada.

 

¿Fue cogiendo más confianza poco a poco?

Sí, desde hace dos años. Ya cuando llegaba a casa me venía a buscar, se me subía… Al principio parecía que tenía mucho respeto a la gente aunque intentaras inspirarle confianza o jugar con él. Supongo que tenía sus pequeños traumas de lo que sea que le pasó… Cuando le cogí, el chico de la perrera ya me avisó de que tuviera paciencia con él porque es un perro adulto y no sabían lo que había vivido. Así que fue por eso, le costó darse cuenta de que con mi familia y conmigo no iba a pasarle nada. También se le ve muy dócil… Si a lo mejor me ve que discuto con mi madre o algo así, se esconde y baja la cabeza como si la discusión fuera por él. A mi me da mucha pena… Se le ve que todavía tiene ahí sus momentos de duda.

 

¿Y cómo te hace a ti sentir que hayas adoptado a un perro y que ya cada vez confíe más en ti y en el resto de la gente? Debe de ser gratificante. 

Totalmente. Te sientes orgullosa. Porque piensas bueno, poquito a poco, nos ha costado, pero lo vamos consiguiendo. Él ya siente que esta es su casa. Hace poco tuvimos que llevarlo al veterinario y cuando volvimos a por él ya vino enseguida corriendo a por mi, no fue como aquella primera vez que parecía que no nos conocía. Y en cuanto llegamos se notaba que pensaba «qué bien que ya estoy en casa». Así que, sí, te sientes como «jo, qué bien que ya esté feliz». Mola, es guay.

 

¿Dirías que te ha cambiado la vida?

Sí, sí, claro. Totalmente. Ya solo el hecho de que es una responsabilidad… Sabes que hay alguien ahí que te está esperando cuando llegues a casa. Además, parece que no, pero ya lo tienes en cuenta a la hora de tomar decisiones, así que ya solo por eso cambia tus planes. Además bueno, te da muchísimo cariño casi sin esperar nada a cambio, porque es darle de comer y sacarle a pasear… Y te hace sentir tan querido que dices «jo, es que me los cogía todos».

 

También hay que ser consciente de la responsabilidad que conlleva… Que hay mucha gente que se guía de repente por el impulso de querer un perro. 

Eso es. De hecho, justo cuando venía para acá estaba pensando que ahora se acercan las Navidades. Y es que en estas fechas no falla: después de Papá Noel o los Reyes Magos hay siempre un boom de cachorros por la calle, y es como… «Lo has comprado como un capricho y no has pensado en que conlleva una responsabilidad.» Y de hecho, mucha gente piensa que en las perreras no hay perros de raza, y no es verdad, ¡hay un montón! La gente se pregunta por qué… ¡Pues porque cuando pasa el tiempo después de comprarlo no lo quieren! Es lo que tú dices, que todos piensan «ay, quiero un perro», y luego a lo mejor llegan las vacaciones, no te lo puedes llevar, y a la mierda, lo dejo ahí atado al sol en la carretera y que se muera.

 

Sí, claramente hay un grave problema de abandono y concienciación animal en general. 

Sí, sí, totalmente. Y yo empezaría por eso, por concienciar primero a la gente y preguntarles: ¿Pero tú sabes lo que conlleva tener una mascota?

 

El problema es que la gente no concibe que sea un miembro más de la familia.  

Es eso. Supongo que lamentablemente hay mucha gente que se lo toma como un peluche, como «ay, qué bonito, qué ilusión». Pero es que es un ser vivo y lo tienes que cuidar. Para mi es uno más de mi casa. Yo llego, saludo a mi madre, a mi padre y a mi perro. Lo llegas a querer tanto como ellos porque es parte de tu casa, es tu familia.

 

Y con la experiencia que has tenido, ¿qué mensaje lanzarías a la gente para que adopte incluso perros ya adultos en lugar de comprar? 

Yo les diría que se lo van a agradecer infinitamente. Yo además lo he visto porque a esta protectora he ido a veces de voluntaria. Es muy bonito el ver que un perro al conocerte de primeras se asusta, pero en cinco minutos haciéndole cuatro caricias ya te lo has ganado… Es mucho más satisfactorio el decir «estoy ayudando a un perro que lo ha pasado mal, le estoy dando esa oportunidad», que comprar un perro que si no lo coges tú lo va a coger otro… Así que yo creo que te aporta mucho más y bueno… Se merecen una segunda oportunidad.

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