La cosa empezó poco a poco. Ken adoraba a los perros y gatos, y no podía soportar que estuvieran abandonados por la calle; por eso, empezó a alimentarlos. ¡Pero la cosa no quedó ahí! A los 9 años improvisó un refugio para animales en su propia casa, para poder dedicarse a ellos completamente. ¿Quieres conocer su historia? ¡Empezamos!
El refugio para animales de Ken
Ken es un niño filipino que, con apenas 9 años de edad, ya había encontrado su pasión: los animales. No entendía por qué tenía que haber animales sin hogar por las calles, cada día se encontraba con un montón de animales hambrientos y heridos… ¡Tenía que hacer algo!
A Ken se le ocurrió una idea genial: ¡alimentarlos y curarlos él mismo! Pero necesitaba ayuda, así que pegó montones de carteles por las calles buscando gente que quisiera colaborar para dar una nueva oportunidad a estos animales desfavorecidos. Lo que no sabía Ken es que ¡la cosa iría mucho más allá! Sus padres, conmovidos, se decidieron a compartir la buena voluntad de su hijo por internet y… ¡el resultado fueron montones de donaciones! Con el dinero obtenido, Ken pudo alimentar y pagar tratamientos veterinarios para montones de mascotas abandonadas.
De hecho, decidió montar su propio refugio para animales en el garaje de su casa. ¡Y eso fue sólo el principio! Tres años después, su refugio improvisado se convirtió en el Club de los Animales Felices, un lugar de nueva esperanza para estos peludos ubicado en Matina, en la isla filipina de Mindanao. Allí se recuperan los que están enfermos, y además se les busca una nueva familia. ¡Y todo gracias a un niño!
El Club de los Animales Felices
¿Cuál es el resultado de la buena obra del pequeño Ken? ¿Cómo funciona?
El Club de los Animales Felices, hoy en día cuenta con unas instalaciones de mil metros cuadrados. Allí se atiende y se hace felices a montones de animales, como perros, gatos e incluso vacas. Además, ¡no sólo acogen a animales callejeros! También procuran llevarse a todos los que pueden de las perreras, para evitar que sean sacrificados. En el Club de los Animales Felices jamás se practica la eutanasia.
No basta con cuidar, hay que buscar un hogar
El Club de los Animales Felices entiende que la estancia de sus animales debe ser agradable y sanadora, pero también provisional. Gran parte de sus esfuerzos consisten en buscar un hogar para todos ellos, ¡y no un hogar cualquiera!
Quien quiera adoptar una mascota del Club de los Animales Felices debe completar todo un proceso para saber si es el dueño adecuado o no. Para empezar, deben mostrar ya voluntad y responsabilidad desde el primer momento: tienen que visitar el refugio varias veces y además pagar unos honorarios. Por otro lado, hay que firmar un «contrato» que establece ciertas condiciones:
- Debe responsabilizarse a dar a la mascota una alimentación adecuada y de calidad y a llevarlo siempre a veterinarios de confianza.
- Si no lo está en el momento de la adopción, su nueva familia tiene que ocuparse de castrar al animal.
- Se debe fomentar la vida activa y saludable: no se permite que los perros sean encerrados en jaulas ni atados, y deben hacer ejercicio diariamente.
- Los gatos deben permanecer dentro de la vivienda siempre que sea posible.
De esta manera, el refugio de animales de Ken se asegura de que encuentra a familias realmente concienciadas con el bienestar animal y responsables.
Ken, un niño ejemplar
Ken siempre tuvo claro que quería abrir un refugio de animales, dedicar su vida a cuidarlos. El Club de los Animales Felices es su sueño cumplido. ¡Ojalá mucha gente siguiera su ejemplo! ¿Quieres hacerlo? Puedes informarte más sobre este precioso proyecto y hacer donaciones en la página del Club de los Animales Felices; también están presentes en las redes sociales, ¡así pueden difundir su mensaje por todo el mundo!
Resulta curioso que todo esto haya ocurrido gracias a la voluntad de un solo niño, que parece estar mucho más concienciado con la vida de los animales que muchos adultos. ¡Es tan esperanzador! Y tú, ¿te animas a ser como Ken?