Los perros utilizan la mordida como método de defensa cuando se sienten incómodos, intimidados, asustado o amenazados. En otras ocasiones no muerden a mala idea, sino para explorar y reconocer; sin embargo, aunque no se den cuenta, pueden hacernos daño. Para que tu perro no tenga problemas en un futuro, es mejor saber cómo evitar que un perro muerda desde el principio, hacer todo lo posible para que no adquiera la costumbre de morder. Te contamos cómo lograrlo.
Cómo evitar que un perro muerda, 10 consejos
Que un perro muerda, especialmente si es a un perro o persona ajena, nos puede hacer pasar un momento desagradable y meternos en un problema. Por ello, lo mejor es trabajar por evitarlo:
1. Lleva a tu perro siempre con correa
Aunque muchas personas lo llevan suelto por la vía pública, es ilegal. Colaboremos entre todos para llevar una vida cívica, lleva a tu perro siempre atado y contribuirás a la seguridad de todos, también del propio perro.
Además, recuerda que si tienes un PPP, debe llevar bozal en espacios públicos.
2. No permitas que tu perro juegue con niños sin supervisión
Incluso si es sin querer, un perro puede hacer daño a un niño cuando sólo pretende jugar. Puede no ser consciente de la fuerza de sus movimientos y, si el niño le toca demasiado, se pondrá nervioso y habrá riesgo de mordisco. ¡No les quites ojo!
3. No tengas a tu perro siempre atado
Los perros necesitan actividad, si está siempre atado acumulará energías y se volverá agresivo. Además, tampoco toques a un perro atado ni dejes que tu perro se acerque cuando el otro perro no esté atendido por su dueño, podría reaccionar mal y tú sólo no podrás manejarlos a los dos.
4. Socializa a tu mascota con personas
Si quieres saber cómo evitar que un perro muerda, todo comienza con la socialización. Es una parte fundamental de la educación de todos los perros y por tanto, es tu responsabilidad. Cuanto antes comiences a socializar a tu perro, más fácil será evitar conductas problemáticas.
5. Socializa también con otros perros
La socialización también debe enseñar a tu perro a tratar con otros de su especie, así como otros animales que pueda encontrarse en su día a día, como por ejemplo gatos.
6. La socialización con lo inerte
Conocemos como socialización el proceso en el que el perro aprende a convivir y relacionarse positivamente con todo lo que le rodea, ¡incluido lo inerte! Con esto nos referimos a todo lo que tu perro se encuentra en el día a día, especialmente en los paseos: coches, bicicletas, sonidos… Si no enseñas a tu perro a socializar con estos elementos, podría desarrollar miedo hacia ellos y reaccionar de forma agresiva cuando los ve.
7. No permitas que tu perro se sienta solo
La soledad puede producir mucha ansiedad a los perros, recuerda que es tu responsabilidad ofrecerle los cuidados y compañía que necesita y merece. El bienestar psicológico también es salud.
8. Sé responsable al educar a tu perro
Todos los perros necesitan aprender unas normas de convivencia y unas lecciones de comportamiento básicas que servirán para que se comunique contigo e interaccione con todos los que le rodean. Recuerda que es responsabilidad tuya, como propietario, darle a tu perro esa educación.
9. Si tu perro es agresivo, busca ayuda
Si tienes un perro que ya ha dado indicios de comportamientos agresivos, lo mejor es consultar al veterinario lo antes posible para poner soluciones tempranas. En casos graves puede ser necesario acudir a un educador canino o a un etólogo.
10. Asegúrate de poder cuidar a un perro antes de adquirirlo
Es muy importante entender que los perros necesitan ciertas condiciones para vivir que es necesario que tú cumplas. Esto incluye:
- Espacio adecuado
- Alimentación y otros cuidados que suponen un desembolso económico
- Horas de compañía y dedicadas a la educación
Asegúrate de que vives en un entorno adecuado para un perro y que podrás dedicarle el tiempo que necesita. Busca siempre el que más se adapte a tu carácter, situación y estilo de vida, ambos seréis más felices.
¡Ya sabes cómo evitar que un perro muerda! Lo ideal es comenzar a trabajar para evitarlo desde el principio, antes de que comiencen los problemas. Mejor prevenir que curar.