El cáncer en gatos se desarrolla igual que en los humanos, por lo que, por suerte, las investigaciones científicas también pueden servir para tratar a nuestros felinos. En su caso, a menudo el cáncer va asociado a infecciones víricas como la inmunodeficiencia y el virus de la leucemia, que da especial riesgo de que se produzca un linfoma. Si tu gato tiene cáncer, te contamos en qué consiste y cómo se trata.
Síntomas del cáncer en gatos
Los síntomas del cáncer en gatos suelen ser los mismos independientemente de cuál sea la causa. Los más habituales son:
- Inflamaciones aparentemente injustificadas que no dejan de crecer.
- Heridas que no curan.
- Pérdida de peso y de apetito.
- Sangrado u otro flujo que sale de los orificios corporales
- Mal olor
- Dificultades para comer
- Letargo
- Dificultad para hacer sus necesidades
- Rigidez en el cuerpo y cojera persistente
Si observas alguno o varios de estos síntomas en tu gato, ¡no dudes en acudir al veterinario! Nadie está libre de riesgo de padecer cáncer. Si existe sospecha de que tu gato padece cáncer, se le realizarán pruebas para detectarlo, como biopsias, análisis de orina y sangre, pruebas varias de diagnóstico por imagen…
Tratamiento del cáncer en gatos
Si se confirma el diagnóstico del cáncer en tu felino, hay tratamientos para ello. Por supuesto, tomar esta decisión es complicado; habrá casos en los que sea preferible eutanasiar al gato, en función de la gravedad de la situación.
Si decides tratar a tu gato con quimioterapia, esta se puede administrar por vía intravenosa, subcutánea u oral. Dependiendo del caso o de los recursos disponibles se decidirá cuál utilizar. En cualquiera de los casos, los beneficios de la quimioterapia para tratar el cáncer en gatos son muy numerosos:
- Para muchos tipos de cáncer, la quimioterapia es el tratamiento más eficaz. Hace que remitan los síntomas al mismo tiempo que ataca a las células malignas, haciendo que mejore la calidad de vida.
- Normalmente se suele aplicar después de extirpar el tumor. Evita que se vuelva a formar en la zona afectada y previene la metástasis.
- Es compatible y se puede coordinar con un tratamiento de radioterapia, que daña las células cancerosas.
El tratamiento requiere un seguimiento periódico por parte del veterinario, no sólo para ver la evolución, sino para detectar posibles nuevos tumores.
Una gran ventaja de la quimioterapia en perros y gatos es que, al contrario que ocurre en humanos, no suele producir efectos secundarios. Por este motivo, en cuanto el gato empieza el tratamiento, mejora considerablemente su calidad de vida. En caso de que apareciesen efectos adversos (en raras ocasiones), se trata de náuseas, vómitos y diarreas leves.
El cáncer en gatos se suele superar con cierta facilidad si se trata de un caso no muy avanzado, por lo que es importante detectarlo cuanto antes. Por eso, ¡lleva a tu mascota a revisiones veterinarias un par de veces al año!