La cistitis en perros es una afección bastante común. Puede ser un problema leve, que no suponga una gran dificultad para curarse; pero también puede ser síntoma secundario de una patología más grave. ¿Cómo saber ante qué caso estamos? Si tu perro tiene cistitis, no te pierdas este artículo en el que te contamos sus causas, cómo detectarla y sus posibles tratamientos.
La cistitis en perros, ¿qué es?
Igual que en las personas, la cistitis en perros es la inflamación de la vejiga. No has de confundirla con una infección de orina: muchas veces se tratan como sinónimos, pero realmente no lo son, sino que una es consecuencia de la otra, son patologías a menudo paralelas.
La cistitis puede afectar a cualquier perro, independientemente de su raza, entorno o edad, y puede ser aguda o crónica.
Causas de la cistitis en perros
La cistitis canina puede deberse a varias causas diferentes, pero la más habitual suele ser una infección bacteriana que llega a través del ano a la vejiga y comienza la colonización y por tanto, la infección. En este caso sí hablamos de infección urinaria, o como la llaman los veterinarios, infección ascendente. Aunque varias bacterias pueden provocar este tipo de infecciones, se ha observado que la más común es la E-coli.
Las hembras son más propensas a sufrir cistitis canina, ya que tienen la uretra más corta. La higiene anal es esencial para prevenir su aparición. Además de la infección bacteriana, otras causas de la cistitis en perros son:
- Piedras en la vejiga.
- Tumores en la vejiga y quimioterapia, que también favorecen las infecciones urinarias.
- Debido al alto nivel de glucosa en sangre, la cistitis también es más habitual en perros diabéticos.
- La cortisona y otros medicamentos que debilitan el sistema inmune del perro, dejándole más expuesto a posibles infecciones de todo tipo.
Síntomas de la cistitis canina
La cistitis en perros suele mostrar los siguientes síntomas:
- El perro orina mucho más a menudo pero en menores cantidades
- Sangre en la orina
- Hiperactividad, fruto de las excesivas ganas de orinar permanentemente
- Molestias o incluso dolor al orinar, es posible que tu perro llore o se queje cuando hace pis
- Dificultad para orinar, se muestran grandes esfuerzos para hacer que la orina salga
Si observas este tipo de síntomas en tu perro, no dudes en acudir al veterinario cuanto antes para que pueda tratarle.
Diagnóstico y tratamiento de la cistitis en perros
Cuando acudas al veterinario con sospechas de que tu perro pudiera tener cistitis, procura darle la mayor cantidad posible de información: cuánto tiempo lleva así, qué síntomas has observado, con qué frecuencia hace pis, si tiene comportamientos extraños… Todo lo que puedas aportar ayudará a que el diagnóstico sea acertado.
Para confirmar la cistitis y su causa, se le hará a tu perro un cultivo y análisis de orina. Después, una prueba de sensibilidad ayudará a elegir el mejor tratamiento. Aparte, el veterinario podría considerar oportuno hacer otras pruebas como ecografías, radiografías o una endoscopia.
La cistitis canina se suele solucionar con un tratamiento de antibióticos. Asegúrate de cumplir las dosis y tiempos que el veterinario indique. Por otro lado, es muy importante que se mantenga bien hidratado.
En caso de que la cistitis fuera un síntoma secundario de otra patología, como piedras en la vejiga o incluso cáncer, se tratará la cistitis por un lado y la enfermedad causante por otro.
¿Se puede prevenir la cistitis en perros?
Si quieres mantener a tu perro lo más alejado posible de la cistitis, asegúrate de que tiene al día todas sus vacunas y de que sus condiciones de higiene son óptimas, especialmente en el caso de las hembras.
La deshidratación también puede desencadenar una cistitis, por lo que debes dejar siempre agua fresca disponible para tu mascota. Un perro bien cuidado y alimentado tendrá las defensas bien altas, esta es la mejor prevención de la cistitis canina y otras muchas afecciones.