El perro setter irlandés se caracteriza por:
- Altura: 55 – 65 cm.
- Peso: 20 – 30 kg.
- Esperanza de vida: 12 – 14 años.
- Estilo de vida y aptitudes: Casa, campo, familias, caza, deportes…
Origen del perro setter irlandés
(Foto via: blogspot)
El origen de la raza setter irlandés se sitúa en el siglo XVIII y se debió al cruce entre otros perros de distintas razas spaniels, de origen español, setters y pointers. Se utilizó durante muchos años como perro de caza de aves, para lo que demostró tener una habilidad excelente.
Un tiempo después, en el siglo XIX, se introdujo la variante de la raza setter irlandés rojo, que logró eclipsar en poco tiempo la popularidad de su hermano bicolor. A día de hoy, el rojo sigue siendo mucho más habitual en Irlanda.
Reconocer a un perro setter irlandés
(Foto via: schnauzi)
El setter irlandés es un perro de corte aristocrático y aspecto seguro y señorial. Su cuerpo tiene unas líneas muy elegantes y proporcionadas, con unas patas firmes y una cabeza mediana de hocico largo. Su trufa es oscura y sus ojos almendrados, tanto en forma como en color. Las orejas son medianas y caídas.
El pelaje de los perros de raza setter irlandés es largo, liso o en ocasiones algo ondulado y cubre todo su cuerpo. Es un pelo muy tupido y suave, incluso en la cola es abundante. La cabeza tiene el pelo más corto que el resto del cuerpo. El color de la base es el blanco, y tiene manchas uniformes castañas o rojizas por el lomo, la cola y la cabeza. La variante de perro setter irlandés rojo tiene este color por todo su cuerpo.
Carácter del perro de raza setter irlandés
( Foto via: bekiamascotas)
El setter irlandés es un perro de actitud juguetona y algo revoltosa, similar al carácter propio de los cachorros, pero él lo conserva durante toda su vida. Es vivaz, activo y algo travieso. Aunque es fiel, se muestra bastante independiente.
Este perro es muy inteligente, pero puede ser algo testarudo a la hora de someterse a lecciones de educación. Necesita un entrenamiento firme y perseverante para lograr buenos resultados. Para contrarrestar esta imagen de cabezota, el setter irlandés es un perro cariñoso, divertido y muy protector, paciente incluso con los niños de la familia, siempre que estos sepan cómo interactuar correctamente con una mascota.
Adora los juegos y actividades al aire libre y compartir tiempo con su familia, en la que llega a sentirse muy integrado.
Quiero un setter irlandés… ¿Cómo tengo que cuidar de él?
La exigencia física de los perros setter irlandeses es bastante alta, necesita buenos paseos y juegos cada día para quemar toda su energía y así equilibrar su personalidad y comportamiento. Sin el ejercicio adecuado, puede volverse ladrador, destructivo y violento.
El setter irlandés es algo difícil de adiestrar, debido al carácter fuerte que tiene y la personalidad decidida y ansia de liderazgo. Pero con dedicación, paciencia y los métodos apropiados, estamos seguros de que conseguirás hacer del setter irlandés un perro equilibrado, obediente y amable.
No lleva muy bien la vida de interior. Es decir, sí, debe vivir contigo en la casa, tener su camita, dormir dentro… Pero no puede pasar el día dentro de casa, necesita salir al exterior a hacer ejercicio y relacionarse. ¡Hablando de relaciones! Nunca olvides la importancia de la socialización en los perros, debes comenzar el proceso en cuanto el cachorro llegue a tu hogar.
Su pelo, al ser largo y enredarse, requiere cepillado algo más frecuente que los perros de pelaje más corto. Cepíllalo entre dos y tres veces por semana. Recuerda que no conviene bañar a los perros a menudo; en el caso del setter irlandés, un baño cada 6 u 8 semanas es lo más apropiado.
(Foto via: pinterest)
Salud de la raza setter irlandés
(Foto via: Wikipets)
Como es de esperar, la raza setter irlandés, como todas las demás, tiene cierta predisposición a sufrir algunas patologías en mayor o menor medida. Las más habituales son:
- Displasia de cadera
- Atrofia progresiva de retina
- Epilepsia
- Torsión gástrica
- Hemofilia A
- Panosteítis
- Osteodistrofia progresiva
En Wakyma siempre recomendamos hacer un par de visitas anuales al veterinario para que evalúe el estado de salud de tu mascota. Además, es esencial recordar siempre ponerle todas sus vacunas y tratamientos antiparasitarios.