El hígado es un órgano que desempeña un papel crucial en nuestras funciones vitales. Por ejemplo, se encarga de la metabolización de hidratos de carbono, lípidos y proteínas, y secreta la bilis, que es necesaria para la eliminación de toxinas y la digestión. ¡Y estas son solo algunas de sus misiones! De su importancia se entiende que cualquier anomalía en su funcionamiento puede tener graves consecuencias para la salud, también la de nuestras mascotas. Es por ello que queremos hablarte de los problemas hepáticos en perros más comunes, para que tengas consciencia de ellos y puedas ayudar a tu mascota.
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¿Qué son los problemas hepáticos en perros?
Los problemas hepáticos en perros son una preocupación creciente en el ámbito de la veterinaria. Se trata de aquellas afecciones que provocan que el hígado no funcione correctamente y/o deje de funcionar.
Dada la importancia que tiene este órgano, su mal proceder puede perjudicar muchísimo la salud del perro. Además, cualquier peludo puede ver afectado su hígado, con independencia de su sexo y edad.
En cuanto a las razas, aunque ninguna está exenta de poder padecer problemas hepáticos, algunos perros pueden tener mayor predisposición. Es el caso del West Highland, el Bedlington terrier o el Labrador.
Causas de los problemas hepáticos en perros
Hay diferentes causas que pueden desencadenar problemas hepáticos en los canes. Entre las más usuales se encuentran las que explicamos a continuación.
Enfermedad hepática crónica
Esta enfermedad es una condición a largo plazo que puede ser resultante de trastornos genéticos, infecciones crónicas o acumulación de toxinas en el hígado.
Esta patología puede avanzar de forma lenta y, lamentablemente, en muchos casos, sus síntomas se hacen evidentes cuando se encuentra en un estado avanzado.
Enfermedad de Cushing
La enfermedad de Cushing es una afección endocrina que afecta a la glándula suprarrenal y puede llevar a un aumento en la producción de hormonas que afectan el hígado.
Intoxicaciones
Algunos problemas hepáticos en perros pueden darse por la naturaleza curiosa de los canes. Y es que esa característica de nuestros amigos peludos provoca que a veces ingieran sustancias tóxicas como:
Tumores hepáticos
Los tumores hepáticos pueden aparecer en el perro. Estos pueden ser benignos o malignos, pero afectarán al funcionamiento normal del hígado.
Enfermedades contraídas por contagio de parásitos o virus
Algunos parásitos internos, como puede ser el caso del gusano del hígado, pueden afectar directamente a este órgano.
Otros casos podrían ser la leptospirosis y la leishmaniosis.
Intoxicaciones por medicamentos
La importancia de no automedicar a las mascotas viene dada de que hay fármacos que para nosotros son seguros, pero no lo son para nuestros amigos peludos.
Este puede ser el caso del fenobarbital, paracetamol o ketoconazol.
Problemas autoinmunes
En ocasiones, las propias defensas del organismo se pueden volver contra el hígado, causando daño en el mismo.
Síntomas de los problemas hepáticos en perros
Los problemas hepáticos en perros pueden manifestarse de diversas maneras. Reconocer los signos tempranos es crucial para intervenir a tiempo y proporcionar el tratamiento adecuado. ¡Veamos cuáles son esos síntomas!
Pérdida de apetito y de peso
Si tu mascota muestra una disminución de su apetito o la inapetencia total, tómatelo como un indicio preocupante.
La pérdida de peso será evidente, posiblemente en poco tiempo. Por ejemplo, empezarás a notar cada vez más prominentes sus costillas y columna vertebral.
Ictericia
Otro de los síntomas más comunes de los problemas hepáticos en perros es la ictericia.
La ictericia en perros se manifiesta como una coloración amarilla en los ojos del perro, pero también pueden adquirir ese tono la piel y las encías.
Este signo es una señal clara de un problema hepático subyacente, ya que indica una acumulación de bilirrubina en el cuerpo.
Letargo y debilidad
El letargo y la debilidad son señales claras de que algo no está bien en el organismo de tu perro.
Notarás que tu mascota parece menos enérgica, desganada y posiblemente menos interesada en jugar o realizar actividades que normalmente le gustan. Incluso los paseos cortos pueden convertirse en un esfuerzo para ellos.
Hinchazón del abdomen
Si el abdomen de tu perro está distendido, puede ser una señal visible de un hígado más grande de lo normal.
En caso de que esto sea así, podrías notar que el área abdominal de tu can está hinchada o más abultada de lo habitual.
Esto es un signo evidente de un problema hepático que requiere atención inmediata.
Cambios en la orina y en las heces
Los problemas hepáticos en perros pueden alterar su sistema digestivo. De esta manera, sus heces pueden volverse grisáceas, pálidas o diarreicas con color anaranjado.
Además de eso, la orina puede volverse más oscura debido al cúmulo de desechos que no han sido procesados.
Vómitos biliares
Como decíamos, el sistema digestivo de tu perro puede verse afectado. Esto puede verse reflejado en los cambios en su orina y heces, pero también vómitos biliares recurrentes.
Cambio en la pigmentación de la piel y costras
Los daños hepáticos pueden provocar cambios en la piel de tu perro. Esto puede incluir una pigmentación inusual, como manchas más oscuras o claras.
También pueden aparecer costras o heridas que sanan más lentamente debido a la disminución de la función hepática.
Encefalopatía hepática
Este es uno de los síntomas de los problemas hepáticos en perros más graves. Se trata de un trastorno neurológico que se da por un elevado acúmulo de toxinas en el sistema nervioso central del can.
Los signos que reflejan con mayor frecuencia son debilidad, ataxia, convulsiones, coma y, finalmente, se produce el fallecimiento del animal.
Cambios en el comportamiento
Además de lo mencionado, algunos perros con problemas hepáticos pueden experimentar cambios en su comportamiento.
Por ejemplo, pueden volverse más irritables, mostrarse desorientados y otros signos de confusión. Estos cambios son una indicación de que algo está afectando a su sistema nervioso.
Reconocer estos síntomas y actuar rápidamente es fundamental para el bienestar de tu mascota. Si observas alguno de estos signos, no dudes en buscar atención veterinaria de inmediato.
Un diagnóstico y tratamiento oportunos pueden marcar la diferencia en la calidad de vida y el pronóstico de tu perro.
Diagnóstico de los problemas hepáticos caninos
Como hemos mencionado, si hay sospechas de problemas hepáticos en los peludos, es esencial buscar atención veterinaria pronto. El veterinario llevará a cabo una evaluación exhaustiva que puede estar compuesta de varias pruebas, como son:
- Análisis de sangre.
- Analítica de heces.
- Análisis de orina.
- Ecografía y radiografía.
- Cultivo bacteriológico y PCR.
- Citología y biopsia.
Tratamiento para los perros con problemas hepáticos
Tras las pruebas realizadas por el veterinario, se procederá a establecer el tratamiento adecuado. Este dependerá de la causa que haya provocado los problemas del hígado y de la gravedad.
El tratamiento podría incluir varios factores.
Tratamiento farmacológico
El veterinario puede recetar algunos medicamentos y efectuar otro tipo de tratamientos en la clínica para tratar la causa subyacente, así como para apoyar la función hepática. Por ejemplo:
- Antibióticos para tratar las infecciones bacterianas.
- Inmunomoduladores, cuando el caso es de hepatitis inmunomediadas.
- Fármacos antidiarreicos.
- Antieméticos y protectores gástricos con el fin de controlar los vómitos.
- Coleréticos y colagogos, que sirven para fluidificar la bilis y mejorar su expulsión.
- Fluidoterapia, especialmente en los casos de hepatitis aguda.
- Quimioterapia si hay presencia de neoplasias como el linfoma.
Cambios en la dieta y suplementos
Puede ser recomendada por el profesional una dieta específica para aliviar la carga del hígado y proporcionar nutrientes esenciales.
Además, algunos suplementos nutricionales, como los que contienen ácidos grasos esenciales, vitamina E o cardo mariano, pueden ser beneficiosos para la salud hepática, ya que ayudan a detoxificar y desinflamar el hígado.
Cirugía
En casos graves, la cirugía puede ser necesaria. Sus fines pueden ser:
- Extirpar tumores aislados en algún lóbulo hepático.
- Mejorar el flujo sanguíneo en el hígado.
- Intervenir en casos en los que el perro tenga un daño severo en la vesícula biliar o cálculos que pueden llegar a obstruir las vías biliares.
Prevención de problemas hepáticos en el perro
Por desgracia, no siempre se pueden prevenir todos los problemas hepáticos en el animal. No obstante, hay algunas medidas que pueden ayudar:
- Proporcionar una dieta equilibrada y de alta calidad.
- Evitar la exposición a sustancias tóxicas.
- Mantener al día las vacunas y desparasitaciones.
- Realizar chequeos veterinarios regulares.
Recuerda que, en caso de detectar que algo no va bien en tu mascota, una atención adecuada puede marcar la diferencia