A medida que las personas envejecen, tienden a sentirse algo más solas y más nostálgicas ante las alegrías del tiempo pasado. Y otra cosa quizás no, pero las mascotas son una grandísima fuente de compañía y felicidad. Por ello, veamos todos los beneficios que trae consigo envejecer con mascotas.
Beneficios de envejecer con mascotas
Pasar la vejez con la compañía incomparable de una mascota puede cambiarnos la vida drásticamente. Y es que son muchísimos los beneficios que se obtienen de pasar esta etapa junto a un animalito.
1. Las mascotas traen beneficios para la salud humana
Uno de los beneficios de envejecer con mascotas tiene que ver con la salud.
Varios estudios han demostrado que vivir junto a mascotas es beneficioso para la salud, pues la interacción con ellas ayuda a subir los niveles de dopamina y serotonina, a la vez que se reduce la presión arterial y disminuye la ansiedad.
Todo ello favorece la mejor del estado de salud general y el fortalecimiento del sistema inmune.
2. Mejoran el estado de ánimo
Los animales de compañía saben cómo hacer felices a los humanos. De hecho, a veces tan solo basta con que estén cerca para ponernos una sonrisa en la cara, ¿verdad?
En el caso de las personas mayores, esto es aún más importante. Están en una etapa de su vida donde les pueden sobrevenir muchos recuerdos de su pasado o sufrir pérdidas que les afecten muchísimo.
Por ello, envejecer con mascotas puede ayudar a prevenir la depresión, entre otras patologías.
3. Ofrecen mucho entretenimiento
Las mascotas son una grandísima fuente de entretenimiento. Es cierto que algunas requieren más atenciones que otras, pero en lo que a diversión se refiere, cuando se ponen juguetonas no hay quien las pare.
Este es otro de los grandes beneficios de envejecer con mascotas, pues ayudan a desviar la atención de las personas mayores de sus luchas cotidianas a algo mucho más agradable.
4. Son los mejores amigos
Tener un animal en casa es tener un gran compañero. Por algo dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, pero es que cualquier otro animal también puede ser un buen amigo de una persona mayor.
Como dice una de las mejores frases sobre animales: Los animales son muy buenos amigos; no hace preguntas, no critican.
5. Las mascotas mantienen activos a los mayores
Una mascota también ayuda a los ancianos a mantenerse más activos, especialmente cuando se tiene un perro, pues sus necesidades obligan a la persona mayor a sacarlo de paseo todos los días varias veces.
Esto trae beneficios a los mayores para su salud física, pero también para su salud mental.
5. Sentimiento de responsabilidad
Jubilados, sin hijos a los que cuidar y a veces sin nietos, muchas personas mayores pierden de vista lo que es tener una responsabilidad después de haber pasado toda su vida con ellas.
Este hecho a algunos puede parecerles una maravilla, pero hay personas que se sienten inútiles cuando no tienen una responsabilidad entre manos.
Por ello, envejecer con mascotas es beneficioso en este aspecto, pues una mascota es una grandísima responsabilidad.
6. Ayuda a crear relaciones sociales
Por todos es sabido que tener un perro y sacarlo a la calle es una manera muy positiva de relacionarse con nuevas personas.
Debido a esta razón, los dueños de mascotas, en la vejez, tienen la posibilidad de crear nuevas conexiones sociales gracias a estas.
7. Desarrolla la paciencia
Cuando se trata de entender a las mascotas hay que echar mano de la paciencia, pues no se expresan con palabras y toma un tiempo comprender su lenguaje.
Esto en la vejez puede ser un magnífico beneficio, pues muchas personas se vuelven demasiado impacientes con el paso de los años.
8. Las mascotas ayudan a estar en el aquí y ahora
Otro de los beneficios de envejecer con mascotas es que estas permiten a la persona mantenerse en la conciencia, estando en el presente, puesto que sus animales necesitan de su ayuda para vivir.
9. Son un apoyo frente a ciertas carencias
Por ejemplo, las personas mayores con problemas de audición encontrarán un gran aliado en sus mascotas, pues estas pueden ayudarles a enterarse cuando llamen por teléfono o suene el timbre o una alarma.
10. Son todo un descubrimiento
Muchas personas mayores han llegado a esta etapa de su vida sin haber descubierto anteriormente lo que suponía tener un animal de compañía en casa.
En esas situaciones el animal se convierte en todo un descubrimiento para la persona, especialmente al vivir por primera vez el gran vínculo humano – animal que se puede establecer.
¿Cuáles son las mejores mascotas para las personas mayores?
Cuando la persona mayor aún pueda valerse por sí misma, lo más ideal es que tenga un perro como animal de compañía.
Son estos los que realmente les van a proporcionar todos los beneficios mencionados. Eso sí, hay que tener en cuenta sus características.
Lo aconsejable es que no se trate de un perro grande, pues se requiere de mucha fuerza para sujetarlo si hiciese falta y para aguantar sus tirones de correa.
Lo ideal para las personas mayores son perros pequeños, que no requieran de grandes dosis de actividad física diaria porque posiblemente el adulto mayor no podrá seguirles el ritmo que realmente necesiten.
Otras cuestiones sobre mascotas para personas mayores
Como sabemos, tener una mascota supone unos gastos importantes derivados de sus cuidados y necesidades.
Por ello, antes de aventurarnos a regalar un animal a una persona adulta o de que esta por sí misma la acoja, es fundamental valorar el estado financiero de la persona para estar seguros de que podrá hacerse cargo. O, de no ser así, que otras personas puedan ayudarle.
Además de esto, lo ideal es considerar la adopción antes que la compra. A las personas mayores no les va a importar tanto que su fiel amigo sea de raza o no sea de raza, solo les van a interesar los beneficios derivados de envejecer con mascotas.
Ante esta cuestión también es valorable, dependiendo de la edad de la persona, adoptar a una mascota con cierta edad. Cuando se conoce la esperanza de vida de las mascotas, a veces cuesta que los animales más mayores encuentren un hogar. Sin embargo, puede ser una buena idea que dos ancianitos, uno humano y otro animal, compartan juntos su última etapa.