La noticia saltaba hace unos días: el conejo común o europeo se encuentra en peligro de extinción en algunos países del sur de Europa, entre ellos, España.
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Tristemente, acabábamos el año 2019 incluyendo al conejo común como animal «en peligro» en esta lista. Lista en la que ya estaba desde el año 2008 como especie «casi amenazada».
La UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), conjunto encargado de elaborar dicha lista, indica que el conejo común se encuentra en peligro de extinción tanto en España como en Portugal y el sur de Francia.
¿A qué se debe la amenaza?
El principal problema que ha llevado a la especie a desaparecer en estas zonas es la conocida enfermedad hemorrágica del conejo.
Esta surge por un virus altamente contagioso para el que, por desgracia, no existe tratamiento. Además, se propaga con tal rapidez, que la mayoría de conejos no llegan a presentar síntomas antes de fallecer.
El animal muere, normalmente, debido a coagulaciones de sangre en sus órganos vitales.
Solo existe la posibilidad de una vacuna preventiva, pero tampoco cubre todas las cepas del virus.
Sin embargo, también destacamos la mano del hombre como causante de su desaparición, por la destrucción continua de su hábitat natural, a través de la agricultura intensiva.
En el lado opuesto del caso, la ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) acusa al informe de ser poco riguroso, ya que, aclaran, existe una plaga de estos conejos amenazando el medio rural.
Las organizaciones ecologistas piden un plan de protección para esta especie, ya que de no hacerlo, tal y como están las cosas a día de hoy, es imposible garantizar la supervivencia de este animal en las décadas venideras.
La especie se encuentra en la categoría de «en peligro», tan solo a 3 pasos de llegar a ser considerada como «especie extinta».
