Imagina que vas andando por la calle y te encuentras con una persona que se parece muchísimo a ti. ¿Qué harías? En este caso, la que se tropezó con su gemelo fue Rogue, una perrita, pero su dueña no dudó en acercarse a conocerlo y se enamoró. ¡Mirad qué historia tan bonita!
Dos almas gemelas por fuera y por dentro
Bethany Coleman, dueña de Rogue, había salido con su mascota ese día a dar un paseo por el mercado local de agricultores cuando se encontraron a una asociación de rescate que presentaba a varios perros en adopción. Beast estaba entre ellos y a Bethany le llamó la atención el gran parecido físico que tenía con su Rogue.
Cuando esto sucedió, Coleman no tenía intención de adoptar a otro animal. Su pareja sí apoyaba la idea de aumentar la familia peluda, pero ella no quería porque ya tenían a Rogue y dos gatos mayores. Sin embargo, no pudo evitarlo… ¡fue un flechazo!
Inmediatamente comenzó a rellenar los formularios de adopción y cuando vio a ambos perros jugar juntos se convenció al 100% de que estaba haciendo lo correcto.
Una vez en casa, Beast intentó dominar el territorio, ¡pero la pequeña Rogue lo puso en su sitio!
La armonía entre todos (humanos, gatos y perros) tardó en llegar un mes, pero finalmente lo consiguieron. Ahora son una familia perfecta.
Rogue y Beast tienen los mismos juguetes para que no se peleen, pero siempre pasa que uno va a quitarle el juguete del otro. ¡Es su manera de divertirse!
Ahora, esta gran familia vive en Hawai, donde los dos peludos disfrutan como nadie de la arena y el mar. ¡Hasta les han comprado chalecos salvavidas y les van a enseñar a surfear!
Sin duda, una historia preciosa donde un perro consiguió una segunda oportunidad gracias a su gemela… de físico y de alma.