Aunque el abultamiento del vientre no aparece hasta bien avanzado el período de gestación, hay otras señales que te pueden ayudar a descubrir si tu gata está esperando bebés. Si te estás preguntando «¿cómo saber si mi gata está preñada?», ¡sigue leyendo y descúbrelo con nosotros!
Cómo saber si mi gata está preñada observando su cuerpo
Aunque no se vea la barriga crecer, este no es el único cambio físico que experimentan las gatas cuando están embarazadas, hay muchos más cambios perceptibles desde el principio de la gestación. A partir de la tercera semana aproximadamente, ya podrás detectar estos síntomas de embarazo:
- Las mamas y los pezones de la gata se vuelven más rosados y se hinchan, porque están preparándose para amamantar a los gatitos cuando nazcan.
- Vulva: los genitales de la gata se inflaman también, por lo que verás la vulva mucho más prominente que de costumbre.
- Vientre: el síntoma de embarazo por excelencia, la barriga de tu gata comenzará a hincharse a partir de la cuarta semana de gestación. Poco a poco irá creciendo cada vez más, hasta que ya en las últimas semanas la gata encorvará el lomo.
Puede que los primeros días sean señales poco evidentes, pero si sospechas de embarazo ve revisando cada día; si está realmente embarazada, los síntomas evolucionarán.
Cómo saber si mi gata está preñada observando su comportamiento
Si tu gata está preñada, no sólo cambiará su cuerpo, sino también su actitud y sus hábitos:
- El apetito de la gata irá cambiando según avanza el embarazo: nada más quedarse preñada, lo normal es que pierda el apetito temporalmente. Poco después lo recuperará, y según sus gatos vayan creciendo, empezará a comer más de lo habitual, hasta que su barriga sea ya muy grande. En las últimas semanas o días su estómago quedará presionado por los gatitos y volverá a comer menos otra vez.
- Mucho sueño: si tu gata está embarazada, perderá temporalmente las ganas de salir a la calle a explorar, de subirse a los muebles y de jugar. Lo normal es que pasen más tiempo en reposo y durmiendo.
- Su percepción de ti cambiará: esto depende de cada gata, pero su sociabilidad seguramente se verá afectada; algunas gatas se vuelven más cariñosas, mientras que otras se hacen ariscas y prefieren tener menos contacto durante el embarazo y estar tranquilas.
Si tu gata reúne estos síntomas, ¡es muy probable que esté embarazada! Si aún no lo has hecho, es muy conveniente que acudas al veterinario. Te dará las pautas y recomendaciones necesarias para cuidar a tu gata durante este período tan especial y a prepararte para cuando llegue el gran día. Recuerda que una mascota embarazada es una gran responsabilidad: si no quieres hacerte cargo de crías, ¡esteriliza a tus mascotas antes de que sea tarde!