¿De repente tu perro se ha vuelto agresivo? Si tu peludo está desarrollando una agresividad canina que nunca sospechaste, no te preocupes, ¡en Wakyma te lo contamos todo sobre la agresividad canina!
Pero lo fundamental, ¡no desesperes! Con unos consejos extra, podras controlar la situación.
Problemas de salud o fisiológicos
Los perros que no se encuentren sanos al 100% pueden desarrollar conductas agresivas graves y es que es totalmente normal que un perro debilitado, con problemas de salud y con dolores intente aliviar sus síntomas.
El perro puede no reconocer que los síntomas que tiene le animan a tener un clima hostil con quienes le rodean, por ello lo primero que debemos hacer es acudir al veterinario para que trate al animal la enfermedad o patología que sufre.
Si no estás seguro de que el problema de la agresividad venga de sus dolores físicos igualmente puedes acudir a un veterinario para que te oriente sobre el comportamiento y las necesidades del perro. Aunque no se trate de un adiestrador el veterinario puede orientarte hacia el problema que sufre tu mascota para así poder solucionarlo lo antes posible y que no derive en un problema mayor.
Algo que también se puede hacer y que recomiendan es recurrir a los remedios naturales que pueda aconsejarte el veterinario y evitar las situaciones que deriven en agresividad, pasear en zonas tranquilas…
Falta de socialización y miedo al entorno
La falta de socialización es un problema muy común. Para evitarlo lo ideal es que cuando el cachorro se encuentra entre las 3 y 12 semanas de edad debe ser socializado adecuadamente. Este proceso implica conocer a perros, personas y objetos de todo tipo. Hay que sacarlo a la calle, pasear con él y que se acostumbre a los ruidos, la gente, coches….
Si no hemos acostumbrado al perro a todo esto, si no ha conocido gente, perros, sonidos… el perro siente incertidumbre, miedo y una falta de protección que deriva en altos niveles de estrés, dando como resultado a un cachorro agresivo.
En los casos de perros procedentes de refugios caninos, de perros que han sufrido cambio de residencia o cambio de familia y de cachorros que han sido separados de la madre de forma prematura, su periodo de adaptación será mucho mayor, así que ¡Paciencia y mucho cariño!
Piensa que la agresividad es un sistema de utilizan para afrontar situaciones difíciles. No se trata de un perro dominante ni territorial, simplemente actúa de esta manera porqué no sabe qué debe hacer o qué se espera de él.
Algunos consejos para mejorar esas situaciones de estrés o agresividad canina son: Los paseos tranquilos sin otros perros, mucho cariño y fomentar un ambiente de calma para que el perro pueda adaptarse correctamente a la nueva vida.
Mala comunicación, una de las causas más frecuentes de agresividad canina
Es una de las causas más frecuentes de agresividad canina. Ocurre cuando al perro no se le educa adecuadamente, cosas como los castigos desmesurados, o el uso de la fuerza. Como el perro se ha educado con agresividad, la utiliza de igual modo para hacerse entender.Piensa que el perro no entiende por qué le tratamos de esta forma y por lo tanto actúa en consecuencia comportándose de una forma racional para él, pero negativa para nosotros.
Son perros que están confundidos, es bastante probable que cuenten con carencias en su educación, en la rutina o incluso carencias afectivas.
Que el perro desarrolle agresividad en el momento de intentar comunicarnos con él es señal de que la comunicación entre ambos no funciona. Además, es un comportamiento grave que puede perjudicar nuestra seguridad y la suya en multitud de ocasiones.
Lo mejor en estos casos es acudir a un especialista etólogo, al final de este articulo os detallaremos un poco más como este especialista puede ayudar a nuestras mascotas.
Otras causas que fomentan la agresividad canina
Otro de los casos en los que se suele desarrollar la agresividad canina es cuando una perra ha sido madre. Si tu perra acaba de parir, puede desarrollar un tipo de agresividad denominada “agresividad maternal” que lo que hace es impedir que tú y otras personas que se acerquen a sus pequeños recién nacidos. Es una conducta normal e instintiva como una forma de protección de los cachorros.
Otro tipo de agresividad es la denominada, “redirigida”, que sucede cuando al intentar enfrentarse a un estímulo, no puede hacerlo y en consecuencia le produce tal estrés que, sin querer, redirige su agresividad hacia lo que encuentre más cerca.
También existe la agresividad territorial, una de las más comunes y se manifiesta únicamente cuando un intruso o extraño invade un espacio u objeto que el perro considera como suyo. En los casos graves recomendamos acudir cuanto antes a un especialista.
Y para finalizar hablaremos de la agresividad por posesividad ya sea de otro perro, persona u objeto, aunque generalmente se da más en seres vivos. En estos casos lo que ocurre es que el perro experimenta un gran sufrimiento al verse separado de quienes quiere.
Suele aparecer con frecuencia en cachorros que, prematuramente se han separado de sus hermanos y padres, perros abandonados que han vivido situaciones muy duras y en los perros que han sufrido la pérdida del dueño y posterior cambio de hogar.
En estos casos es obvio que esos perros tienen miedo a volver a encontrarse con una situación parecida y sus carencias afectivas suelen ser graves.
El tratamiento contra la agresividad canina
Antes de comenzar, os recomendados algo básico que os ayudará ante futuros problemas:
- Un seguro de responsabilidad civil que cubra cualquier daño
- Uso de bozal y correa en la calle
Una vez tengas esto, el tercer paso es acudir a un etólogo. Se trata de un profesional veterinario titulado que puede tratar de forma efectiva los problemas del comportamiento graves como es, en este caso, la agresividad canina.
A pesar de que en internet hay multitud de artículos en los que sugieren prácticas de todo tipo para eliminar la agresividad canina, desde Wakyma os recomendamos que lo mejor es acudir al especialista, ya que en ocasiones podemos confundir la agresividad cuando en realidad se trata de un estrés elevado o un problema secundario que hace que el perro esté agresivo.
¡Recuerda! El especialista es quien realmente identificará de qué problema se trata.