Ahora que se acerca el frío, ¡mejor estar pendiente del resfriado en los perros! Nuestros peludos también son susceptibles a los catarros, y por tanto debemos protegerlos para evitar que los contraigan. Te contamos cómo cuidar a tu peludo durante estos meses de frío para prevenir o, si ya no es posible, tratar el resfriado.
Cómo prevenir el resfriado en los perros
El resfriado es una patología leve pero bastante molesta, ¡todos lo sabemos! Para evitarle ese proceso desagradable a tu amigo, lo mejor es que sigas estos consejos:
- Mantén a tu perro alejado de corrientes de aire y no lo expongas a cambios bruscos de temperatura.
- Sé comedido y razonable a la hora de atemperar tu casa.
- En invierno, evita pasear al perro en las horas más frías o si está lloviendo o nevando.
- Ponle a tu perro abrigo si hace mucho frío, o chubasquero si no puedes evitar salir cuando llueve.
- Cuando regreses a casa, si se ha mojado, sécalo bien. Igualmente, sécalo completamente después del baño.
- Proporciónale un ambiente acogedor y cálido. El invierno es un buen momento para trasladar su camita cerca de un radiador. Además, deja alguna mantita para que la utilice si lo desea.
- Mantén el entorno de tu perro bien limpio para evitar la presencia de patógenos, ya que con temperaturas frías permanecen vivos durante más tiempo y hay mayor riesgo de contraer enfermedades.
- Vacuna a tu perro contra el moquillo canino, la tos de las perreras, etc.
- Evita que tu perro inhale humo de tabaco, polvo y otros tóxicos, ya que pueden producir una infección en sus vías respiratorias.
- Recuerda todas sus desparasitaciones y vacunas.
Tratamiento del resfriado en los perros
¿Estos consejos de prevención llegan tarde y tu perro ya está resfriado? Entonces lo mejor es ponerse manos a la obra para que se recupere lo antes posible.
- Esfuérzate especialmente en que no coja frío, ya que empeorará.
- Tu perro se encuentra mal, congestionado y cansado; reduce la actividad física.
- Deja que descanse en un lugar cálido y tranquilo. Si es necesario, mueve su cama a un lugar más calentito.
- Procura que su plato de agua esté siempre lleno, necesita hidratarse. Vigila que bebe suficiente agua; si no lo hace, una buena opción es darle caldo de pollo sin sal.
- El vapor del agua caliente le puede ayudar a respirar mejor: métete con él un rato en el baño y abre el grifo de agua caliente. Despejará su nariz.
- Nunca mediques a tu perro sin consultar a tu veterinario. Acude a la clínica en busca de un diagnóstico, ya que podría ser resfriado u otra patología de síntomas similares o gravedad mayor, como el moquillo canino. Allí te recetarán el tratamiento más apropiado para tu mascota.
¡Ten mucha paciencia y transmite cariño y tranquilidad a tu perro! Esperamos que se recupere pronto y, la próxima vez, ¡mejor prevenir que curar!