Si tu perro tiene ansiedad y estrés, al igual que ocurre con las personas, cada cual tendrá una capacidad diferente para gestionarlo.
El estrés ocasional no supone ningún problema, pero un estado de estrés demasiado intenso o prolongado en el tiempo puede poner en serio riesgo la salud de tu perro. Por este motivo, es esencial saber reconocer sus signos y ponerle remedio lo antes posible.
Mi perro tiene ansiedad y estrés, ¿qué puedo hacer?
(Foto via: petdarling)
Cuando un perro recibe un estímulo significativo de su entorno, se activa lo que se denomina “respuesta de estrés”.
El estímulo puede ser positivo o negativo. En este sentido, el significado de la palabra “estrés” no es negativo, sino todo lo contrario, es útil para que el perro sepa cómo comportarse ante cada situación.
¿Para qué sirve el estrés? ¿Cómo funciona?
El estrés es un mecanismo natural de adaptación. Con él, el perro se adapta a su entorno, facilitando su supervivencia. Este estado se da cada vez que tu perro recibe un estímulo significativo para él, suficiente para alterar su comportamiento en ese momento concreto.
Pero… ¿cómo funciona? Imaginas que vas paseando con tu perro y de repente suena un petardo; para él, esto es un estímulo procedente de su entorno.
Su cerebro evalúa la información recibida basándose en diferentes factores, como por ejemplo la experiencia previa ante estímulos similares.
De este modo, se activan las partes de su cerebro que controlan las emociones y así es capaz de desarrollar una respuesta a ese estímulo; esta respuesta puede ser positiva (si le ha gustado la experiencia del petardo), negativa (si se ha sentido amenazado o asustado) o neutral (si le resulta indiferente).
El cuerpo de tu perro tiene dos maneras de responder a la emoción que le ha provocado ese estímulo:
- Respuesta temperamental: su comportamiento se verá afectado por el estímulo recibido; puede que quiera escapar, ladrar, esconderse…
- Respuesta fisiológica: su sistema interno sufrirá alteraciones químicas
Estas dos reacciones hacen que el perro pueda adaptarse al ambiente y pueda volver cuanto antes a su estado normal: es lo que llamamos homeostasis.
Por ejemplo, si el petardo le ha dado miedo, optará por esconderse y esto le hará sentirse seguro, recuperando la tranquilidad y estabilidad habituales.
Este estado de alerta constante supone para los animales un gasto energético inasumible. Por eso, la naturaleza sabia nos prepara a todos los seres vivos (humanos, perros, gatos, etc) para que seamos capaces de rectificar esas situaciones que nos mantienen en alerta, en estado de estrés, y poder recuperar la normalidad lo antes posible.
¿Qué es lo que ocurre en el cerebro de tu perro?
Cuando tu perro se estresa por algún estímulo, su cerebro produce dos respuestas diferentes: una rápida e inmediata y otra más lenta, prolongada en el tiempo.
A grandes rasgos, podríamos decir que una respuesta rápida está relacionada con un incremento de la hormona adrenalina y del ritmo cardíaco. La respuesta lenta tiene que ver con el aumento de los niveles de cortisol y cambios de los procesos digestivos, en general las respuestas del organismo e incluso su estado de ánimo.
El estado de estrés prolongado supone un problema de salud
Cuando un perro está expuesto de forma prolongada o permanente a un ambiente estresante, puede perder la capacidad de gestionar esa sobrecarga de estímulos. El resultado puede ser un desequilibrio o debilitación de su sistema inmune y por lo tanto, una mayor propensión a sufrir enfermedades.
Cómo saber si tu perro sufre estrés o ansiedad
Algunas señales de que los niveles de estrés están sobrepasando a tu perro son:
- Se muestra más irritable de lo normal.
- Se pone enfermo a menudo.
- Pasa menos tiempo contigo y tu familia, se aísla…
- Si ha habido cambios en el entorno del animal, como por ejemplo una mudanza.
- Ha variado la estructura familiar: ha fallecido alguien, ha llegado un nuevo bebé a casa…
- Si ha ocurrido algo que haya podido marcar a tu perro de forma negativa: es época de fiestas donde vives y oye petardos frecuentemente, tormentas, etc.
¿Cómo puedo solucionar los problemas de estrés y ansiedad de mi perro?
Lo cierto es que no existe una respuesta universal, cada perro es un caso particular y se debe evaluar al animal y su entorno individualmente para identificar la causa del problema y poder solucionarlo.
Generalmente, la mayor parte de estos problemas se pueden solucionar modificando la rutina del perro, su interacción con su familia, alterando detalles de su entorno…
En definitiva, eliminando o reduciendo, en la medida de lo posible, esos estímulos que le están afectando de forma negativa.
Lo mejor es consultar a un profesional de la educación canina para tratar a tu perro de forma individualizada. ¡Notarás una mejoría considerable!