Aunque la rabia se suele asociar más a los perros, lo cierto es que es una enfermedad que puede afectar con la misma gravedad a los felinos. Te hablamos de la rabia en gatos y de sus síntomas.
¿Qué es la rabia en gatos?
La rabia es una enfermedad infecciosa provocada por un virus que puede atacar a cualquier mamífero y causarle la muerte.
Centrándonos en los gatos, se trata de una de las enfermedades que mayor mortalidad provocan a este animal.
Para que uno de ellos se contagie, debe ponerse en contacto con la saliva o secreciones de otro animal infectado, por lo que es fácil que pueda enfermarse.
Los mininos son animales muy territoriales y algo agresivos en época de celo, por eso, en ellos el contagio suele producirse tras pelearse con otro gato con la rabia. Puede ser mordido o arañado por él, y por esa herida abierta es muy sencillo que el virus llegue a su organismo.
Pero no solo un gato puede infectar a otro gato: perros, conejos, zorros… cualquier animal infectado puede transmitirle a tu gato la rabia.
¿Cómo sé si un gato tiene la rabia?
Los síntomas de la rabia en gatos no son instantáneos. Pasarán unos días, incluso semanas, hasta que estos se hagan visibles, ya que el virus se está incubando.
Luego, comenzarás a notar ciertos cambios en tu mascota si, por desgracia, ha sido contagiado con la rabia.
Síntomas físicos
Algunos de los síntomas físicos más comunes de la rabia en gatos son:
- La fiebre.
- Apatía.
- Falta de aseo.
- Bebe más agua.
- Babeo excesivo.
- Maullidos y otros sonidos extraños.
- Pérdida de apetito.
Cambios de comportamiento
Es muy probable que si tu gato es un felino casero y dócil, notes con facilidad los cambios.
La rabia se refleja en un carácter agresivo del animal, que se vuelve ansioso, huidizo más de la cuenta y pasa la mayor parte del tiempo inquieto.
Es muy común ver a un gato con la rabia intentando atacar constantemente a cualquier ser vivo que se le acerque, así que ten mucho cuidado: la rabia puede transmitirse a los humanos.
Tanto los síntomas físicos como de comportamiento se presentan en una primera etapa de la enfermedad. Sin embargo, hay muchos de estos síntomas que son reflejo de otras enfermedades. Por eso, es muy importante que ante cualquiera de ellos acudas al veterinario para que realice pruebas a tu mascota.
En una etapa más avanzada de la enfermedad, los síntomas anteriormente mencionados se agravan. Esto es así porque la rabia afecta, principalmente, al sistema nervioso central.
Su comportamiento se volverá compulsivo y más agresivo que nunca.
Verlo caminar sin rumbo, atacar sin razón e, incluso, hacerse daño a sí mismo son algunas de las actitudes que destacarán en tu felino.
Más tarde, en la última etapa de la rabia en gatos y que, por desgracia, precede a su muerte, los síntomas son ya verdaderamente graves.
Las dificultades respiratorias son muy evidentes, pudiendo llegar a la asfixia. Además, esta etapa se conoce como «paralítica» porque puede producirse parálisis en partes de su cuerpo.
Por último, el gato puede tener convulsiones y expulsar espuma blanca por la boca. Normalmente el gato fallecerá al poco tiempo.
¿La rabia en gatos tiene cura?
No, por desgracia esta enfermedad no tiene cura.
Es cierto que es una enfermedad que cada vez está más controlada, pero el porcentaje de posibilidades de salvarse que tiene un gato infectado es ínfima.
Si quieres que tu gato no se vea afectado por ella, lo mejor que puedes hacer por él es ponerle la vacuna preventiva, una de las vacunas más importantes para los felinos. Especialmente, si es un gato que suele salir a la calle con frecuencia: recuerda que su contagio es muy sencillo.
Dicha vacuna se suele administrar a los felinos antes de los 6 meses de vida (normalmente a los 3 meses) y, luego, se le aplica un refuerzo cada año.
Que tu gatete tenga todas las vacunas al día es muy importante para su salud, pero también lo es si quieres viajar con él fuera de tu país.