Si vas a adoptar a un hámster como mascota hay algo que no debes pasar por alto: ¡su jaula! Por eso, en este artículo, te hablamos de lo que debes tener en cuenta sobre la jaula del hámster: tamaño, accesorios, mantenimiento, etc. ¡No te lo pierdas!
¿De qué tamaño debe ser la jaula del hámster?
¡Pues depende! Sí, sí, como todo en esta vida, esto también es relativo y es que tendrás que tener muy en cuenta el tipo de hámster que vas a adoptar y su tamaño de adulto.
Hay razas de hámster que crecen más que otras, con lo cual, es un dato fundamental a tener en cuenta.
El hámster debe sentirse cómodo en su jaula, no debe estresarse por falta de espacio, ya que será donde pase la mayor parte de su vida.
Las zonas de descanso, recreo, comida y donde hará sus necesidades, deben estar bien diferenciadas. Además, dependiendo del tamaño de la jaula, tendrás que tener en cuenta el siguiente punto: los accesorios.
Los accesorios de la jaula del hámster
Y es que no puedes meter todos los accesorios que quieras en ese espacio reducido y menos si te has equivocado en el tamaño del animal y al final el espacio se ha quedado corto.
Lo que sí has de saber es que hay algunos accesorios indispensables:
- El bebedero: imprescindible que siempre esté lleno de agua limpia y fresca para que el hámster se hidrate. Mucho ojo si ves que se va poniendo verde por dentro. En ese caso es necesario limpiarlo bien (solo con agua caliente y agitando) o sustituirlo por otro de vez en cuando. Ten cuidado que no roce el suelo de la jaula para que los posibles microorganismos que haya no se pasen al agua.
- El plato de comida: recuerda retirar los restos de comida fresca que no consuma en el día y limpiarlo con frecuencia.
- La rueda: esencial para que el hámster haga ejercicio.
Otros accesorios que puede tener la jaula de tu hámster son:
- Unas escaleras para subir a diferentes niveles.
- Una casita donde esconderse y dormir. Le hará sentirse seguro.
- Túneles.
- Mordedores. Es muy importante que tu hámster tenga algo para roer y desgastar sus dientes.
Todo ello ayudará a que tu hámster ser entretenga y no se estrese, siempre y cuando, repetimos, la jaula sea lo suficientemente grande como para albergar todo ello sin ser agobiante para el animal.
Aun así, lo apropiado es que de vez en cuando saques a tu hámster de la jaula y lo sueltes en una pequeña estancia, libre de obstáculos y peligros donde pueda corretear bajo tu vigilancia.
Tipos de jaulas de hámster
Existen varios tipos de jaulas de hámster.
La jaula más común es la jaula clásica de barrotes de metal, pero hay otras que se están poniendo muy de moda.
Una de ellas es la jaula de cristal. Esta jaula tiene la ventaja de que deja ver mejor al animal y, además, evita que el hámster muerda los barrotes, actitud que puede tomar por diversos motivos, como son el aburrimiento o el estrés.
Otra jaula cada vez más popular es la modular de plástico, que presenta las mismas ventajas que la anterior y, además, cuenta con pasadizos y diferentes ambientes.
¿Dónde ubico la jaula del hámster?
Este es un aspecto que hay que tener muy en cuenta. ¡No podemos poner la jaula del hámster en cualquier sitio!
Los hámsters son animales sensibles, así que debemos evitar que estén expuestos a ruidos fuertes o muchos movimientos alrededor.
También debe estar lejos del alcance de animales que los molesten o niños muy pequeños que estén continuamente intentando coger al animal.
Los rayos del sol no le pueden dar directamente y la jaula también debe estar lejos de corrientes de aire.
El mantenimiento de la jaula del hámster
Muchos dueños de hámsters se olvidan de lo importante que es la limpieza de la jaula para la propia salud del animal. ¡Y es que una jaula sucia es un foco de infecciones!
Por eso, es imprescindible que la jaula sea limpiada, al menos, una vez por semana.
Para ello, sigue los siguientes consejos.
1. Saca al animal de la jaula. Ponlo en un sitio seguro y donde pueda correr.
2. Si quieres limpiar solo la zona de excrementos, retira el sustrato sucio y los excrementos con una espátula. Los hámsters suelen elegir solo una pequeña zona para hacer sus necesidades, así que no te resultará complicado, pero si ves más heces por la jaula, retíralas también.
3. Coge una esponja mojada y un poco de jabón neutro para limpiar la zona. Frota bien y limpia los restos de jabón. Sécalo con papel de cocina absorbente. Otras opciones alternativas al jabón son el agua con vinagre o soluciones específicas de limpieza que encontrarás en tiendas de animales.
4. Rellena la zona limpia con sustrato nuevo.
5. Para una limpieza en profundidad, retira todo el sustrato y limpia bien el suelo y los barrotes como te hemos indicado antes. Mucho cuidado con usar productos tóxicos como la lejía, ya que el animal no puede estar en contacto con ellos.
6. Retira también todos los accesorios y ponlos en remojo con agua caliente para matar cualquier bacteria. Esto incluye lavar el plato y el bebedero.
7. Sécalo todo bien y coloca el sustrato de nuevo. Si has usado agua caliente, espera a que todo se enfríe para introducir de nuevo al animal.
Vamos a recordaros la frecuencia de limpieza:
Diariamente: el plato de comida, retirando los restos de comida fresca, y las heces más visibles.
Semanalmente: limpieza breve de la zona elegida como letrina y el bebedero.
Cada 15 días: limpieza en profundidad de la jaula. No te olvides de los barrotes, en caso de ser una jaula con ellos o las paredes y esquinas en jaulas de plástico transparente o de cristal.
¡Recuerda que todo esto es muy importante para la salud de tu mascota!