Max ahora tiene un pico 3D. Esta cirugía tan innovadora es la primera que se realiza en Sudáfrica. El procedimiento ha sido posible gracias un grupo de expertos en escaneado e impresión 3D que han mostrado muchísimo interés en colaborar para que esta operación fuese un éxito.
La historia de Max el guacamayo
Max es un guacamayo de 20 años que vive en el Santuario de Aves Hyacinth Haven, en el Cabo Occidental.
Los últimos años no han sido fáciles para Max. En un primer altercado con otro guacamayo se fracturó el pico superior. En el segundo conflicto, este se le rompió por completo.
Debido a ello, solo le quedó el pico inferior y le resultaba imposible comer alimentos sólidos.
Trevor Glover, su propietario y fundador del santuario en el que vive Max, acudió con él a la consulta del Dr. Brendan Tindall para tratarlo y evaluarlo. Fue así como consiguieron que el ave comenzara a comer alimentos blandos.
Sin embargo, al no tener la parte superior del pico y que esta controlase la inferior, la de abajo siguió creciendo en línea recta hasta el punto de sobrepasar el tamaño de su lengua. Eso le impedía llegar a la comida, por lo que tuvieron que reducir el tamaño de su pico inferior.
Un pico artificial para Max
Era necesario actuar para darle a Max la calidad de vida que merecía. Por ello, fue llevado al Hospital Académico Veterinario Onderstepoort (OVAH) para realizar un TAC y comprobar si el pico que le quedaba era suficiente para colocarle una prótesis.
La respuesta no fue concluyente, así que hubo que acudir a otro centro, el Eugene Marais Radiology, para demostrar que sí era posible.
Tras esto, el especialista veterinario en odontología y cirugía maxilofacial de la Facultad de Veterinaria de Pretoria, Gerhard Steenkamp, dirigió al equipo que crearía y colocaría el nuevo pico de Max. Un equipo de profesionales de los sectores industrial y académico.
Los pasos que se siguieron para crear el pico 3D
Primero se hizo un escáner 3D de la impresión y del pico roto. Usando esos dos escaneos y combinándolos con el escáner CT, pudieron reconstruir el pico digitalmente.
Luego diseñaron el nuevo pico artificial para seguir la forma original, pero incluyendo una sección trasera añadida para cubrir el pico natural restante y depositar los tornillos.
Finalizado el diseño CAD, se imprimieron muestras del mismo en 3D en resina para probar el ajuste. Luego se colocó en el guacamayo para hacer las comprobaciones pertinentes y ver que seguiría encajando en cualquier caso, ya que el pico restante podría seguir creciendo.
Fue un proceso muy largo, que tuvo que repetirse durante varias veces y que la pandemia paralizó durante casi dos años. Pero los expertos no iban a cesar en su intento, pues querían que el nuevo pico 3D de Max se ajustara a la perfección.
El siguiente paso era producir el pico en titanio y las guías de perforación quirúrgica en nylon. También había que encontrar los tornillos específicos necesarios para realizar la operación.
Se contactó con el Centro de Prototipos y Fabricación Rápida de la Universidad Central de Tecnología para que llevaran a cabo el pico y las guías con impresión 3D.
Todo este trabajo no hubiese sido posible sin la ayuda financiera que recibió de diferentes fuentes:
- La Fundación Carl y Emily Fuchs colaboró para financiar la fabricación de la prótesis.
- El Departamento Nacional de Ciencia e Innovación financió el proyecto MedAdd, aportando la más innovadora tecnología de fabricación aditiva.
- Los tornillos de bloqueo especializados tuvieron el patrocinio de Saspine, una empresa que trabaja en el ámbito de la ortopedia para humanos.
La operación
Finalmente y con la prótesis ya realizada, se llevó a cabo la operación donde Max recibió su pico 3D.
La cirugía se ejecutó en el Hospital Veterinario de Robberg. Allí, el Dr. Tindall administró la anestesia y el profesor Steenkamp colocó la prótesis con la colaboración del Dr. Cules van Heerden.
La intervención duró poco más de una hora, siendo un completo éxito: al día siguiente, Max ya comía trozos de comida sólida.
El guacamayo seguirá bajo vigilancia durante un tiempo para comprobar que no existan problemas tras la intervención. Sin embargo, ya está de vuelta en su casa, come con normalidad y su comportamiento está volviendo a ser, poco a poco, el habitual.