El felino del que te vamos a hablar se aleja bastante del gatito doméstico con el que compartes techo. El gato patinegro (Felis Nigripes) procede de África y es el gato salvaje más letal. ¿Quieres saber por qué?
Un gatito peligroso
El motivo que hace que este animal sea el gato más peligroso del mundo lo firman las cifras. El 60% de los ataques que realiza acaban en éxito para él. ¡Supera al león en tasa de mortalidad!
Aparentemente, nada podría hacernos pensar que tras su aspecto se esconde tal asesino.
El gato patinegro no suele medir más de 20 cm de alto y entre 36 y 52 de largo y su peso no supera los 2 kilos y medio normalmente.
Vía AnimalesExtinción.es
El final de sus patas es de color negro, mientras que su cuerpo está cubierto por pelaje marrón con manchas negras.
Es el gato más pequeño del continente africano y, sin embargo, el más letal. Y si no te contamos esto, seguro que ya te lo imaginabas acurrucadito en el sofá de tu casa.
Cómo actúa el gato patinegro
Además de su buen ojo y ataque certero, una de las características que más destaca en el animal es su paciencia. Se puede pasar un buen rato observando a su presa hasta que encuentra el momento idóneo para echársele encima.
¡Eso si no tiene prisa! Porque en ocasiones se lanza tras todo lo que se mueve a su alrededor.
Su buen apetito hace que no descarte a muchos animales de su menú. Desde mamíferos como ratones, hasta reptiles, insectos o aves, a las cuales puede cazar incluso al vuelo. ¡Puede saltar hasta 1,5 metros de altura!
Los gatos patinegros comen muchísimo al día, por eso, son capaces de moverse hasta 16 kilómetros en una misma noche en busca de su alimento. Según los datos de los expertos, cazan más en una noche que lo que mata un leopardo en 6 meses.
Un animal en peligro de extinción
A pesar de todo esto, este animal no se escapa de estar en la lista de animales en peligro de extinción.
Aunque no vive en una situación altamente crítica, no podremos ser muy positivos a la larga. El gato patinegro puede no estar lejos de desaparecer, ya que los cálculos no llegan a los 10 000 ejemplares adultos, localizados sobre todo en Namibia y Sudáfrica.
En su caso, no es la caza ilegal del animal el principal motivo de su desaparición, sino la degradación de su hábitat.
